-No me dejes ir- La tenía aferrada de las manos. No quería dejar de sentir su piel, ni su calor, no quería dejar de ver sus ojos que me permitían vivir.
-Aaron, déjame tu a mi, ¿Es que no te das cuenta?
-Verónica...
Cerré mis cansados ojos. Se iba a ir, yo me iba a ir, ella me iba a dejar. Mis pesadillas eran mejores que volver a estar sin ella. Realidad. Seguía sintiendo su cálida piel. Abrí los ojos, volví a ver los suyos, llorando, y los míos ahogados en un río que no cesaba. La abracé. Me abrazó.
-No quiero dejarnos ir. - Balbuceaba con sus labios pegados a mi pecho.
-No lo haremos, cariño.
-Ya te extraño y aun no te vas
-Y no me iré.
-Pero tienes que hacerlo. Te iras.
-No voy a ninguna parte.- La abrace con fuerza, entre mis fríos brazos, lloraba sin parar. Y ella se ahogaba entre sus lágrimas y mi cuerpo frío. Bese su frente. -Te amo.
Mentiras. Digo, la amaba. La amo. Pero ambos sabíamos que no tardaría mucho en irme de nuevo. Y tarde o temprano, tenía que pasar.
-Yo a ti.- Secó sus insaciables mejillas llenas de lágrima -No me vuelvas a mentir.
-No lo haré.- Mentira - Tratare de no hacerlo.- Verdad.
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Del Otro Lado del Cielo
Romance¿Recuerdas a aquel chico de la esquina de la clase? Si, el que tenia la sudadera gris con capucha, el mismo de los ojos azules. ¿Le recuerdas? ¿Le recuerdas a pesar de no haber cruzado una palabra con el, en todos tus años de preparatoria? ¿Alguna v...