Capitulo 4- La unión

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Llegue a la escuela con la mente revuelta, sentía que debía pedir perdón a Axel pero seria lo mas humillante que me haya pasado hace mucho. Empezábamos a entrar en Otoño, miraba las ventanas y veía la hojas caer mientras pensaba si merecía la pena meterme en todo este lio. Tal vez Axel tenia razón, no debería meterme con los muertos, ni aunque sea para rendirle respeto a mi manera.

En cuanto a la escena de ayer, estaba 100% lucido, se lo que vi y lo que debería sentir. No estoy asustado, solo asombrado. Me siento como si tuviera dos puertas, una me llevaría a sentir miedos que nunca conocí, sumirme en una aventura donde mi vida correría peligro y tendría que mentir incontables veces para que no me terminen jodiendo. La otra me llevaría a lo normal, a lo mundano, lo corriente, básicamente no complicarme a costa de lo que, para mi, era lo mas excitante que podía vivir en mi vida, una muerte, un misterio que resolver, todo al alcance de mi mano.

—Valentin, preste atención a la clase—Dijo la profesora

—Disculpe.

Apenas preste atención a la clase, se abrió la puerta y entro la directora junto a una chica. Era rubia, ojos celestes, estatura promedio. Llevaba una campera blanca y unos lentes circulares.

—Ella es Jacky, su nueva compañera, espero que se lleven bien con ella.

—Un gusto— Dijo con una sonrisa ceja a ceja mientras dirigía su mirada hacia mi.

Sentía que mi pecho iba a explotar en cualquier momento, mi mirada se nublaba y podía intuir que podría desmayarme. Todo se conectaba, al mirar su cara la podía ver muerta. Mi corazón iba a mil, alumno nuevo, una chica, muerte, todo me parecía a la muerte de Emma.

—Hola, ¿este lugar esta ocupado? — Dijo mientras me miraba y pasaba la mano por mi cara debido a que parecía que estaba en otro mundo.

—Si, po-podes sentarte ahí.

—Me mirabas como si me conocieras —Dijo con una voz que parecía controlarme, me recordaba terriblemente a ella.

—No creo — Otra vez, pocas palabras.

Estuvimos hablando un buen rato, entre en confianza con ella y todo parecía normal hasta ese entonces. Faltaba media hora para terminar la clase, entro nuevamente la directora pero esta vez fue para sacarme a mi.

—Toma asiento —Dijo mientras ella hacia lo mismo.

—¿A que vengo? — Parecía muy molesto.

—Quería hablarte sobre tu pelea de ayer.

—Si, se que estuve terriblemente mal, tenia pensado pedirle disculpas a Axel.

—Me hiciste las cosas fáciles, ya podes retirarte — Paralelamente al decir esto, toco la campana para volver a nuestras casas.

Estaba a punto de irme cuando la vi a ella sola en un banco en el patio de la escuela, me acerque para hablar un rato.

—¿A que te llevaron?

—Nada importante, boludeces

Empezamos a hablar y la conversación termino en exponer todo lo que me había pasado desde que llegue a este maldito pueblo. Le hablé de todo, de la pelea, la muerte de Emma, la mujer en mi ventana, todo como lo vi. No parecía muy sorprendida, de hecho veía que tenia muchas ganas de entrar en este caso, ser mi mano derecha.

—Te ayudo — Exclamo mientras miraba como el sol se iba, para dejar paso a la luna.

—¿Cómo?

—No se, algo se me va a ocurrir- luego de esto empezamos a reír, lo necesitaba después de todo lo que estaba viviendo.

—¿Sabes que?, necesitas arreglarte con Axel.

—Tengo miedo.

—¿A que?

—Me comporte como idiota 

—Con mas razón, algún día lo vas a tener que hacer, ademas lo necesitamos si queres seguir con el caso.

Mi mirada se entristeció y la dirijí hacia otro lado, que coincidencia, Axel estaba saliendo del club de Basquet. Se le veía bastante enojado, no hay que ser muy inteligente para saber que este no fue su día. Me acerque, me senté alado de el y estuvimos 2 minutos callados hasta que el dirigió su primera palabra al mismo tiempo que soltaba la primera lagrima.

—Perdón- Dijo mientras se tapaba la cara y miraba hacia abajo.

—No te disculpes.

—Tenia miedo- Se ve que yo no era el unico.

—¿Miedo?

—La amaba, nos conocíamos desde la primaria, no había ningún solo día en el cual ella no me gustara cada vez mas.

—La culpa es mía por no darme cuenta.

—No, no me sentí ofendido tenia miedo, a saberlo.

—No entiendo

—Estaba seguro que nadie de sus conocido la había matado, estaba convencido de que antes de su muerte la habían violado, pienso eso y mi mente se marchita- Por fin se digno a verme.

No dije nada, solo lo abracé mientras lloraba como un bebe. Vi el banco donde debería estar Jacky, no estaba, se había ido. Que irónico, no sabe nada de nosotros y logro reconciliarnos.


Misterio disfrazado de muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora