Una joven kunoichi con un misterioso pasado vuelve a la aldea de Konoha, aquella a la que una vez llamó hogar.
Tsunade Senju se vuelve a enfrentar a un rostro que marcó su vida y que creyó no volver a ver, obligándola a dudar de sus propias decisio...
Una energía oscura, poderosa y sobre todo intensa llegó a cada sector de su cuerpo. Sus heridas sanaron al instante, aquellas grandes garras se tornaron de color negro en su espalda y comenzaron a expandirse sobre todo su cuerpo hasta llegar a su rostro el cual atravesaban ambos ojos. El izquierdo seguía cerrado, pero su otro ojo se volvió completamente rojo. Todo a su alrededor se movía con claridad, podía percibir todos los movimientos a su alrededor con anterioridad, similar al poder que le brindaba el Sharingan.
—Esto es increíble— susurró cerrando sus puños.
"Y esto no es nada" sonó Kuro en su cabeza.
Entonces lo percibió, el siguiente gran ataque del Raikage, esta vez iba directo a Temari quien aun se encontraba arriba de la montaña. Sin perder el tiempo, en un abrir y cerrar de ojos se coloca frente a ella para bloquearlo con su kunai hecha de su elemento. Este resistió lo suficiente para que, antes que los dedos del enemigo llegaran más lejos, crear un raikiri negro y atacar a su antebrazo.
—¡Ah! — gritó con dolor cayendo a unos metros.
Había logrado que aquel jutsu de su hermano el cual solía tener un radio no muy grande de expansión, aumentara lo suficiente para llegar a su pecho, principalmente a su cicatriz, el cual era su punto débil.
—Impresionante— soltó atónita Temari al verla frente a ella —Wau.
—Siberiana — murmuraron algunos allí asombrados.
—¡Séllenlo! — ordenó en un grito y obedecieron rápidamente, triunfando al fin sobre aquel resucitado.
—¡Si!
—¡Bien hecho comandante! — festejaron todos, mirándola con ilusiones.
Volviendo con la rubia con los demás, ven al chico.
—Ese es Kuro okami ¿Verdad? — expresó asombrado el rubio, quien como muchos de allí miraban su nuevo aspecto.
— Al fin de cuentas llegaste al estado perfecto — notó Gaara quien llegaba de más adelante junto al Tsuchikage y observaba la victoria contra el antiguo Raikage.
—Este es la otra mitad, sí. Pero aun parece que tengo que adaptarme a él para llegar al alfa— susurró para mirar a Naruto —No dividas tanto tu fuerza, ven luego de ocuparte del resto, con Gaara y la unidad nos haremos cargo de los otros dos.
—Bien, lo haré— susurró el rubio para desaparecer de la zona.
—Creo que varios aquí necesitan tu palabra, Siberiana — le habla el viejo Onoki.
—¡Que no decaiga! — gritó eufórica —No se confíen, nos queda mucho por delante. Seguirán mis ordenes, estén atentos.
—Tú mandas, comandante— le sonrió Temari.
_____ miró hacia sus enemigos.
—Exploremos tu poder, nuevo compañero.
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