Capítulo 10- El comienzo del fin

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 Estaba atónito, Axel me había confesado algo de lo cual no había sospechado. Por mi mente pasaron muchas cosas, eran bastantes situaciones, posibles asesinos, pero en todas las veía a él, a Axel. Lo mire a los ojos, se le fue el miedo, solo sentía culpa, o eso podía ver. Se puso en una pose que dejaba ver su rol como entrevistado. Dude en preguntarle sobre que paso en realidad con Emma, pero no. No le pregunte porque no quería aceptarlo de ninguna manera, que Axel cómplice de la muerte de Emma.

Tenia mi boca abierta y no podía cerrarla de ninguna manera debido al extremo asombro que poseía. Mire a Jacky y esta miraba con unos ojos endiablados a Axel. Estaba a punto de soltar mi primera pregunta, hasta que de repente, escuchamos unos ruidos provenientes de afuera.

—¡Malditos niños, este no es lugar para jugar! — Dijo un hombre desde las lejanías con una voz furiosa.

Debido al miedo en que me sumí en aquel momento decidí escapar. Por como sonaba la voz del hombre, estaba seguro que tardaría menos de un minuto en entrar. Me las arregle para poder abrir una ventana y escapar. Eso fue lo que hice, corrí lo más rápido posible en dirección hacia el pueblo, tratando de evitar la presencia del tal hombre. De vez en cuando iba mirando para atrás, ni Jacky ni Axel me seguían. En momentos como aquellos, el compañerismo no me florecía. Corrí aproximadamente 30 minutos hasta estar cerca de mi casa, en el recorrido mi garganta se secaba debido a la mala respiración que estaba teniendo, miraba para todos lados esperando que la mujer de los ojos de gato me apareciera, tenia miedo de todo lo que veía, de la mínima sombra o árbol que se movía.

Llegue a mi casa, estaban mis papas cenando. Al abrir la puerta ellos me miraban raro debido a mi respiración agitada y mis ojos shockeados.

—Hijo, ¿estás bien? —Dijo mi mama mientras se paraba de la mesa.

—S... si mama me encuentro bien — Dije mientras solté una risa sarcástica y me dirigí directo hacia mi cuarto.

Me había roto por completo, le pedía por favor a mi cuerpo que deje de temblar y me ayude a seguir. Para algunos el tiempo es oro, pero para mí, en ese momento, el tiempo era supervivencia. Me senté en mi cama y empecé a llorar desconsoladamente, aunque me invadía un gran miedo, lloraba lo mas bajo posible para no llamar la atención de mis papas.

—Valen, hijo, ¿Me dejas entrar? — Dijo mi papá mientras tocaba suavemente la puerta de mi pieza.

—Si, pero por favor, no me juzgues.

—Yo nunca haría eso, ni, aunque hubieras hecho lo más malo del mundo.

—Papá, ¿puedo pedirte un consejo? —Dije mientras me secaba las lágrimas de los ojos.

—¿Esta bien tener miedo?, siempre viví con la creencia de que eso te hacia débil.

—Si, te hace débil, pero no está mal serlo. En la vida siempre hay que ser débil para ver a los que son fuertes. El ego te hace valorarte, pero al mismo tiempo te ciega — Eso era lo que quería escuchar

—¿Vos sentís miedo? —Dije al mismo tiempo que levantaba mi vista.

—A lo único que tenés que temer, es a no tener miedo de nada.

—Gracias... — Dije mientras soltaba una pequeña sonrisa y abrazaba a mi padre.

—De nada hijo. No te voy a forzar que me cuentas nada si no querés. — Exclamo mi padre posterior a abrazarnos.

Después de esa emotiva escena, mi padre se dirigió a su pieza a dormir. Por mi parte estaba decidido a seguir y a no perder un misero minuto más. Por lo que me puse mis lentes y Sali corriendo hacia la casa de Axel. Tenia miedo, pero era un miedo que me cuidaba y me hacia ver lo que estaba mal de mí. Tengo que ir con Axel lo más rápido posible.

