De regreso a ti - Tsunade & Tu

La prueba: Parte II.

____ apenas podía estar de pie, su espalda ardía. El haber cambiado de dimensión no había borrado su daño tanto mental como físico, pero debía aguantar y seguir. 

Cuando se concentra en lo que tenia alrededor, observa aquel sitio y nota frente a ella algo que conocía muy bien.

—Es la aldea, pero...— su mirada estudió el paisaje y notó que en las montañas de los Hokages se encontraba solamente hasta el tercero —De una época más vieja.

—Siberiana— habló Kuso, su lobo acompañante.

—Vaya y por fin apareces— soltó con enojo.

—Esa etapa pertenecía al territorio de Kuro okami— susurró seriamente —Felicidades, pasaste la primera prueba.

—Siento que voy a desmayarme en cualquier momento ¿Qué es lo que viene ahora?

—Observa a tu alrededor. Es hora que enfrentes ciertas emociones que muestran debilidad.

Sin saber a lo que se refería, comenzó a caminar por aquella aldea de hace aproximadamente veinte años atrás, el cual ciertas estructuras le hacían recordar a su niñez. Pero ahora todo parecía estar desierto, frío y gris.

Cuando llega a una especie de casa abandonada, se para al sentir una corazonada.

—Este lugar, lo recuerdo.

Era una construcción de madera, con una especie de mostrador el cual exhibían sus comidas para vender. Entrando por el costado podía observarse una puerta entreabierta.

—Aquí solían darme pequeños trozos de pan cuando sobraba, día por medio me encontraba aquí— susurro sintiendo un pequeño dolor en su pecho —Por mas que lloviera, o cayera nieve, me encontraba aquí con mucha hambre esperando a que saliera el panadero.

—Una niñez dura— murmuró aquel lobo —¿Y ellos quiénes son?

Al voltearse con las intenciones de ver a que se refería, un grupo de chicos se encontraban frente a ella. Entonces los ojos de ____ se agrandaron, su corazón comenzó a latir aceleradamente. Aquella sensación que hacía muchos años no sentía, diminuta, débil, desprotegida.

—Era una niña desprotegida, y estos niños solían molestarme todo el tiempo— susurró con dolor al observar aquellos quienes tenían entre tres y cinco años más que ella.

— Tanta crueldad de ellos, ¿Qué siente al verlos?

—Debía correr con mi vida para que no me golpearan y me tiraran la comida. Tantas noches me quedé sin cenar por culpa de ellos, con golpes en mi cuerpo— murmuró con una voz gruesa y un enojo que iba aumentando en su interior —Siento tanta rabia al verlos, seria tan distinto si me vieran ahora — bufó divertida —Jamás los volví a ver, pero de seguro saben que fui yo junto a Naruto la que salvó la aldea.

—En tu cuerpo pervive la molestia y un gran temor. Sin duda es uno de tus más grandes recuerdos dolorosos y los que necesitan ser arreglados.

Su mente estaba agotada, su cuerpo pedía misericordia por la prueba anterior y eso no ayudaba a su lógica.

Entonces su cuerpo se volvió a trasladar a lo que era el salón de interrogatorios ANBU, aquel donde se llevaban a cabo las torturas mas grandes. Los cuatro muchachos se encontraban frente a ella mirándola con aquellas expresiones con las que tanto tiempo en su niñez soñó.

—Tu tomaras venganza de sus almas.

En su mano apareció un látigo, aquel el cual habían utilizado en ella cuando había llegado a la aldea. Y al que también ella uso en sus años en ANBU.