Olí el venenoso asfalto polvoriento bajo mi rostro y entre crujidos doblegue mis músculos a mi voluntad para levantarme sobre los cimientos de lo que pudo haber sido tu reino. Entre la tempestad el fuego bailaba sobre las cabezas de mis hombres que respiraban azufre entre las piedras y te recordé como a un Rey entre las tinieblas. Uno al que como un león su melena oscura danzaba entre la niebla de la pólvora derramada sobre los cielos. Brillante y ardiente sobre mis pupilas calantes.
Y ni las ambulancias, ni las sirenas que chillaban me apartaron de ti en ese momento. Las manos en tus bolsillos se difuminaban entre la oscura aura de un príncipe que trascendía para ser el Rey coronado sobre las nubes lluviosas que se doblegaban ante ti, cegándome con su luz, haciéndome buscar lo que este sirviente necesita. Buscando, siempre buscando, aquella protección oscura. Unos ojos desbordantes de ingratitud de un morado sepulcral y un marrón oscurecido que se arrastraba hasta las profundidades de una vivida muerte.
Admirando mi piel herida.
Saboree con temblores los colmillos de un demonio con sed que se coronaba en la cima de la muerte. Metí las manos en los bolsillos y bajo mis botas la arena se resbalaba al levantarme, aplastándose. Las piedras resbalaban mientras ascendía entre los cadáveres. Piedras rebotantes remojándose entre la sangre, el sudor y las lágrimas. Las vidas que soplaban entre alientos que se perdían bajo mis pasos. Mi espalda se curvo y sobre mí las nublosas nubes se abrieron paso descubriendo el horrífico paraíso.
Arremolinándose a mí alrededor se bañaban en mi alma las vidas que gritaban. Los explosivos sonaban lejanos dentro de mis oídos y aunque las sirenas chillaban de nuevo no pude escucharlas. Aunque las luces brillaban de dos colores no pude verlas. La gravedad brillaba como esa aura maldita que me bendecía.
La corona que forjaba ahora deslumbraba contra el suelo y entonces conecte.
Todos ante mí. Muertos a mí alrededor. Mi espalda recta sobre la muerte y admirándome desde los autos lejanos rogándome.
Tu mirada sobre mi corona borrando tu falsa preocupación.
Soy el Rey.
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N/A
Mi corazoncito necesitaba hacer a un Chu Chu fuerte, poderoso.
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Algente. ||Soukoku||
أدب الهواة"10 adjetivos de lo que somos. Muertos y vivos. Asesinos. La misma moneda. Todo lo que somos Dazai."