VIII: Copas amargas

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Tengo frío y es una pena,
los únicos grados son los de alcohol
que recorren mis venas.

Alcohol que es medicina
de mi mente y mis heridas.
Muerte y vida,
juego de azar del suicida.

Bebo y no es porque me apetezca,
no es porque quiera ir de fiesta,
es por calmar las balas de la cabeza.

El tiroteo es ahora guerra.
El río secó y ahora es tierra,
seca y muerta.
La mirada perdida y tuerta.

De nuevo con los hidalgos,
de viejo con los tragos.
Los gritos desgarran las entrañas
y yo ya no los acallo.

Suena el pistoletazo de salida,
sordo cuando comienza la partida.
Ciego al subir sabiendo ser esa bala perdida.
Niego caer corriendo como mi tinta.

Retiro espiritual de ruido y bullicio.
Caminando por las abarrotadas calles de Madrid.
Mis pulmones ennegrecidos por el vicio.

Recuerdo un tiempo en el que recordaba.
Muerto un templo que pecaba.
Tuerto el necio que no miraba.
Anzuelo oxidado dado que no pescaba.

Tengo frío y es una pena
Los únicos grados son los de alcohol
Que recorren mis venas.

VERSO DE DESPEDIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora