Capítulo 5- Los 3 mosqueteros

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Hoy me sentía muy feliz, no sabia el por qué pero tampoco me importaba. Tengo que acostumbrarme a apreciar lo bello de la vida sin la necesidad de hacerle una critica o encontrarle su significado. Estaba lloviendo, salí de mi casa con un paraguas rosa transparente de mi madre. Mi hogar queda aproximadamente a 20 minutos de la escuela a pie, y a bici no me gusta ir por lo cansado que es a tales horas de la mañana. 

Me quede pensando todo lo que me había pasado estas ultimas semanas. El comportamiento de Axel, Jacky y la mujer de ojos de gato, si, así le puse. Me parece que es lo que mas llamativo era de su ser, esos ojos que te miran con la necesidad de matarte, aniquilarte y como para no ser poco ir por mas. Cada vez que pensaba en eso o ella se me ponía la piel de gallina, no me daba miedo, pero si muchas ansias. Quería a toda costa descubrir que era, porque ya de por si supongo que averigüé que no es una mujer ordinaria, yo lo definiría como un ente, o por lo menos eso me hizo sentir.

Estaba a aproximadamente 9 minutos de la escuela y no iba muy bien de tiempo, para colmo la lluvia no cesaba, de hecho era cada vez mas intenta. Decidí acelerar mi paso debido a que estaba seguro que podrían llover granizo. De repente sentí que el buen humor que tenia se iba a la basura, estaba todo mojado y era algo que detestaba por encima de todo.

Me faltaban 3 cuadras, iba caminando a un paso bastante lento para poder evitar los charcos de agua. Justo frente a mi estaba un kiosco el cual pertenece a dos viejos, viejo 1 y vieja 2, así les digo. Era horrible, una ventana bastante ancha rota recubierta con cinta que desprendía ese olor a viejo que cualquiera podría identificar.

Siempre me veía en ese ventanal ancho que había en el kiosco, de repente aprecio un gato negro, me lleno de intriga sus ojos, era casi igual a los de la mujer. Trate de tocarlo, fue un inútil intento, estaba detrás del ventanal. Se acerco, empezó a lamer mi mano detrás del vidrio. Me quede quieto, inmovil, no podía mover ni un dedo. Progresivamente el gato empezó a ensanchar su sonrisa, parecía la de un humano. Esa sonrisa estaba seguro que un gato no podía hacer. Me miro, veía que se estaba burlando de mi. De su sonrisa empezaron a sobresalir dos colmillos que también poseía la mujer de los ojos de gato.

Me caí del susto, la cabeza del gato empezó a dar vueltas. Empece a gritar con todas mis fuerzas, a pesar de ser la 7:30 de la mañana, habían suficientes personas para que pensaran que estaba totalmente loco. El viejo 1 salio del kiosco.

—¿Estas bien? — me miraba estupefacto por la reacción que tuve.

No le respondí, inmediatamente salí corriendo hacia mi escuela. Ahora si esto es serio, las amenazas no eran mentira, estoy mas cerca de la muerte. Hay algo que no quiere que siga con esto, dios, estoy cagadisimo de miedo.

Llegue a la escuela, trate de calmarme, se me hacia difícil. Me saltee la primera clase y me fui directo al baño, estuve vomitando durante 30 minutos. Mi orgullo se había quebrado en tan solo 10 segundos. De repente las luces se apagaron, no podía mas, no podía soportar otro episodio así, sentía miedo. Se prendieron las luces y salí corriendo con todas mis fuerzas, no se que hacer.

Me senté en el patio, habían dos grupos de 5 personas cada uno debajo de dos arboles distintos, no me sentía solo ni con miedo, ya me había calmado. Toco el timbre y unos 30 segundos después apareció Axel.

—Dios, Dios — Fue lo único que me dijo después de sentarse alado mio.

—¿Que mierda Axel? —Fue lo único que respondí pensando, ¿Querés que te cuente que me paso hoy para ver si lo tuyo de verdad importante?

—Em... Emm — En ese momento supe que si, eso de lo que me iba a hablar es mas importante de lo que me paso.

—¿Emma?

—Llegó la autopsia de la muerte de Emma —En ese momento me quede solido cual piedra.

—¿Estas seguro que querés hablar de eso?- No quería forzarlo.

—No tiene nada —Sus ojos parecían dos bolas totalmente quietas.

—¿No tiene nada?

—Su cuerpo no tenia síntomas de intoxicación, ni de forcejeo y ni de nada.

—Dios —Lo mire, estaba viendo hacia el suelo y tratando de aguantar el lagrimeo.

—Necesito un tiempo a solas, me salteo la clase que sigue, perdóname.

—No tenes que pedir perdón, avísame si necesitas algo.

Se levanto, esta vez no intento ocultar las lagrimas. Estas le desbordaban toda la cara. El estaba entrando a la escuela, en ese momento Jacky apareció, pasó delante de Axel, llevaba una sonrisa de oreja a oreja, me recordaba a algo pero trataba de no hacer mas relaciones por hoy. Me pareció raro, pensé que ellos ya habían hablado algo, paso alado de el y lo vio llorar pero no lo consoló ni nada, de hecho siguió con esa maldita sonrisa.

—Hola —Parecía que algo quería.

—Hola Jacky, hace buen clima¿No?

—Jajaja, sabia que no eras buenos con los chistes.

—Al menos lo intento.

—Contame.

—Sobre el buen clima que nos rodea o te ref...

—Te ves triste, no fuerces ese buen carisma, ¿que te pasó? —Lo sabia todo, mejor dicho lo veía.

—Hoy la vi otra vez.

—¿La mujer de tu ventana?

—No exactamente, era un gato negro con sus mismos ojos, desbordaba una sonrisa y unos colmillos igual a ella, estoy temblando —No se por que se lo dije si en realidad tenia pensado guardármelo para mi, no se, supongo que necesitaba alguien que me escuche.

—Tenemos que hacer algo al respecto- Me sonó a respuesta predeterminada.

-Me esta amenazando, no debería meterme con estas cosas.

—¿Amenazado?, pfff, se ve que no entendés nada ni aunque te lo muestren. La mujer no te esta amenazando, te esta retando.

—Creo que todavía no me volví loco como para pensar que me esta retando —Traté de darle algo de humor a la conversación.

—Te hubiera matado sino, o te hubiera hecho algo peor, solo te mostró de lo que es capaz pero no quieres que pares, sino que avances pero conozcas los riesgos.

—Mira vos, das buenos consejos sobre fantasmas ¿eh? —Traté de sacar la conversación de ese tema, ya me daba miedo.

—Yo te voy a ayudar, solo necesitamos organizar todo lo que tenemos.

—No lo se, yo vi esto como algo bastante serio —No dije que no, todavía pensaba que mi espíritu de descubrir misterios seguía adentro mio a pesar de lo de hoy.

Nos quedaban 3 minutos de recreo. Axel parecía sentirse mejor, lo veía venir a lo lejos. De hecho lo veía bastante enojado, se paro en medio del patio, lleno sus pulmones de aires y expulso un grito para llamar la atención.

—¿QUIÉN MIERDA FUE?, ¡ JURO QUE EL QUE LO HAYA HECHO LO VOY A MATAR! —Supongo que ya me decidí, sigamos el caso.




Misterio disfrazado de muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora