La verdad tras el nacimiento de Sarada Uchiha. [Libro 2]

Capítulo 15.

─¿Cómo es mi mamá?─ una vez un poco apartados de la torre, Sarada entablaba una cálida conversación con su padre.

─Es la mujer más hermosa que ha existido jamás─ Sarada arqueó una ceja, y soltó una pequeña risa. ─¿qué creías?, no fue precisamente por mí que saliste tan guapa... ─ Sasuke miró el cielo con una pequeña sonrisa.

Una ráfaga de viento hizo que su cabello se moviera un poco. El Uchiha cerró los ojos.

─Tiene el cabello castaño, bastante suave. Es un poco más baja de estatura que yo, le llevaba unos centímetros la última vez que nos vimos─ la pelinegra le miró intrigada.

─¿Tu también tienes mucho tiempo que no ves a mamá, papá?─ Sasuke asintió.

─Solo la ví una vez tras separarnos... Créeme cuando te digo, que ninguna misión es tan difícil y desgarradora como separarte de tu madre. Me he sentido horrible todos estos años, manteniéndote bajo una mentira, y privandote de el amor de ___.

─Cuéntame más de mamá─ la primogénita de la pareja, recostó su cabeza en el hombro de su padre. ─¿Cómo es su voz?, ¿sus ojos?, ¿qué tal su sonrisa?─ el pelinegro rió de forma suave, antes de recostar un poco su cabeza, sobre la de su hija. 

─Su sonrisa... Es encantadora y cálida.

─Recuerdas mucho de mamá, para tener tanto tiempo sin verla─ argumentó la joven.

─Tu madre...─ un ligero sonrojo, casi imperceptible, acompañado de una sonrisa ladina, se apoderaron de la cara perteneciente al Uchiha mayor. ─Ella es el amor de mi vida, y junto contigo, pequeñina mía, son mi vida completa.

Uchiha Sarada sonrió de forma tierna, mientras se acomodaba mejor contra su padre. ¿De este paraíso se había perdido tantos años?. Se sentía completamente amada, ahí, sentada junto a Sasuke.

Si era así solo con su padre... No habría forma de describir cómo sería cuando los tres estuvieran juntos.

─Ya quiero conocer a mi mamá...─ murmuró, mientras cerraba los ojos y se acostumbraba aún más a la calidez que irradiaba su padre. ─Crees que... ¿Lograré reconocerla, papá?.

Sasuke se mantuvo en silencio unos valiosos segundos, antes de mirar a los ojos a la pelinegra y sonreír.

─Lo sentirás aquí─ tomó con suavidad la mano de su hija, y la llevó hasta su pecho, en la zona de su corazón. ─Estás más unida a tu madre de lo que piensas, incluso, creo que hasta más que yo...─ su sonrisa se amplió aún más. ─Tu madre tiene un aura tan... Tranquilizadora y pacífica, que sería imposible no reconocerla.

─Llegué a conocer a tu madre Sarada─ el rubio Uzumaki colocaba una mano en el hombro de la pelinegra. ─Además de hermosa, es muy fuerte─ sonrió.