Capítulo 25

3.1K 396 189
                                    

|Mors omnia aequat|

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|Mors omnia aequat|

Parpadeé.

Parpadeé varias veces tratando de dilucidar si era cierto lo que mis ojos estaban viendo.

No podía creer que fuese verdad.

La boca del que portaba el pasamontañas se torció en una mueca, con excesiva ironía, como si se burlara de mi repentina sorpresa, como si todo formase parte de su juego.

Ante el inquietante gesto los hombros me comenzaron a subir rápidamente indicando que mi respiración ya agitada se volvía por instantes frenética.

No podía dejar que mi cuerpo me delatara.

No podía mostrarle a I.K que estaba muerta de miedo.

Tragué saliva y llené con cautela mis pulmones con todo el aire que podía retener por unos segundos.

Íbamos a enfrentarnos a esto.

—¡Por favor, pasad!  —la constante vehemencia y exageración en cada una de sus palabras me inquietó hasta ponerme la piel de gallina. —Os estaba esperando.

Apesar de que llevaba la cara cubierta se podía apreciar como sus ojos se achinaban en lo que parecía un ademán de burla.

I.K se estaba riendo de nosotros.  

Ni Ian ni yo dimos un solo paso al frente ni tanteamos el terreno, solo nos limitamos a permanecer parados a escasos metros de donde se encontraba el asesino sin saber muy bien como actuar.

Las piernas se me habían paralizado por lo que no podía evitar quedarme inmóvil en mi lugar, el cuerpo entero se me sacudía a causa del penetrante e imponente miedo que invadía mi sistema nervioso al tenerle delante, pero aún así ni un solo musculo de mi cuerpo era capaz de moverse.

Estaba quieta, rígida como si todo fuese irreal.

Como si todo fuese un mal sueño y en cualquier momento pudiese despertarme.

Pero no era así.

Esto era real y debíamos enfrentarnos a ello.

Cerré los ojos escuchando como podía percibir el latido de mi corazón arrasando con el penetrante silencio que se había creado después de que I.K pronunciase palabra.

Varias gotas de sudor frío surcaron mi espalda indicando los claros indicios de pánico acrecentándose en mi cuerpo a medida que el tiempo transcurría.

La última vez que había estado frente él le había cortado con un bisturí y algo me hacía sentir que mis actos tendrían consecuencias.

Me hacían sentir que I.K nos había traído aquí por otro motivo totalmente distinto al que pensabamos.

Pero debía averiguar el porqué, necesitaba saber por que estábamos aquí de nuevo frente a él, cara a cara.

Por que ahora.

Mentiras Peligrosas ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora