-Tú... ¿Eres mi mamá...?.
Segunda temporada de "Mi hogar (Sasuke y tú)"
Los personajes no son de mi pertenencia, Masashi Kishimoto es su creador. A excepción de ___.
Creditos a @yumi_art por su personaje (___)
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tenerte entre mis brazos es la cosa más hermosa que ha podido ocurrirme, en estos 19 años de vida que poseo, ___. Eres como el regalo más grande que alguien ha podido obsequiarme. Solo llevo dos años a tu lado, y no me falta más para saber que quiero... No, anhelo pasar el resto de mis días junto a ti.
Deseo verte crecer como persona, así como crezco yo, bajo tu guía cada día que pasamos juntos. Desde que te conocí en aquellas escaleras, hasta ahora que te beso apasionadamente, mientras tu acaricias mi nuca.
Poco a poco voy comprendiendo que eras tú lo que siempre había buscado, a parte de mi eterna venganza, y el deseo de destrozar la aldea que obligó a mi hermano a cometer la atrocidad de masacrar el clan.
─Te amo─ murmuré contra tus suaves labios, mientras juntaba mi frente con la tuya, y llevaba tu mano a mi pecho, tu solo contacto me provocó escalofríos.
─Yo también te amo─ tu mano disponible viajó hasta mi mejilla y me atrajo una vez más a tus suaves labios, que junto contigo completa, representaban mi total perdición. ─Te amo tanto...
Igual como yo lo hacía contigo, mi amor. Eres mi luz eterna, y una tan cálida que nunca me apartaré de ella. Buenas, malas, no me importa siempre y cuando sean contigo. Absolutamente todas ellas.
─Sasuke─ mi nombre salió de tus labios, luego de que acortara nuestro beso. ─Quiero hacer el amor.
Tu comentario me tomó por sorpresa, debía de admitirlo, pero no negaría tu deseo. Me causaba ansias poseerte en cuanto a pasión hablamos.
Y la nuestra era inmensa.
Sabíamos compenetrarnos a grados escalofriantes, y amarnos hasta la saciedad... Que nunca llegaba, por cierto. Estoy seguro que ni porque pasen 1000 años nuestro amor se acabará. Tu y yo estábamos destinados a encontrarnos, a enamorarnos...
A amarnos.
Y nuestro legado será igual. El lazo de guerra que en mis genes habita, por herencia de Indra, estoy seguro que existe también como uno de amor, que va conectado contigo, y toda tu generación. Todavía dentro de 1000 años, reencarnaremos y nos encontraremos, para cumplir nuestro deber.
Tu eres tan mía, como yo soy tuyo. En corazón, cuerpo y alma.
Retiramos tus ropas para observar aquel cuerpo del cual nunca me cansaba. Podremos haber tenido mucha intimidad ya, pero cada una es diferente. Pero siempre mejor que la anterior.
Tu mirada permanecía fija en mí. Besé tu frente, tu nariz, ambas mejillas y por último, los labios. Tus manos fueron recorriendo mi cuerpo, sobre la ropa y debajo de esta.
─Desnudame─ te pedí, mientras mis labios bailaban en tu cuello.
Y así fue, en aquella cama de la posada, me retiraste la ropa, y permitiste que me recostara sobre ti, mientras mi lengua acariciaba tu pecho, y luego...
─Amor─ gemiste, mientras enredabas tus dedos en mi cabello, y yo acariciaba uno de tus dos puntos erógenos superiores, ubicados en tu pecho.
En cuanto terminé con el primero, mimé el segundo de igual forma. Y luego los besos por tu vientre, arqueaste la espalda cuando mis labios besaron tu monte de venus.
Mi lengua acarició tu principal punto de placer y cerraste los ojos, para poder dejarte llevar por tus sentidos, y mis lamidas constantes, aunque lentas y largas, para que pudieras sentir mi lengua en la totalidad de tu intimidad.
Era tiempo de amarnos, y quería hacerlo lento, disfrutar cada movimiento y caricia, mientras nos entregamos juntos a un oscuro placer carnal. Donde te llevaría a conocer las puertas de un mundo de puro placer y excitación.
─S-Sasuke me voy a... ─ asentí, lo podía notar en la forma que apretabas las sábanas, consumida por el placer, y como movías tus caderas, buscando más contacto entre mi lengua y tu sexo.
─Hazlo mi vida, no te contengas.
Y así fue como alcanzaste tu primer orgasmo de la noche.
─Perfecto─ murmuré contra tu oído, sorpresivamente con una voz ronca que no esperaba saliera a la luz. Besé con cuidado y cariño tu coronilla, mientras jadeabas.
─Eso fue... Dios─ los colores subían a tu mejilla y no pude evitar reír un poco.
─Viene la mejor parte. Abre un poco más las piernas, para poder deslizarme bien en tu interior─ asentiste y obedeciste. me aparté para tener una vista completa.
Ahí frente a mi, estabas acostada con la respiración un tanto agitada, y un ligero sonrojo adornando tus mejillas, un sonrojo que iba perfectamente de la mano con la fina capa de sudor que comenzaba a cubrirte.
Tengo la mejor prometida de todo el mundo.
Tomé mi miembro y lo rocé con tu entrada. Inmediatamente gemiste y volviste a cerrar los ojos.
─Eso es linda, dejame todo el trabajo a mí. Tu solo disfruta... ─ mientras hablaba, me fui deslizando en tu interior, haciéndonos un solo ser. ─déjate llevar por el placer de nuestra unión, y permíteme amarte de esta forma.
Inicié el baile de nuestras caderas, y el placer que sentía, una vez más era inexplicable.
─No sé cómo le haces... ─Tus hermosos ojos me miraban de forma fija, mientras tus manos se iban directas a mi espalda, para ayudarme a sostenerme, y para aferrarme más a ti.
─¿Cómo hago el qué?─ aumenté la velocidad de mis movimientos, causando que gimieras. ─Perdona, con ese dulce y excitante sonido se me hace difícil escucharte─ y era verdad. Mi cordura estaba en peligro, mientras más embestidas realizaba.
El sonido que hacían nuestros cuerpos al chocarse una y otra vez, tus gemidos y mis gruñidos le daban un toque mágico e íntimo al nuestra habitación.
Cuando sentí que ya venía mi orgasmo, cambié mi posición, quedando a un costado tuyo. Me apoyé como pude en mi pedazo de brazo, mientras con el otro mantenía tus piernas abiertas para mi.
Besé tus dulces labios, mientras permitía que mi... Bueno, mi líquido llenara todo tu interior.
─Me haces sentir tan amada... Deseada─ tu cabeza se ocultó entre el espacio que conformaban mi cuello y hombro. Me pareció precioso ese detalle. Aunque ambos estuviéramos todo sudados y pegajosos. ─Eres increíble.
─Tu eres increible, mi vida─ me recosté al completo, y tu sobre mi, fundiendonos en un abrazo. Y caer rendidos ante el sueño que nos invadía tras excitante encuentro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.