Capitulo 2

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-¡Madre, ya me voy al colegio!

 Sin esperar una respuesta, abrió la puerta principal de su casa, cruzo el jardín, y ahí fue la primera vez que la vi directamente a sus ojos.

-¿Que haces aquí?- Pregunto espantada, levante la mirada, mientras ella caminaba hacia el pedazo de pasto donde yo estaba sentado. - Esto es propiedad privada. 

-¿Propiedad privada? Esta casa estuvo abandonada por años- Me levante del peso y camine hacia ella, con una leve intención de reto. -Y hasta donde yo se, no tiene dueño. 

-Pues no estas bien enterado. Yo vivo aquí, con mis padres. 

-¿Ah si? ¿Desde cuando?

-Poco menos de una semana

-Robaste mi jardín- Dije volviendo a sentarme, resignado en el pasto.

-Pues lo siento mucho. -Comenzó a caminar fuera del terreno.

-¿Me dejarás hablando solo?- Dije intentando detenerla.

-No se tu, pero yo tengo clases- Me gritó desde lejos.

-¿En que colegio estudias?- Me levante de nuevo del suelo, comencé a seguirla.

-Me piensas secuestrar o algo por el estilo?- Aceleró el paso , dejándome atrás, muy atrás. 

-Si bueno,ahora que lo sabes, tendré que matarte 

- Cállate, por favor. 

Siguió caminando. La deje ir. Regresé a mi lugar inicial, me senté de nuevo y espere.

5:00 pm

El sol comenzaba a bajar al momento perfecto, iluminando aun, pero con su tenue y tierna luz. Permanecí sentado leyendo el mismo libro viejo que ya había leído una infinidad de veces como mínimo. Podría repetir las palabras exactas en cada uno de los párrafos de las amarillentas páginas llenas de tinta. Mientras mis ojos reorrían el texto, mis oídos se inundaban de las canciones mas tristes jamás escritas. Solo el libro, la tinta, la música, mis oídos y mis ojos.

Y poco a poco, los murmullos de la tarde comenzaron a arrasar con mi concentración . Note su presencia pero la ignoré tal y como ella lo habría hecho.

-¿Otra vez?- Su voz chillona me mataba internamente de risa. Mordía la parte interna de mi mejilla para evitar la sonrisa que jugueteaba en mis ojos. -Te estoy hablando.

Cada vez era mas díficil ocultar la risa, trataba de disimularla con un movimiento suave de cabeza al ritmo de la músicaa que inundaba mis oídos.Se agachó hasta donde mis ojos se posaban en el libro. Levanté la mirada, y al verla, estalle en risa.

-Hablaba en serio cuando dije que era mi propiedad.

- Y yo también lo hice cuando dije que estabas robando mi jardín. Refunfuño y piso con fuerza a unos centímetros de donde yo estaba sentado. -Anda niña, no seas malvada, déjame leer aquí.

-¿Porque? ¿Que tiene de especial?

-Si me dejas, tal vez tu y yo seremos grandes amigos, y entonces, ahí te diré por que es mágico.

Se sentó junto a mi, dejando caer con fuerza la mochila amarilla que llevaba al hombro y doblo las rodillas. 

-¿Que lees?

- El Gran Gatsby, de Francis S. Fitzgerald.

-Nunca lo he leído. 

-Es la novena vez que lo leo- Me miró divertida y aun cuestionandome . - Y es casi tan buena como la primera vez.

-Nada es tan bueno como la primera vez. -Nos quedamos callados. Sin nada mas que decir. Hasta que comence a leer de nuevo. Pero esta vez empece desde cero. Desde el principio, y en voz alta.

-"Cada vez que te sientas inclinado a criticar  alguien, ten presente qu no todo el mundo ha tenido tus ventajas"

Continue hablando, pero solo pronunciando las palabras de la manera mas estupida posible. Solo repetia las letras que en mi mente ya permanecian grabadas.  Ella, en cambio tenia la mirada perdida, sus ojos perdidos en el libro que sonstenia en mis manos. Prestando especial ateccion a las palabras que salian de mi boca. Pasados unos minutos, me interrumpió. 

-No me has dicho tu nombre aun. Surgió de la nada. Un dulce destello de interes de su parte. 

-Yo soy Aaron Rose. Sonreí y levanté la vista doblando delicadamente la esquina de la paágina del libro y cerrándolo. 

-Me llamo Verónica Pawling- Pero yo ya lo sabía. - ¿Te conozco de alguna parte, Aaron?

"Tal vez"

-No lo creo- Callé mis pensamientos, emociones Ella me habia visto antes, lo se, yo la habia visto antes, pero jamas habiamos cruzado palabra. 

-Pues me suenas. 

-Puede ser, digo, tal vez me has visto o que se yo. 

¿En que escuela vas?

Y mi cuerpo empezó a temblar, las mentiras querían salir, reventar mi cabeza. Vomito verbal. Mi cabeza empezo a trabajar de manera maquiavelica, inventando mil y una mentiras.          

-No voy al colegio. 

Asi de simple, una verdad a medias. 

-¿Como?- Se sorprendío. cruzo sus piernas entre ellas . -¿Te graduaste ya?

-No- Verdad

-¿Que edad tienes? 

-17 años - verdad... algo asi.

-¿Por que no te has graduado?

-Trabajo.- Mentira

-¿En donde?- Y no paraba de preguntar y yo continuaba mintiendo 

-Con mi padre. - Mentira

Se genero una red de mentiras entre nosotros. En primera, mis padres, ambos se suiccidaron, o algo por el estilo. Y yo, no trabajaba, no era necesario en mi estado. 

Del Otro Lado del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora