Capitulo 9

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9:00 am

-Hoy se cumplen 18 años.

-¿18 años de que?- Escuché preguntar, y temí la respuesta que iba a obtener.

-Un chico murió hace 18 años en el lago del bosque. Nadie sabe quien era, nadie sabe que le pasó, los policías pensaban que era un suicidio, después sospecharon en un homicidio pero no encontraron nada. El chico permaneció desconocido... - Inhalo de su cigarro - Es como una leyenda- Terminó, mientras exhalaba todo el humo.

Verónica esbozó una sonrisa amarga y una ola de escalofríos recorrió su espalda, su amiga en cambio, siguió fumando como si nada sucediera. Verónica era nueva, me alegraba verla haciendo amigos, y me parecía agradable la chica con la que charlaba. Era guapa, pero no tan bonita como Verónica, llevaba su cabello rubio largo en un moño alborotado, los labios rojos carmín y unos lentes de sol circulares que apenas y le cubrían los ojos, era una chica peculiar, pero no suficientemente peculiar como para aceptarme. Yo se que no debería seguirla a todas partes, y que nadie debería verme en ese colegio, pero era inevitable.

-Pobre chico.- dijo Verónica suspirando.

-Si bueno... ¿Y que hay de tu chico? ¿Ya hablaron?

-No...- Bajo la mirada.- No me ha hablado, ni siquiera se ha aparecido en el jardín como solía hacerlo.

-Me parece que solo quería besuquearte.

Rieron, aunque una mas alegre que la otra.

No debí besarla.

-Tal vez vaya a buscarlo yo misma.

-Ah ¿si?, dime... ¿En donde lo vas a buscar?

-No lo se. En la cabaña tal vez.

-¿Y si te secuestran?

-Te llevaré conmigo.

11:00 am

Caminaron por el bosque tal y como yo le había enseñado a andar. Atravesaron los guardianes de melena verde, llegaron hasta donde las hojas crujían, y entraron a la cabaña mohosa y húmeda a la mitad del bosque. Algunos minutos después, entré yo.

-Aaron Rose.

Permanecí en silencio. Se levantó del piso donde estaba sentada y me abrazó. Sentí su calor. Cada milímetro de mi piel, que alcanzó a tocar la suya, ardió, ardió en un dolor color rojo. Cerré los ojos y me permití oler su cabello, y sentir sus delicadas manos aferradas a mis brazos, y le devolví el abrazo tan fuerte como pude. Lo sentía cada vez que estaba con ella. Ese dolor de estar vivo. Ese sentimiento por el cual daría todo por sentir. Ese terrible palpitar muerto. Ella lograba revivir en mi lo que estaba muerto. Lo que 18 años atrás había perdido vida.

-Te extrañé

-Disculpa

Tomó mi cabeza entre sus largos dedos y besó mis fríos labios. Y devolvió sabor, y color. Me dio sentido. Me dio calor. Y de nuevo, todos los malditos infiernos se abrieron a mis pies. Y todos los cielos nos permitieron pasar. Y al diablo con su amiga. Al diablo con la muerte. Yo quería estar con ella.

Del Otro Lado del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora