La verdad tras el nacimiento de Sarada Uchiha. [Libro 2]

Capítulo 22.

─¡Buenos días!─ Sarada abrió de par en par la puerta que daba al dormitorio de sus progenitores. ─¡El sol ya salió, y debemos de ir a comprar las últimas cosas para el departamento!─ Sakura Haruno se encontraba tras de ella, rascando sus ojos, tratando de quitarse la pereza, pues recién acababa de despertar.

─Hmm, 5 minutos más princesa─ murmuró la castaña, mientras se aferraba más al pecho desnudo de su esposo. Sasuke se removió un poco, acariciando el pelo de su pareja.

─Sarada nos dormimos muy tarde todos anoche, por favor deja que tu madre y yo descansemos unos 5 minutos más─ la pelinegra miró con cierta picardía a sus padres, los cuales se acurrucaban y se propinaban ligeras caricias. 

─Ah claro, me estaban haciendo un hermanito─ de inmediato la pareja abrió los ojos por la sorpresa ante aquel comentario. Su madre se levantó un poco, demostrando que no se encontraba desnuda. 

─¡Sarada!─ exclamó sonrojada su madre. 

La Uchiha soltó una risita juguetona, ante la reacción que había tenido mamá Uchiha. Le recordó un poco a la esposa del 7mo Hokage.

─Bueno mamá, ya que estás bien despierta, ¿por qué no hacemos el desayuno juntas?─ Sakura colocó una mano en el hombro de Sarada, y negó un poco. Ligeramente sonrojada, tras ver el buen cuerpo que tenía Sasuke, y por no hablar del que ostentaba su esposa, bajo una fina blusa para dormir.

─Eres una pillina... Por cierto, buenos días a ambas─ la Haruno saludó con la mano libre, tratando de evitar la mirada del azabache, el cual al notar su presencia, cubrió con las sábanas su piel desnuda. ─Buenos días amor─ murmuró a su marido, depositando un corto beso en sus labios, antes de salir de la cama y estirarse.

Sarada se apresuró a saltar a la cama de sus padres y remover a Sasuke, en cuanto vió que éste se disponía a dormir nuevamente.

─¡Ya despierta, papá!─ el contrario gruñó, abriendo los ojos. Su vista se fijó en su esposa, la cual se miraba en el espejo mientras recogía su largo cabello en una coleta. Sonrió. 

Su esposa e hija juntas... Esos eran los despertares que el anhelaba.

─Bebé deja a tu padre dormir un poco más, ya lo despertaremos más tarde─ la castaña pasó las manos húmedas por su rostro, tratando de despertar más rápido. 

─Que va, ya estoy despierto─ Sasuke se dió la vuelta, causando que su hija soltara un pequeño grito cuando éste la aplastó.

─¡Papá eres muy pesado!─ argumentó la pelinegra, empujando a su padre.

Sakura miraba con una sonrisa desde la puerta. Le dolía ver toda aquella felicidad que ella deseaba tener, más sin embargo, la sonrisa de Sarada era tan sincera y llena de vida y alegría, que valía la pena.