La verdad tras el nacimiento de Sarada Uchiha. [Libro 2]

Capítulo 38.

La vuelta a su apartamento y hogar, había significado un respiro para Sarada. No quería revivir ni en su pensamiento, aquel espantoso remolino de recuerdos, que resultaban traumáticos para ella. Tan solo pensar en el hombre de la capucha...

La primera noche, sus padres permitieron que durmiera con ellos. Los tres estaban bastante cansados, y no habían dormido del todo bien, o en el caso de sus padres, simplemente no lo había hecho. 

Ahora estaba ocurriendo algo verdaderamente importante en su familia, que la mantenía despejada de todo pensamiento negativo. Hacía tan solo unas pocas horas atrás, que su padre le había informado, que se casaría de manera formal, con su madre. Ella, Ino, Hinata y las demás conocidas de ___, se encargarían de planear toda una boda sorpresa para ella. 

Mientras que él y Naruto, prepararían un lindo escenario, para el poder proponerle la idea. El plan era el siguiente: 

Su se había mostrado insistente, con la idea de hacer un pequeño picnic antes de que Sasuke partiera. Tenía el deseo también, de que fueran algunas de sus amigas, y sus familias. Sasuke había insistido en hacerlo familiar, hasta que empezó todo el proceso, que significaba la unión en matrimonio, oficial, de los Uchiha. 

─ ¿Qué tipo de flores le gustan a ___? ─ la runia Yamanaka trataba de armar el ramo, que se le otorgaría a su amiga. 

─Las rosas rojas─ emitió el pelinegro de inmediato. ─Dice que le recuerdan al rojo del Sharingan, por lo tanto, le recuerdan a Sarada y a mí. Además, el símbolo del clan lleva rojo─ Sarada se sorprendió ante lo mucho que su padre prestaba atención, en cuanto a los gustos de la castaña. Incluso las más mínimas cosas, como el que el rojo le recordara a ellos. 

─Es lo más tierno y aterrador que he escuchado─ un clon de Naruto Uzumaki, acompañaba a su amigo, y la hija de éste, en la romántica travesía.

─ ¿Aterrador? ─ cuestionó intrigada, la pelinegra. 

─Es. . . Escalofriante ver a Sasuke decir algo así. Por un momento creo que temblé por el escalofrío, que casi me parte la espalda─ el 7mo Hokage, en compañía de la rubia y la primogénita de los Uchiha, explotó a carcajadas.

Sasuke se dió media vuelta, otorgándole su amplia espalda, a los demás. Así no podrían ver el sonrojo que empezaba a hacerse presente en sus mejillas. 

Todo iba según lo estipulado. Bajo la gracia de Karin y Tsunade, ___ se mantenía constantemente ocupada, haciendo quien sabe qué. Pero era seguro, que no tenía un ápice de sospecha, ante lo que se le venía próximamente. 

Mientras pasaban los días, Sasuke iba tornándose lentamente un manojo de nervios. Ese era el poder que su esposa ejercía sobre el. Algo tan fuerte, que lo podía sacudir al completo, y el no se negaría a ello. Era su fantasía, y al mismo tiempo, su realidad.

La promesa de un amanecer eterno, a su lado y con su hija, era todo lo que Sasuke necesitaba para estar feliz. ___ y Sarada... Ambas lo eran todo para él.