CHAPTER 5.

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La Familia Argent.

Hoy es la noche en la que Allison saldrá con Scott, Lydia y Jackson, y yo me cuestiono el por qué debo estar aquí, presenciando dilemas de ropa de dos adolescentes y no en casa atragantándome con leche y galletas.

—Pasa —dice Lydia haciendo una mueca con los labios y Allison arruga la frente viendo la pieza de ropa de verdadero mal gusto colgando en su mano. Allison busca por otra camiseta y... oh, Dios mío, es mucho peor que la anterior—. Pasa —repite Lydia nuevamente, antes de pararse y caminar al armario lleno de ropa de la dueña de casa, haciendo una mueca de desagrado a medida que pasa de prenda en prenda—. Allison, mi respeto por tu estilo está bajando cada segundo.

—Concuerdo —comento levantando la mano y alzando las cejas, sin embargo, paso de mirarlas y me centro en las letras de mi libro.

—Saben, antes no me había dado cuenta, pero veo que tú, Piper, tienes buen gusto a pesar de tus deslices —dice Lydia, dándome una mirada de reojo.

Yo frunzo la frente y le echo un vistazo a mi ropa, suponiendo que mis leggings negras y la camisa a cuadro roja con gorro gris sobre una camiseta de tirantes negra es de su agrado, pero dijo desliz, así que supongo que realmente se refiere a este tipo de deslices.

—Intento identificar tu comentario como un halago o un insulto, de todas formas, le veré el lado positivo y te digo "Gracias" en caso de ser lo primero y me guardaré mis palabras en caso de ser lo segundo —digo vagamente, subrayando una línea en mi libro con una frase inspiradora.

Lydia no responde y veo a Allison mordiéndose el labio conteniendo la risa, casi, casi sonrío.

—Encontré algo —Lydia saca del armario una camiseta de lentejuelas negra de manga corta, bastante bonita y cómoda de usar, a ver mío—. Esto.

Allison la toma entre sus manos y la inspecciona, la coloca frente a su torso y me mira alzando las cejas.

— ¿Qué opinas?

Me limito a hacer una seña con el pulgar arriba y vuelvo a lo mío.

—Te quedará bien, es bonito.

Esbozando una enorme sonrisa, Allison mira su reflejo en el espejo justo en el momento en el que un hombre irrumpe en la habitación revisando una chaqueta verde opaco. Me tenso y mi mano va instintivamente hacia mi bota, pero me controlo y de vuelvo la mano a mi libro para no levantar sospecha.

Lydia parece encantada con la visualización de Chris Argent en la habitación, si mal no deduzco la pose atrevida que ésta toma al echarse sobre la cama de Allison. Dios bendito, ¿qué pasa con los adolescentes de hoy en día?

— ¿Papá, hola? —dice Allison, y desde mi lugar puedo ver la expresión incrédula de sus gestos.

Argent parece caer en lo que da a demostrar eso y esboza una sonrisa apenada. No hay peligro, no lo hay, no por ahora.

—Cierto, lo siento. Se me ha olvidado llamar.

La pelirroja enreda una mano en su cabello y la otra va a parar a su cintura, sonriendo enormemente.

—Hola señor Argent.

Chris la mira y asiente con una sonrisa a modo de saludo antes de posar sus ojos en mí y no puedo evitar sentirme al descubierto al instante.

—Buenas noches señor Argent —logro decir a pesar del nudo en mi garganta. Él entrecierra los ojos y luego mueve la cabeza, como si recordase algo que me hace sentir aún más nerviosa.

—Papá, ¿necesitas algo? —cuestiona Allison dándole una extrañada mirada a Lydia e ignorando, o quizás no notando mis reacciones.

—Quería decirte que vas a quedarte aquí esta noche —él dice, volviendo su atención a su hija.

Alive→Teen WolfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora