Capítulo 22

3.3K 444 409
                                    

|Serendipia|

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

|Serendipia|

Todo paso muy rápido.

El sonido, el impacto.

Todo había sucedido tan deprisa que cuando abrí los ojos no sabía donde me encontraba ni lo que había sucedido en aquel instante.

Físicamente no sentía nada salvo un horrible e inquietante dolor en lo más profundo de los oídos, estos aún seguían sin oír el sonido de forma nítida y limpia.

Oía todo distorsionado como si un pitido se hubiese acoplado a cada onda sonara que mi sistema auditivo podía percibir.

Apenas podía hacer el amago de abrir los ojos ya que el humo procedente de aquella explosión  de carácter  desconocido me impedía divisar aquello que se alzaba a mi alrededor.

No oía ni veía nada.

No lograba entender que estaba pasando.

Los recuerdos del suceso invadían mi cabeza de manera fugaz mientras permanecía echada en el suelo.

¿Qué narices había pasado?

Hice un esfuerzo sobrehumano por abrir  los ojos sintiendo como de manera inmediata estos empezaban a arder a causa de lo que fuese que había invadido el ambiente de ese gas corrosivo para la vista.

Una vez los tuve abiertos a pesar de las incesantes ganas de cerrarlos me obligué a mirar hacía mi alrededor para darme cuenta de lo que había sucedido.

Cerré los ojos al instante.

No puede ser real .

Traté de repetirme varias veces mientras miraba la escena.

A un costado de la carretera que se encontraba frente a mi casa se  hallaba un vehículo completamente destruido.

Era el BMW de Ian.

Este estaba invadido por el fuego que cada vez era más creciente debido a la explosión que había sucedido hace apenas unos cuántos minutos.

Con el corazón en un puño y los nervios a flor de piel miré a mi derecha tratando de buscar a Ian.

Este se encontraba con los ojos grises entreabiertos observando con la misma estupefacción que yo aquella impactante escena.

—Que diablos...—murmuré aún sintiéndome completamente aturdida.

Acabábamos de estar dentro de aquel vehículo. 

La mirada de Ian no se despegó de la escena ni si quiera cuando mi voz resonó, este aún se encontraba fijo mirando el panorama como si aún no terminase de asimilar lo que había sucedido.

Mentiras Peligrosas ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora