Seth

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Tessa

Me encontraba sentada frente a aquel documento amarillento por el paso del tiempo y con aspecto demasiado antiguo, parecía que iba a convertirse en polvo si lo miraba durante mucho tiempo. Seth había desplegado el papiro en el escritorio y mientras yo me quedada embobada, con la mirada perdida, él se colocó de detrás de donde me contrata, haciendo que notase su imponente presencia.

En el papiro había lo que parecían antiguos jeroglíficos que escapaban de mis conocimientos en historia egipcia que eran más bien escasos. Seth alargó su brazo y con sus elegantes dedos alcanzó una piedra de color morado brillante. Acto seguido la colocó en medio del documento dejándome aún más confundida.

-Está pieza es la necesaria para acceder muchos papiros que eran de procedencia divina. Ahora mismo sólo estás viendo unos simples jeroglíficos que hablan más bien de cosas sin importancia, sin embargo, aquí se encuentra grabado uno de los linajes más antiguos que sirvieron a los dioses desde tiempos inmemorables. -Dijo Seth aún a mis espaldas mientras apoyaba sus manos en el respaldo de mi silla. -Aunque te cueste creerlo, la magia convive con todos nosotros, estando presentes en nuestra vida desde que nacemos hasta el día de nuestra propia muerte. Este mineral está creado para que los dioses tengan la verdad guardada bajo llave y evitar que el desorden reine en la vida de los mortales. Ahora solo presta atención y abre todos tus sentidos. Es muy importante, Tessa, debes de conectar con tu pasado y tu linaje, tienes que estar receptiva.

Mi corazón latía tan rápido que incluso notaba como la sangre fluía por todo mi cuerpo. Seth colocó su mano derecha en aquel mineral morado y de él comenzó a fluir una especie de tinta dorada que poco a poco fue formando líneas y lo que parecían ser nombres. Cuando el quito la piedra y volvió a colocarla fuera del mapa pude observar que aquel rastro de tinta brillante se había convertido en un árbol genealógico con diversas ramas y que parecía mostrar como él dijo uno de los mayores linajes que había visto nunca. Un número increíble de descendientes daba forma a ese árbol, plasmando junto al color dorado su verdadera importancia.

-Muchos de ellos han ido desapareciendo del propio papiro ya sea por qué su misión fue completada, porque no fuesen trascendentales en la historia o por traición hacia los dioses. -Continuó Seth mientras señalaba los dos nombres que encabezaban todo, los primeros del linaje. -Adom Berk se enamoró de una joven y hermosa mujer qué ocultaba un secreto en su interior. Esa mujer era Isis y dio a luz a una niña de cabello negro y liso con un aura mágica. Su madre volvió con el resto de los dioses no sin antes despedirse de su amante y explicarle que su familia se había convertido en los protectores de las entidades divinas, pues su hija no era una simple mortal, se había convertido en una semidiosa y gracias a esa niña, que recibió el nombre de Anat, el linaje de hechiceras se inició. La magia afloraba en la sangre de las jóvenes, sin embargo, el don no aparecía en todas, si no que saltaba una de las generaciones para evitar un abuso de poder que podría causar daños muy graves.

Su voz era propia de un narrador de película. Cuando escuche mi apellido en la boca de Seth mi piel se erizo por completo, de la misma manera que me ocurrió cuando habló de mi abuela en aquel sótano.

-Tessa, tu eres la siguiente en el linaje. -Dijo señalando el ultimo nombre que se encontraba en el papiro: Theresa Berk. -Brujita, te necesito y te prometo que te ayudare a descubrir mi mundo, pero tienes que poner de tu parte.

Me levante de la silla para mirarle, aun atónita por todo lo que me estaba explicando. Seth está serio y sus ojos verdes me acuchillaron, esperando a mi respuesta. Me quede observándole intentado aguantar frente a ese verde, pero fue en vano y termine por apartar la cabeza y mirar al suelo.

-Yo no... -Aún no sabía que iba a decirle, la información daba vueltas por mi cabeza sin conseguir entender absolutamente nada.

-Brujita, te necesito. -Me repitió mientras la seriedad de su rostro desaparecía, volviendo ese brillo que siempre había visto en sus ojos.

-Pero... ¿Por qué? -Respondí aún escéptica.

-Me han llegado rumores bastante fiables de que un grupo de mundanos está intentando acabar con nosotros para gobernar en el reino divino. Una guerra de dioses está a punto de comenzar ya que hay sospechas de que alguien de los nuestros está involucrado. Si te soy sincero, creo que la Orden está metiendo las narices en medio de todo este lío. -La preocupación se apoderó de la voz de Seth haciendo que esta dejase de sonar tan fuerte y segura.

- ¿Que es la Orden? -Pregunté intentando buscar respuestas que me aclarasen un poco toda esta situación.

-La Orden es un grupo de hechiceros que a diferencia de tu familia nunca les caímos especialmente bien. Siempre ansiaron nuestro poder y no dudaran en intentar arrebatárnoslo y desterrarnos. Tessa, esto es muy importante, es probable que intenten ir a por ti, pero te protegeré con mi propia vida.

Por un momento me puse en la piel de Seth y comprendí la gravedad del problema. Me había metido en algo muy turbio y aun no era consciente de todo lo que se me iba a venir encima.