Capítulo 17

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|Vitiis nemo sine nascitur|

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|Vitiis nemo sine nascitur|

—¿Qué? —murmuró Ian con desconcierto.

Suspiré de manera pesada.

¿En serio tenía que repetirlo?

Los ojos expectantes de Ian me analizaron a la espera de una respuesta, después de haber pronunciado aquellas palabras la valentía que había obtenido para verbalizarlas había desaparecido por completo.

Todo lo que quedaba ahora era un incesante ardor invadiendo mis mejillas.

—¿Galilea? —sus ojos se abrieron expectantes y una expresión de curiosidad se adueño de su cara en el momento que pronunció mi nombre.

—¿Sí? —me relamí los labios nerviosa.

—¿Habías dicho algo? —media sonrisa pícara hizo acto de presencia sobre la comisura de sus labios.

—No, que va, no. —Hablé rápidamente.
—Adiós. —atropellé las palabras con intención de marcharme.

—¿Segura? —Arqueó la ceja derecha con incredulidad.

Exhalé fuertemente buscando las palabras que iba a pronunciar.

Maldito Ian.

—Te preguntaba sí podía dormir contigo. —repetí sintiendo lo mala idea que había sido decir aquello. —Pero déjalo, no importa, dormiré en la habitación de alado.

Avancé rápidamente fuera de su campo de visión consumida por la vergüenza, sintiendo como el color carmesí ahora no sólo recorría mis mejillas, si no mi rostro entero.

¿Y si había pensado que le estaba ofreciendo otras cosas?

Dios mío usa la cabeza antes de hablar, Galilea.

Me seguí regañando.

Puse mi mano sobre el pomo de la puerta contigua con intención de desaparecer, al menos hasta que toda la vergüenza se hubiese pasado, ese era el plan hasta que Ian carraspeó llamando mi atención.

Lentamente y con el corazón en un puño me giré, los ojos grises de Ian me observaban divertidos mientras una sonrisa arrogante invadía su cara.

—Puedes dormir conmigo sí así lo quieres.—habló procesando las palabras.

El escuchar esas palabras salir por su labios provocaron que el corazón me martillease con más fuerza.

Mentiras Peligrosas ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora