-Tú... ¿Eres mi mamá...?.
Segunda temporada de "Mi hogar (Sasuke y tú)"
Los personajes no son de mi pertenencia, Masashi Kishimoto es su creador. A excepción de ___.
Creditos a @yumi_art por su personaje (___)
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Sasuke Uchiha nunca estuvo verdaderamente interesado en Sakura Haruno, eso era un hecho. Pero ahora más que nunca necesitaba la ayuda de su ex compañera de equipo. Era una emergencia, tanto para él, como para su amada y su pequeña recién nacida, Sarada.
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—Es lo mejor que podemos hacer para protegerle... — había susurrado su amada castaña, la cual llevaba en brazos a una Sarada recién nacida. —Tú más que nadie debes entenderlo, mi amor... — la pálida mano de la mujer, acarició con sumo cuidado la mejilla del Uchiha, el cual le era imposible apartar la mirada de su primogénita.
—Lo último que deseaba, era que nos sucediera esto... Se suponía que ibamos a ser una familia feliz, le daríamos a esta niña lo que ambos nunca pudimos obtener... —la mano de aquel atractivo hombre, acarició con sumo cuidado la cabeza de la bebé, la cual reposaba tranquilamente —No quiero apartar a nuestra hija de ti. Me niego a llevarmela, y mucho menos a Konoha — los ojos mieles de la chica se posaron en su hija, de tan solo unas horas de vida.
—Sarada no está segura con nosotros, y para mi es desgarrador tener que apartarme de mi pequeña, ni tu ni nadie puede entender lo que siento, al tener que arrancar tan violentamente de mi lado a esta niña... La llevé en mi vientre durante meses, y yo más que cualquier otra persona en la tierra quiero escucharle decir sus primeras palabras, quiero cambiar sus pañales... No esperé tanto para que mis brazos estén vacíos — pasó a aferrar a la pequeña a su pecho, mientras su voz se quebrara. —Pero quiero la seguridad de ella ante todo... Por lo que es mejor apartarle de mi.
El Uchiha apartó la mirada y suspiró, su amada tenía razon.
Desde el momento en que se enteraron que esa bebé venia en camino, la consideraron una bendición. Él había cometido demasiados pecados como para ser contados, y ella... Ella había sido su luz desde que la conoció.
Su interior estaba ensombrecido, estaba conciente de que la castaña no volvería a ser la misma, desde que el partiera de su lado con su pedazo de amor junto a él.
Miró su vientre, aún abultado por la vida que hasta hace unas horas, se econtraba ahí dentro. Ese quizá sería el único recuerdo que tendría de su pequeña... Y era algo temporal, puesto que también lo perdería.
—Maldita sea — murmuró.
La oscuridad de la habitación, les acompañó en aquellos instantes, donde la familia Uchiha original estaba reunida.
. . .
—Escúchame con atención, Sakura — el pelinegro mantenía su mano firme en el hombro de su amada, mientras esta arrullaba a la bebé en sus brazos. —Esta es Sarada Uchiha, mi hija junto a ella — la pareja se miró, y la chica sonrió, antes de volver a mirar con tristeza a su hija, siendo esa mirada, captada por su pareja.
Por primera vez en su vida, Uchiha Sasuke no pudo continuar lo que había empezado. Se sintió totalmente incapaz de indicar a la ojiverde, lo que iba a hacer a continuación.
—Sakura Haruno... — la castaña miró con bastante seriedad, la Haruno sintió escalofríos, y ahí fue cuando entendió el por qué esa mujer había sido elegida por Sasuke para ser la madre de su bebé. —Sarada vivirá contigo. No daremos detalles, pero entre nosotros esta niña no está segura, y tu eres a quien hemos elegido para esto. Debes cuidar a Sarada con tu vida, en cuanto me entere de que a mi niña le ha ocurrido algo, estando bajo cuidado tuyo, el Shiki Fūjin te parecerá una opción sencilla de muerte, con todo lo que te haré. Y creeme — en medio de la oscuridad en la que se encontraban, Sasuke Uchiha activó su Sharingan, y sorpresivamente para Sakura, la castaña activó un ojo que muy pocas veces había visto.
El Rinnegan.
—No sabes de lo que somos capaces unidos, Sakura. Y no queremos tener que demostrarlo — la Haruno se encontraba tensa, estaba siendo fieramente amenazada por esta pareja, al punto de casi tener miedo por aceptar el cuidado de esa bebé. En cuanto ambos pararon de utilizar sus poderes oculares, Sakura pudo relajarse un poco y soltar un suspiro —Estaré a tu lado, para cuidar de Sarada junto a ti. Le haremos creer que tu eres su madre, y que tu y yo estamos casados.
—No puede saber de mi existencia, no le permitas el beneficio de la duda — la castaña dejó en brazos de la ojiverde a la bebé, para luego ser arrastrada al pecho del Uchiha, a manera de darle su apoyo y hacerle menos dolorosa aquella separación.
—Al menos...¿Puedo saber tu nombre? — cuestionó la chica de pelo rosado, causando una sonrisa forzada en labios de la contraria.
—Mientras menos sepas, mejor — fue su única respuesta, antes de acariciar la cabeza de su bebé. —Mi pequeña Sarada... Tu padre y yo hacemos esto por tu seguridad... Debes comer sano, para estar siempre en salud, nunca le faltes al respeto a tu padre, y por favor no salgas tan terca y orgullosa como yo —besó la frente de la bebé, antes de mirar a Sakura.
Sasuke pasó a colocarse junto a ella, mientras acariciaba la mejilla de su esposa, y esta se acunaba en su mano.
—Te amo, mi amor... Nos volveremos a ver, de eso estoy seguro — la ojiverde estaba perpleja ante las palabras de Sasuke.
Nunca, pero nunca se imaginó escuchar esas palabras tan melosas salir de la boca de ese personaje.
—Ya vayánse y dejen de hacerme esto más difícil — el pelinegro se acercó a los labios de su amante, y los besó, transmitiendole todo el amor y cariño que le tenía.
El Uchiha emprendió su partida, junto a la Haruno, que llevaba en brazos a la pequeña, mienttas que la castaña les miraba irse.
Y en medio de la noche, el corazón de ___ de Uchiha y Sasuke Uchiha se quebró, al tener que destrozar la familia que tanto trabajo y espera les había costado construir.
Sin estar conscientes de que, 12 años después, toda la verdad saldría a la luz, y así todo el mundo se enteraría de...