CHAPTER 16.

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Mientras duermes.

Piper está paralizada, con los ojos abiertos de par en par, y con su tiempo de reacción a la situación se vuelve tan limitado no alcanza a prever o evitar el ataque de frente de Peter, quien la agarra del brazo y empuja hacia su rostro un paño blanco con un aroma fuerte que hasta Stiles pudo olfatear; la carencia de aroma dulzón típico del cloroformo lo confunde. Sin embargo, y para su sorpresa, Piper forcejea unos segundos antes de zafarse del agarre de Peter, pero se enreda con sus propios pies y se tambalea, hasta apoyarse en el mesón cercano.

Sus ojos lucen traslucidos y aturdidos, la respiración jadeante saliendo por entre sus labios entreabiertos.

—Lo lamento Piper, pero no puedo arriesgarme contigo como comodín —es lo que dice Peter, párpados caídos en lo que asumía ser lástima y pesar—. Si me equivoco y es como su padre, esta habrá sido una buena decisión. Pero, si es como su madre... debería haber esperado un poco más. Bueno, siempre existe la opción de la charla.

Viendo como las piernas de Piper estaban dándose por vencidas, Stiles se apresuró a su lado y la sostuvo antes de que cayera al suelo, cargando con su peso contra su cuerpo. Piper no lo miraba, se mantenía con una expresión impasible y de párpados a medio cerrar sobre su mirada descolocada. Sudor había comenzado a perlar su frente.

—¿Qué le has hecho a Piper?

—Nada grave, solo un poco de estramonio, algo de belladona y flor de luna. Son la droga ideal para dejarla fuera de combate por un par de horas —explica calmadamente, el pañuelo en su mano sostenido sobre la capa protectora de unos guantes—. Y, por lo que veo, está haciendo efecto. —Agrega, con una sonrisa burlona alzándose en la esquina superior de su labio.

Frunciendo el ceño, Stiles mira a Piper y su boca amenaza con caer abierta; la muchacha tenía una extraña y floja sonrisa puesta en el rostro, su mano alzada y un dedo en alto dibujando figuras en el aire. Stiles no dudaba en que estaba teniendo vívidas alucinaciones, pero la mayor duda figuraba en por qué una mezcla de flores lograba dejarla en ese estado.

Salió de su estupor oyendo pisadas a sus espaldas, y giro a tiempo para ver a una mujer pálida vestida de blanco cargado el uniforme de enfermera, con los ojos gélidos en su dirección.

—¿Qué hacen aquí? Las visitas ya terminaron.

—Tú... y él —señaló, pánico flotando de él, intercalando la vista entre uno y otro —. Tú, y él... ella... él... oh, por Dios...

Fue entonces cuando Derek apareció, su codo golpeando directo a la enfermera en la nariz, labios torcidos y atención enfocada en Peter.

—Eso no es amable —comentó Peter con calma—. Ella es mi enfermera.

—Solo es una loca que te ayuda a matar personas —replica. La mandíbula tensa y pupilas brillantes, las cuales se desviaron hacia Stiles y Piper por un segundo, frunciendo el ceño a la desvariada—. ¿Por qué está así?, ¿qué le has hecho?

—La drogó —responde Stiles, tomando el brazo libre de Piper para engancharlo sobre sus hombros y moviendo el otro para sostener su cintura, muy similar a como ella lo cargo hace unos pocos minutos atrás. Hizo una mueca de labios caídos.

—Sácala de aquí. Váyanse ya, Stiles.

Sin necesitad de más incentivos ni con ganas de meterse en medio de dos hombres lobos, y uno de ellos muy enojado, Stiles se mueve fuera del camino, alcanzando a hacerse a un lado justo cuando Derek y Peter colidan uno contra el otro entre gruñidos, colmillos y garras, probablemente. Era lo más seguro, no se quedaría a mirar para comprobarlo. Los escucha hablar, sobre venganza, años pasados y los estragos de la terrible tragedia de la familia Hale.

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⏰ Última actualización: Jan 04, 2020 ⏰

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