Corrí desesperadamente hacia su casa. Al llegar ni toque la puerta, ya estaba abierta. Di media vuelta hacia la derecha y lo vi a él sentado en uno de los sillones de su hall tomando un trago de whisky. Se veía desolado y destruido, tenia una sonrisa que daba miedo mientras se agarraba el pelo y miraba hacia abajo.

—Perdón, te lo tuve que haber contado todo, por mi culpa estas metido en esto — Dijo Axel mientras giraba rápidamente su cabeza hacia mí.

—No tenés que disculparte, somos amigos. Vamos a salir de esta — Exclame mientras él se paraba.

—Te lo voy a contar todo antes de que me vaya, toma asiento.

—No es necesario que me lo cuentes si no querés.

—Déjate de estupideces por un momento por favor.

—Podes empezar — Dije mientras tomaba asiento

—El maldito ex novio de Emma le había contado sobre esa biblioteca y sobre la bruja. Cuando se separaron, el instinto de salvar personas de Emma entro en acción y decidió tratar de encarcelar a la bruja para siempre. Ese mismo día en el que rechazaste ir a su casa, en realidad nos estaba reclutando para ir a encerrar a la bruja, algo vio en vos que no vio en nadie más. Cuando estaba en su casa me comento todo y decidí rechazar la oferta y me fui para verla el día siguiente. Ella murió debido a que quiso ir en busca de la bruja. La Bruja la mato, más bien, se alimentó de su alma — Dijo Axel.

—¿Entonces, por qué decidiste ayudarme y no alejarme? — Pregunte.

—Porque era demasiado tarde, la bruja ya iba detrás de vos, debido a ciertas expresiones que tuviste me hizo darme cuenta. Solo quería dejarte pasar, esperar a tu muerte y no tomar carta en el asunto. Supongo que a la larga me encariñé y comencé a pensar que si no estabas muerto era porque estabas lejos de la bruja. Simplemente te seguí el jueguecito para protegerte, pero no sabia que estabas cerca de ella.

—Eso me da mas motivos para sellarla y que no amenace a nadie mas — Trataba de hacerlo salir hacia adelante.

Axel se paró y empezó a subir las escaleras poco a poco. No decidí seguirlo, me quede sentado esperando a que vuelva. Habían pasado 30 segundos y no respondía, me paré y fui directo hacia arriba.

Él estaba parado viéndome y justo atrás estaba la puerta de su cuarto abierta, estaba totalmente oscuro dentro de ella.

—Una cosa más, no confíes en...— Dijo Axel y justo cuando estaba por completar la oración, se quedó inmóvil.

Tenia la boca abierta y parecía que algo lo estuviese deteniendo, no me quería acercar a él, me daba bastante miedo.

—Te quiero, "Amigo" — Justo cuando dijo esto, algo lo jalo hacia su cuarto y cerró la puerta fuertemente.

Empecé a golpear fuertemente la puerta, golpe tras golpe me hacían sangrar las manos. Incluso trate de romper la puerta debido a la gran adrenalina que tenía. Sabia que era inútil, me puse de espaldas contra la puerta y deje que mi cuerpo se vaya cayendo poco a poco. Pasaron 20 segundos y volví a intentarlo, esta vez funciono, pero no para Axel.

Estaba todo oscuro, no podía ver nada, solo una silueta colgada del ventilador del techo, empecé a ver mejor, era Axel. Se había suicidado. No me atreví a prender la luz. Miré hacia todos lados y decidí huir nuevamente. Fui corriendo hacia la puerta de salida, la cerré y me fui. Corría cada vez más fuerte, fruto de el odio que tenia hacia mi mismo por dejarlo nuevamente a su suerte, quise protegerlo y lo terminé matando. En mi cuerpo solo tenía un sentimiento: Venganza.

Al llegar a mi casa, fui directamente hacia mi baño. Me mire a mi espejo, trate de mirar lo mejor posible mi cara, sabiendo que sería la última vez que podría y recordarme como alguien razonable. Tenia a una sola persona en mente, la cual seguramente la bruja tomo su identidad. Marianne, vas a ser el objetivo de mi venganza.

Misterio disfrazado de muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora