02. Dos almas, un anillo

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Xiaojun

Llevaba un tiempo saliendo con Kunhang, si es que así se le podía llamar a nuestra extraña forma de llevarnos. Nuestra relación consistía en vernos una vez por semana y aunque intentábamos hacer algo, como ver televisión o charlar, siempre terminamos enredados el uno alrededor del otro en la cama.

Aún trataba de encontrar una razón para odiarlo, pero él siempre terminaba derritiendo el hielo en mi mirada y derribando la muralla alrededor de mi corazón, acortando todo tipo de distancia entre nosotros.

Pretendía odiarlo frente a mis colegas del trabajo y amigos, incluso Ten en ocasiones me molestaba acerca del porqué había aceptado tener sexo una vez con el tipo si el resto del tiempo iba a odiarlo como si fuera alguna especie de bastardo indeseable.

La gente había comenzado a especular acerca del quarterback de los Dragones y un posible romance. Todos en la agencia habían iniciado a sospechar sobre mí y un nuevo amor.

Todos alegaban que con más frecuencia dejaba el maquillaje sobre mi rostro, mantenía el peinado y la ropa que los diseñadores elegían para mí, sin mencionar que mis ojos habían adquirido un extraño brillo que yo aún era incapaz de notar. Había cambiado radicalmente, pasando de ser un desaliñado vagabundo a un verdadero modelo que se preocupa por su apariencia.

Wong había pasado de ser un idiota pretencioso, a un relativamente amable jugador. Cada que un partido terminaba se le podía ver en la banca llamando por teléfono con una expresión bobalicona mientras que sus compañeros celebrarían entre ellos.

Las masas estaban ansiosas por respuestas, ansiosas por conocer a la persona que robaba la atención del afamado jugador. Por mi parte, yo estaba nervioso y preocupado, no quería que lo nuestro en algún momento llegase a ser público.

Porque entonces, pasaría de ser algo real a una estúpida fantasía. Un juego más para los aficionados. 

✨🌺✨

Junto con la primera derrota de los Dragones en la temporada, llegó la lesión en el hombro de Wong y las primeras muestras de una verdadera relación.

Era tarde por la madrugada del domingo cuando el timbre de mi puerta sonó, ese día Ten no estaba debido a que había ido de visita a casa de su madre por el cumpleaños de esta. Desconcertado, me levanté y fui a abrir a quien fuera que llamara a mi puerta a las 3 de la mañana de un domingo.

Mi corazón se paralizó por un momento cuando sentí los fornidos y bien conocidos brazos de Kunhang envolverme por la cintura, su nariz enterrada en mi cabello y su respiración entrecortada suspirando cerca de mi oído, provocándome escalofríos.

Envolví mis brazos a su alrededor y le permití abrazarme por unos momentos. Me empujó hacia la oscuridad dentro de mi apartamento y cerró la puerta con el pie.

Mi corazón se tambaleó cuando sentí su cuerpo temblar contra el mío. Se despegó de mí solo lo suficiente para tener acceso a mis labios y me beso, aún en la obscuridad. Podía saborear la sangre en el beso, y fue ahí que pude darme cuenta al fin de su labio partido. Algo no iba bien. Comencé a preocuparme.

En ese momento le aleje por el pecho y debido a la oscuridad me fue difícil verle bien, por lo que encendí las luces. El aliento se me quedó atorado en la garganta, quería llorar sólo de ver el estado en el que se encontraba.

Sus ojos que normalmente lucen llenos de absolutamente nada, estaban rojos y cristalinos, indicando que probablemente había llorado o quería hacerlo. Su cabello estaba revuelto, con el labio partido al igual que la ceja, un rasguño en el pómulo y la ropa rasgada.

— ¿Qué cojones te ha pasado? —interrogue, alcanzando su mejilla con una de mis manos y acariciando su maltratada piel con las yemas de mis dedos. Él cerró los ojos al contacto y se apoyó en mi tacto.

