La verdad tras el nacimiento de Sarada Uchiha. [Libro 2]

Capítulo 32.

─¿Qué clase de juego es este?─ Sasuke miraba a su... Bueno, a su gemelo, el cual se acercaba a la castaña para ayudarla. 

─¿Quién te ha dado derecho para lastimarla?─ el segundo azabache ignoraba olímpicamente su pregunta, y emitía una él. Definitivamente ese debía de ser su persona, y era aterrador verse a sí mismo.

─Está mal de la cabeza. Dice ser mi esposa y madre de mi hija─ guardó su katana y se acercó a la pareja, se preguntaba si estaría admirando algún truco barato, mientras admiraba a su doble.

─Lo dice porque es MI esposa, y la madre de MI Sarada─ papá Uchiha deslizaba su mano por la espalda de la castaña. Se alarmó un poco al ver el hilo de sangre que corría por esta, debido al corte limpio que le había provocado ese... Sádico.

Era y... Se sentía como si estuviera reviviendo sus años en los cuales era un loco sin remedio, y quería matar todo, y a todos. Pero ésta vez, esa versión de él, quería asesinar la luz de su vida.

─Espera... ¿Tu tienes una hija llamada Sarada?─ cuestionó el forastero, llevando una mano a su cabeza. Le comenzaba a doler por todo aquel desastre.

─Al parecer, no estamos en nuestra dimensión─ ___ suspiró ante su propio comentario.

─Los únicos que podemos viajar entre dimensiones actualmente, somos los Ōtsutsuki y yo─ la señora Uchiha abrió los ojos de par en par. 

En este mundo seguro tendrían más información de los Ōtsutsuki, lo que probablemente significaba, que aquel hombre idéntico a su esposo... Ese Sasuke quizá podría tener todas las respuestas que ella necesitaba en ese momento.

─Lamento haber... Lastimado a tu esposa─ murmuró el contrario, fijándose mejor en aquella chica. Era verdaderamente atractiva, y también... Era usuaria del Rinnegan. Ojo poco común, y que muchos deseaban. No parecía ser tan fuerte, pero tampoco podía negar el hecho de que corría bastante rápido.

Le tomó su esfuerzo atraparla, y fue porqué ella misma se detuvo, al encontrarse cansada y sin fuerzas para seguir huyendo de él.

─Su Sarada... ¿Cómo es?─ cuestionó intrigado. Puesto que si ya de por si su hija era guapa, siendo descendiente de Sakura, entonces viniendo de aquella mujer, debía serlo aún más.

─Como la de ustedes. Solo que no usa gafas y tiene el pelo muchísimo más largo─ la castaña miró a su Sasuke, curiosa. ¿Ya había visto a la hija de la pareja de aquella dimensión.

─Ya veo...

─¿Quién es la madre de Sarada aquí?─ exigió saber, ___.

Su marido se sacudió, como si estuvieran hablando de un fantasma, y se puso pálido.

─Sakura─ contestó el Sasuke de aquel mundo. ─Me casé con Sakura y la tuvimos─ la castaña hizo una mueca de asco, mientras negaba. 

Gracias al cielo y al universo, que ella no pertenecía a ese extraño mundo paralelo.