Los días ocurrían uno tras otro, cada minuto equivalía a cinco, por lo que una hora era una eternidad comprimida. Pero no era solo en el ámbito escolar, sino también en la tranquilidad de casa. Taffy no encontraba un lugar donde sentirse seguro, donde poder estar sabiendo con tranquilidad que podía ser tomado por los brazos de Morfeo, pero se sentía tan extraño que apenas lograba conciliar el sueño por un par de miserables e incómodas horas cada noche. Su teléfono permanecía sobre la mesita de noche, en silencio, pero a pesar de ello la pantalla se iluminaba al recibir mensajes de su amada fantasma, Olive. El joven rubio era incapaz de estirar el brazo hacia el objeto para tomarlo y contestar siquiera, por lo que los mensajes de la chica no fueron contestados en aquel día, ni al siguiente, ni en los próximos, ni los que vendrían...
Otro día repetitivo más donde Taffy se adentró en la academia. Su expresión mostraba el cansancio y la frustración que se almacenaba con cada día que pasaba en aquel lugar, la colaboración en los trabajos era extrañamente nula y sus notas comenzaban a decaer hasta el punto en el que los profesores sentían preocupación por el futuro del pobre chico, pues al fin y al cabo el ámbito personal no importaba para ellos. A pesar de todo, ninguno hacía ni preguntaba nada.
Existía un cambio notable, y era que cada vez menos personas dejaban de romper la privacidad de aquel rubio, aunque aquello se opacaba con los encuentros directos con Fumus, ya fuese tanto en la abandonada azotea como en los usados baños, o incluso en aulas vacías. El abuso verbal comenzaba a deteriorar al rubio mentalmente y el abuso físico daba indicios de ser un problema aunque antes no lo fuese, pues la pérdida de peso se hacía presente. Taffy no se sentía él mismo, Taffy ya no era él mismo. Sentía que su cuerpo no le pertenecía y por ello alimentarlo ni siquiera era una opción. Fumus notaba aquello, notaba cada cambio en la persona que captaba su atención. Aquellos gemidos que tanto le cautivaban apenas seguían siendo eso actualmente, ahora se camuflaban como pequeños suspiros de agonía. Debía hacer algo para arreglarlo todo, por lo que ese mismo día se acercó al rubio en la media hora del receso, en la azotea. Lo encontró con las manos apoyadas en la varandilla, mirando al horizonte donde podía contemplarse parte de la ciudad. Fumus se acercó con pasos inocentes, colocando una mano sobre el hombro tembloroso del rubio para girarle, hablaría con él.- Taffy, he pensado qu-
- En... La cara no, por favor. - Interrumpió el rubio, usando sus brazos como defensa, ocultando su rostro. Su mirada no mantenía un brillo dulce como antes, ahora solo era sombría y sin vida.- Mi nariz aún sigue sensible.
Fumus tragó saliva, algo impropio de él. Lo ideal hubiese sido arrodillarlo y hacerle besar el suelo por haberle interrumpido, pero no pudo. Había visto gente destrozada físicamente por sus manos de traidor, pero ahora empezaba a comprender que el deterioro mental era mucho peor. Bajó con cuidado los brazos del rubio, volviendo a hablar.
- No vine para golpearte, al menos no ahora. He venido porque pensaba invitarte a mi club. Me he enterado de que dejaste el tuyo desde que Olive se marchó. No hacemos mucho, te librarías de un par de clases y...
- No tengo otra opción, ¿verdad? -Volvió a interrumpir. Que el chico de cabellos azabache intentase explicar algo con adjetivos que no eran ciertos no servía con el rubio. Taffy sabía lo que pasaría una vez entrase en ese club. Era consciente.
- No.
La respuesta de Fumus fue clara y firme. Quería a ese niño en su club y haría lo que fuese para conseguirlo, manteniéndolo de esa forma más cerca de él. Poco a poco alejaba a toda esa escoria que deseaba privarse de los servicios del rubio en un lugar cerrado, pero parecía que no afectaba al chico, como si no lo notase. Eso le molestaba bastante, estaba manchando su bate con sangre de imbéciles en vano. Finalmente le entregó los papeles que debía rellenar y entregar para unirse al club. Taffy tomó aquellos papeles con ambas manos de manera suave, asintiendo después con la cabeza antes de marcharse al escuchar el timbre, avisando que el descanso se daba por acabado.
Aquella noche, mientras Fumus cenaba con su hermanito en el sofá mientras miraba las noticias en la televisión, se atrevió a preguntar.
- ¿Crees que... Taffy pueda enamorarse de mí si le sigo dando por culo?
Y lo primero en suceder fue que de la boca de Satanick salió expulsada toda la leche que intentaba tragar de su cena, con cereales incluidos. Comenzó a reírse a lágrima viva, Fumus se refería a seguir molestando al pequeño ángel, pero su hermano menor había tomado el sentido literal de la frase. Fumus no tuvo de otra que darle un suave golpe en la cabeza, levemente sonrojado y molesto. Después se explicó mejor. En ese momento Satanick comprendió que el primero en haber caído en las redes del amor había sido Fumus, un hombre de corazón frío y sin pulso para matar a alguien si era necesario. Le parecía extraño, al fin y al cabo él tampoco planeaba enamorarse... Hasta que Ivlis lo atrapó en su red como si de un simple bichito para una araña se tratase. Y no se sentía mal por ello, ahora era su pareja incluso. Las cosas se habían calmado entre ellos, no existía tanto abuso como en un principio, ahora tan solo amor y algo de celos por parte de los dos.
Fumus no quería recurrir a los consejos de su hermano, pero ahí estaba, sentado a su lado y escuchando mientras se llevaba una galleta a la boca. Y entendió que engañarlo para después llevarlo a la miseria era lo correcto, lo cual Satanick no mencionó en ningún momento. Mejorar el ambiente, la relación incluso, para después terminar de romperlo como quisiera era su nuevo plan. Tendría ese corazón frágil entre sus manos y lo mordería tantas veces como él quisiera. En cambio, Satanick quería demostrarle que, si seguía con ese hilo de acciones, no llegaría muy lejos con el deseado rubio.Tras la cena tan solo se marchó a la cama y disfrutó de un placentero sueño erótico, el cual le dio nuevas ideas. Pero lo mejor sería esperar antes de probarlas. Ahora dejaría de verle hasta que la solicitud del club fuese entregada. Y ahí, en ese momento, comenzaría su nuevo plan.
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Convéncete, luego convénceme.
FanfictionEsta historia tendrá un desenlace en el Alternative Universe estudiantil del mundo de Okegom. Taffy, al igual que se ha mencionado, es una presa fácil para los abusones de dicha academia, por lo que encontrarse con personajes como Fumus es lo más p...