—Nada importante, solo una pelea de barrio— desestimó.

— ¡Estas sangrando maldita sea! — exclame cabreado por su falta de interés.

—Te amo— acaricio mi mejilla y me miró directo a los ojos, la adoración brillando en sus profundos orbes.

La sinceridad con que dijo aquello me tentó y por un momento pensé en decirle que yo también, pero no era justo. Le vi por un par de segundos, las palabras atoradas en mi garganta y presencie el momento justo en que su expresión de adoración fue decayendo lentamente.

— ¿No vas a decir nada? — cuestiono y luego besó mi mejilla, donde susurró unas cuentas cosas para mí. —No voy a presionarte amor, pero en algún momento tú serás quien me reciba con un beso y un “Te amo”.

✨🌺✨

Nuestra relación había evolucionado desde aquella noche, habíamos pasado de vernos una vez por semana y sólo para follar, a vivir prácticamente juntos.

La noche del 4 de Julio el verdadero romance comenzó.

Acababa de llegar de una sesión de fotos, estaba desvistiéndome cuando la puerta de mi habitación se abrió y Kunhang entró con un ramo de rosas blancas en la mano. Alce una ceja impresionado, él había comenzado con los pequeños detalles la noche después de su confesión.

—Odio lo que hicieron con tu cabello— dijo cuándo notó el rubio que ahora teñía mi cabello, dejó las rosas sobre la cómoda y fue a por mí.

Deslizó los dedos por entre mis cabellos y tiró de ellos, sus ojos brillando con viva pasión. Lleve mis manos a sus hombros y él empujó sus labios contra los míos. Hambriento, me beso.

Mi vista se nublo y lo único que podía hacer era verle ahí, susurrando y empujando algo en uno de mis dedos. Le vi fijamente a los ojos y él sonrió, luciendo radiante cuando tomo mi mano con una de las suyas y la llevó a sus labios, luego murmuró— Este anillo contiene todo lo que soy, ahora promete que vas a cuidarlo y que aceptas lo que significa.

—Lo prometo— exclame. Acepte al fin que esta relación iba en serio, y que había pasado de quererle en mi vida a necesitarle y amarle.

—Necesito un cigarrillo— dijo rascándose el cuello y yo negué.

—No lo necesitas, porque me tienes a mí— Volvió la cara hacia mí, le di un beso. — Te amo.

Lo bese de nuevo, mucho más lento en esta ocasión.

✨🌺✨

Me pegue a su espalda y jugueteó con su cabello, bese su hombro suavemente y él suspiro. Era la primera vez en meses que realmente no habíamos hecho otra cosa más que dormir uno al lado del otro.  Nada de sexo.

Por primera vez hablamos de todo y nada a la vez, reímos sin sentido antes de caer rendidos sobre las almohadas en su cama.

Al despertar, una tormenta azotaba el mundo afuera de las paredes de su hogar y yo me di el lujo de ignorar ese hecho. Disfrute de su cuerpo firme dando calor al mío, de sus manos fuertes acariciando mi piel y de su tranquila respiración.

Bese detrás de su oreja y por primera vez, fui a ver lo que tenía tatuado ahí. Pequeñas plumas negras formaban una cascada y al final de estas, con delicadas líneas se leía “Xiaojun” y justo por debajo, escrito con un poco más de carácter estaban esas palabras que me confesó tiempo atrás “TE AMO”. Deslice mis dedos por los negros trazos y sentí mi corazón tronar en mi pecho.

Él había marcado para siempre aquello sobre su piel. Había plasmado su amor hacia mí de forma permanente sobre su cuerpo y no pude hacer otra cosa que adorarlo.

Comencé un camino de besos por su cuello hasta llegar al hombro, donde le mordí de forma juguetona. Descanse la frente contra su espalda y me apreté fuertemente a su cuerpo, nunca iba a dejarlo ir.

Ahora yo era el adicto que no podría vivir sin la droga que es su amor.

Lose Yourself [XiaoDery ver] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora