[BORRADOR]
Tras la muerte de su padre y un cambio inesperado de ciudad, Galilea se ve envuelta en una serie de extraños sucesos; mensajes anónimos, un cadáver y un chico misterioso que le observa entre las sombras.
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Derkrins parecía el típico pu...
(*) Arriba os dejo el book tráiler de la novela, ¡Espero que os guste mucho!
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| Lo que no te mata te deja roto por dentro.|
Miré mi teléfono perpleja, sintiendo como un escalofrío me recorría la espina dorsal de forma automática.
¿Qué narices acababa de pasar?
Me tomó unos segundos darme cuenta de qué estaba sucediendo y la verdadera magnitud de todo aquello. Pero cuando lo hice la piel se me erizo de nuevo en el momento que lo entendí con claridad.
Acababa de oír como habían asesinado a una persona, había oído las últimas palabras de Kiara Koch.
El temor me invadió de inmediato.
Miré hacía todos lados sintiéndome observada e inquieta, el corazón me subía y bajaba de forma constante martilleándome contra las costillas con insistencia, el sudor ya había comenzado a recorrer mi espalda en un claro signo de pánico.
Y justo cuando pensaba que la situación no podía volverse peor, pude vislumbrar como una persona se acercaba de forma pausada a dónde yo estaba. El primer instinto que agolpó a mis sentidos fue el huir, pero el shock era tal que las piernas no me respondían, estaba aún inmóvil debido al impacto que aquella grabación me había inducido.
Todo en mi gritaba desesperadamente por una reacción pero me quedé en el suelo tirada viendo como aquella figura cada vez estaba más cerca de mí.
Mi corazón se paró por unos segundos.
Entre toda la niebla que caracterizaba el pueblo de Derkrins pude ver de quién se trataba aquella figura desconocida que avanzaba entre la tenue luz del día, pude ver como Ian Koch venía hacía mí.
No me achanté ante su presencia, me levanté del suelo sacudiendo ligeramente la ropa que traía puesta. Iba a plantarle cara, estaba segura de qué todo esto había tenido que ser algún tipo de siniestra broma para asustar a la chica nueva.
Y de ser así no iba a quedarme callada.
—¡Eh! — Le llamé alzando la mano, mi voz no titubeó sonó con decisión debido a la rabia que me recorría.
Este iba con la mirada fija al suelo, pero cuando mis palabras resonaron por aquella calle desierta, levantó la cabeza en respingo para mirarme de lleno, su semblante era aún más frio, serio e incluso siniestro de lo que recordaba con respecto a la última vez que le había visto, en su rostro se podían apreciar como debajo de los imponentes ojos grises se hundían unas pronunciadas ojeras que denotaban la falta de descanso.
En su mano derecha llevaba un cigarrillo que estaba a punto de consumirse, como si hubiese pasado un buen rato sin ser usado.
