Tessa
Mierda, mierda, mierda. Llego tarde otra vez, bueno, si no me doy prisa y consigo vestirme y desayunar en cinco minutos sí que voy a llegar tarde.
Abro el armario desesperada, recordándome a mí misma lo desastre que soy. Miré nerviosamente en el interior del mueble y, sin ser del todo consciente, elegí unos pantalones anchos vaqueros y una camiseta de One Direction que hacía por lo menos cuatro años que no me ponía. Como estábamos en invierno, no tenía pensado quitarme la sudadera grisacea desgastada que me acababa de poner, por tanto nadie se enteraría de la camiseta adolescente fanática que albergaba en mi armario.
Me até los cordones de mis vans negras favoritas y baje a la primera planta veloz como un rayo. Crucé la cocina para alcanzar lo más rápido posible el baño, que se encontraba al otro extremo de la habitación y me lavé los dientes con urgencia, tenía dos minutos para coger mi mochila y mi abrigo que se encontraban en el salón.
Dejé el cepillo en el vaso del lavamanos y literalmente corrí a por mis últimas pertenencias. Sentía que un pulmón se me iba a salir por la boca cuando llegué al salón y me quedé quieta observando la imagen que tenía frente a mi: Gia estaba durmiendo en el sofá con el mando de la televisión en su mano derecha.
-¡Gia! ¡Despierta! Vamos a llegar tarde. -Ella iba a llegar tarde también si no se daba prisa y resulta que seguía dormida como un lirón.
-¡Gia! -Dije esta vez más alto mientras la zarandeaba. - ¡Oye! ¡Qué despiertes!
Mi amiga que se encontraba durmiendo abrió los ojos con urgencia y se puso de pie mientras me observaba de una manera extraña, como si no entendiera nada de la situación.
-¿Qué pasa? ¿Has quemado la cocina otra vez? Tess, cuando llegue el seguro tú...
-¿Qué dices? ¡Vamos a llegar tarde a clase las dos como no espabiles!
-Tessa. -Me miro con ojos de no entender nada, como si le estuviera hablando en chino.
-¡Venga rápido! ¡Vístete! -No me podía creer que se tomase las cosas con tanta tranquilidad y ya comenzaba a molestarme.
-Hoy es sábado. -Me quedé quieta analizando la información que Gia me acababa de dar.
Miré mi teléfono y en efecto era sábado. Por un momento me relaje completamente y al instante no pude evitar sentirme estúpida e imaginarme lo absurda que me ví corriendo por toda la casa como si se tratase de una carrera en los Juegos Olímpicos.
Mi amiga suspiró y volvió a tumbarse en el sofá mientras encendía la televisión para hacer zapping. Gia era mi fiel compañera de piso y estudiaba arquitectura en la universidad que teníamos al lado del apartamento. Estaba en tercero de carrera, por lo que era un año más mayor que yo y creo que hay que recalcar lo perfeccionista y maniática del orden que es.
Gia al verme aún parada en medio del salón hizo hueco en el sofá y comenzó a hacerme señas para que me sentase.
-Te permito que te sientes en mi bebé un rato, aún tienes cara de susto. -Dijo sonriéndome.
Mi amiga era realmente muy guapa, tenía una larga melena ondulada de color castaño , unos ojos avellana y una sonrisa brillante. Además siempre estaba de bueno humor, bromeando de cualquier cosa con todo el mundo y siempre con ese carácter despreocupado que tanto le caracterizaba.
-Gracias, pero por esta vez rechazaré tu propuesta. -Dije entre bromas mientras le hacía una reverencia-Ya que me he vestido voy a ir a la biblioteca a terminar mi trabajo de clase.
-Es eso, ¿verdad? Prefieres a tus estatuas y a tus reyes muertos antes que a mí. -Gia hizo un puchero dramático y giró la cabeza hacia la ventana. -Adelante, pasatelo bien con tus tratados y tus guerras.
Sonreí levemente y tras coger mi mochila y mi chaqueta vaquera salí del apartamento.
Mientras iba en el ascensor saqué mi teléfono y me puse mi playlist favorita de Spotify tras coger mis cascos alto desgastados.
Gia siempre hacia bromas respecto a mis estudios universitarios y lo aburrido que le parecía estudiar a personas muertas. Incluso mis padres pusieron caras raras cuando les dije que me iba al extranjero para estudiar Historia en la universidad, pero al entender que era mi verdadera pasión, decidieron dejar que me independizase y me instalase con Gia, la controladora y maniática.
Cuando el ascensor llegó a la planta baja salí por la puerta del edificio y me puse rumbo a la biblioteca mientras sonaba la canción "I will survive".
Pasé por delante de una tienda de aparatos electrónicos y reparé en que estaban dando una noticia sobre un atentado en un museo al cual había acudido con la universidad en varias ocasiones. Me frené y aunque no podía escuchar la televisión leí en la parte de abajo de la noticia varios titulares que hacían referencia a un robo de papiros dentro de la sección egipcia, por supuesto tenían más años que Matusalén.
Seguí mi camino hacia la biblioteca que se encontraba a unos quince minutos del apartamento mientras me preguntaba quién robaría esos documentos viejos teniendo todas las esculturas y cuadros con tanto calor. Encogí los hombros. Hay gente para todo.
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Seth
FantasyTessa siempre había llevado una vida corriente pero todo cambió cuando él llegó. Sus ojos verdes trasmitían una frialdad incalculable y su sonrisa sarcástica se adentraron de golpe en el entorno de Tessa, destruyendo por completo todo atisbo de segu...