Confianza.

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Tsunade se encontraba en los últimos preparativos para la cuarta guerra ninja. Todos sus shinobis trabajando arduamente, tenía un gran apoyo de todos, destacando la de su jefe estratega y su hijo del clan Nara.

A pesar de eso, ciertos gennin visitaron a la Hokage en pleno trabajo, se trataba de Konohamaru quien fue directo con lo que deseaba.

—Quiero estar en las primeras líneas por mi aldea.

—No hay lugar para ti allí— habló sin dejar de hacer su trabajo, tratando de ignorarlo.

—¡Derribé a Pain yo solo! Estoy perfectamente calificado para estar en primera línea.

—Estas interfiriendo mi trabajo, ¡Sal de aquí! — gritó mandándolo a volar afuera de la oficina—Niños molestos.

Una vez que continuó, no se pudo concentrar. Comenzó a recordar aquel momento en el que le regaló el collar del primer Hokage a su hermano y la felicidad de este, la determinación por ser líder de la aldea siempre sorprendía a la rubia.

—Maldita sea.

Teniendo la necesidad de tomar un poco de aire, comenzó a caminar por los alrededores.

Mucha gente trabajando duro, shinobis moviéndose de un lado a otro obedeciendo sus órdenes. Seguramente estarían nerviosos por la guerra, pero podía respirarse fuerza y energía.

Entonces fue que llegó a un pequeño puente, el cual estaba completamente desierto a su alrededor. Aquel el cual solía pasar junto a Nawaki, y eso mismo le trajo recuerdos.

—Siempre tan energético, tan joven y habías ido a una guerra —suspiró mientras se sentaba sobre el borde con vista al agua. Entonces recordó un sueño, uno que había tenido mientras estaba en coma. Ella estaba en un mundo paralelo el cual se encontraba Dan y su hermano a su lado, viéndolos crecer, convertirse en grandes shinobis. Eso hizo que sonriera con tristeza —Los extraño tanto.

Pero había algo que no se sentía bien, un vacío en su pecho.

Al volver a caminar con intensiones de seguir con su trabajo a pesar que aun se sentía algo deprimida, una melodía llega a sus oídos.

—¿Qué es?

La gente que tenia a su alrededor también se percató de ello y comenzaron a buscar el responsable. Entonces levantando la vista hasta la cima de una construcción el cual dejaba que una gran parte de la aldea pudiera verla, se encontraba ella.

La melodía era pacifica, hermosa, de las que relajaban tu cuerpo y te hacían sonreír. Podía verse a Kurenai salir de su casa para mirarla, al igual que los cuarteles de medicina y armas donde estaban Ino, Sakura y Tenten entre demás shinobis.

Entonces Tsunade sonrió y cerró sus ojos unos segundos para disfrutar de la música que su novia regalaba, sintiendo paz en su alma.

Ella era lo que completaba su felicidad.

—Gracias ____.

Al volver a la oficina, se encuentra con Shikamaru quien le contó sobre lo ocurrido con Konohamaru y Temari mientras ella no se encontraba, tal parecía que el gennin había enfrentado a la hermana del Kazekage para demostrar su nivel como ninja. Pero al fin y al cabo logró entender lo que debía hacer gracias a la habilidad que tenía Shikamaru con los ninjas menores. El rol que correspondía tomar era nada mas y nada menos que cuidar y proteger la aldea de su abuelo, a cada aldeano y niño.

—Con que Konohamaru dijo eso— se sorprendió.

—Si.

Tsunade volvió a sonreír orgullosa, volviendo a recordar a su hermano y a Naruto. Todos con su autoestima y su seguridad, sin retractarse de sus palabras le hacía pensar el gran nivel de shinobis que había en su hogar.

De regreso a ti - Tsunade & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora