Pokémon: El Origen

Capítulo 5: Captura

Pokémon: El origen

Capítulo 5: Captura

Newt volvió a aquella cueva para darle las bayas azules a su compañero animal, Nat no estaba muy a gusto con la idea de darle alimentos desconocidos a Growlithe, por lo que le pidió que guardara una para que pudiera inspeccionarla. Axel era el más preocupado de los tres, sin duda tenía un gran vínculo con lo que se podría llamar su mascota. Esa noche durmieron en la cueva esperando a que Growlithe se mejore.

Al día siguiente Newt se despertó gracias a Growlithe, quien le estaba lamiendo la cara mientras movía su cola. Ante esto, Nat y Axel no pudieron evitar reírse.

Newt: ¡Ahh! Que asco... Veo que ya estás bien, Growlithe.

Axel: Él me despertó de la misma forma. Gracias a ustedes se mejoró muy rápido.

Nat: También fue gracias a ti, me pareció muy tierno la forma en que lo cuidaste toda la noche.

Las últimas palabras de Nat hicieron que Axel se sonrojara un poco y decidiera cambiar rápido de tema.

Axel: Gracias... Bueno, ¿alguien ya pensó a dónde vamos a ir? Salí por un rato y no pude ver nada más que árboles alrededor.

Nat: Bueno, creo que deberíamos ir hacia el oeste. Cerca al mar es donde hay más posibilidades de encontrar civilización.

Newt: Apoyo esa idea, pero primero tenemos que buscar algo para comer.

Nat: Me hiciste recordar, ayer estuve analizando la baya que trajiste y observé que no tenía rastro de ser tóxico para nosotros.

Axel: Entonces mientras avanzamos hay que recoger las que encontremos. En verdad me muero de hambre.

Los tres amigos salieron acompañados de Growlithe, iban comiendo algunas de las bayas azules mientras guardaban otra en la mochila improvisada que hizo Axel con su casaca y la de Newt. Aunque encontraban muchos tipos de frutas, se limitaban a comer las azules pues no tenían tiempo para analizar a las otras. Al ver una baya semejante a una cereza, Growlithe se abalanzó hacia ella y de un gran bocado se la comió sin darle tiempo a sus compañeros de detenerlo.

Axel: ¡Growlithe malo! No sabemos si eso te hará daño...

Newt: ¿Por qué se abalanzó así de la nada?

Nat: ¿Creen que él ya conozca las bayas por instinto?

Cuando Growlithe terminó de comer la baya, los rayos volvieron a brotar de su cuerpo, pero en lugar de ocultarse nuevamente, se pudo observar como que se rompían y dejaban libre al canino, dejando perplejos a los humanos que lo acompañaban.

Newt: No entendí muy bien lo que acaba de pasar.

Axel: Dímelo a mí...

Nat: Creo que esa baya le acaba de quitar por fin ese malestar.

Todos estaban algo alegres por la noticia, pero se distrajeron tanto que no pudieron esquivar los disparos de arena que vinieron en todas direcciones hacia ellos, haciendo que queden enterrados. Luego, unos pequeños insectos semejantes a cigarras empezaron a acercarse a los científicos, quienes empezaron a alterarse al ver la gran cantidad de bichos.