Alive→Teen Wolf

CHAPTER 15.

Identidad revelada.

—Piper, ¿recuerdas la noche en la escuela?, ¿Cuándo Allison dijo que recibió un mensaje de Scott, pero Scott negó haberlo hecho?

Pinchando mi labio inferior con un lápiz, frunzo el ceño y miro hacia el techo de mi habitación, mi concentración yéndose tan pronto escucho su voz a través de la línea telefónica.

—Uh, sí, claro. ¿Qué hay con eso? —cuestiono, con clara confusión mientras doy vueltas en la silla de mi escritorio y rasco mi cabeza por mero hábito.

—Creo saber quién lo vio o, bueno, creo conocer a alguien que pueda ayudar a descifrarlo.

—Eso... ¿está bien? —digo, extrañada y sin saber exactamente el motivo principal de la llamada—. Está bien, ¿no?

Un resoplido se oye desde el otro lado y eso me hace permanecer en mi estado desorientado, pensando gravemente que fue un error que Stiles haya guardado mi número de teléfono, teniendo en cuenta que no se lo había ofrecido personalmente. A veces llegaba a creer que Stiles era escalofriantemente astuto para mi comodidad.

—¿Qué si está bien? ¿A caso no entiendes lo importante que es esto? Podremos averiguar quien fue la persona que envió a Allison a la escuela, sería como estar un paso más cerca de averiguar la identidad del alfa.

—Ah, okay —hay una pausa elocuente, y me tiento a sonreír—. ¿Quieres que esté presente o qué?

Le escucho suspirar con exasperación.

—Obvio no, ¿cómo crees? —replica con sarcasmo— ¡por supuesto que sí, Piper! ¡No te estaría llamando de no ser así!

Bufo sonoramente.

—Ya, no te alborotes, dios mío —ruedo los ojos—. Te veo en diez —aviso, concluyendo la llamada y dejándome caer contra el respaldo de la silla.

Quito los anteojos de mi rostro y pincho el tabique de mi nariz, cerrando fuerte los ojos mientras un suspiro se desliza fuera de mis labios. Le doy un vistazo a mis deberes, a las dos complicadas preguntas que me quedan por responder y decido que una distracción me iría bien por el momento. Ya bien las terminaría cuando regresara o, quizás, mañana por la mañana antes de partir.

Hago un puchero inconsciente, desatándome el cabello para dejarlo caer por sobre mis hombros y me encamino derecho hacia la planta baja, poniéndome sobre los hombros una chaqueta de piloto lo suficientemente gruesa para abrigar todo lo que mi camiseta de tiras no puede, y en mi ruta en dirección al patio trasero, veo a tío Everett asomándose por entre las hortensias con herramientas de jardinería en cada mano y las mejillas y la frente manchadas con tierra.

Me detengo de inmediato, tildando la cabeza hacia un costado con la incógnita escrita en mi rostro.

—¿Tío Everett?

Sus ojos parpadean en mi dirección y se pasa el dorso de la mano por la punta de la nariz, manchándola en el proceso.

—Oh, hola Piper —saluda con una sonrisa, al tiempo que se ponía de pie, sacudiendo sus sucios pantalones. Hago una mueca con las esquinas de los labios cayendo; esas manchas de pastos serán difíciles de quitar después—. ¿Necesitas algo?

—No, no, nada de eso. Venía de salida, de hecho —comento, bajando los escalones hasta pisar el pasto verde y acercarme lo suficiente a tío Everett como para tener una conversación apropiada—. Stiles llamó, ya sabes, cosas del alfa —agrego, removiéndome incómoda— dice que puede ser una pista importante. Así que... —dejó el resto al aire, encogiéndome de hombros.