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A pesar de todo aquello, la tarde y noche, media noche más bien, se pasaron volando. Comimos más de cinco cajas de pizza, miramos películas de horror (mis favoritas) y cuando menos lo pensamos, ya eran las 3 AM.

A la hora de irse, casi todos se despidieron de mí con un fuerte abrazo, me agradecieron un trillón de veces por aceptar unirme al grupo y salieron de mi hogar, como siempre, en una fila; esos seis realmente estaban bien educados, estaba casi seguro que Hyungwon fue quien los educó así.

Yo me quedé hasta más tarde (o debería decir temprano?) despierto, sentado en el sofá del balcón, mirando las estrellas y pensando en qué gran problema me había metido mientras mis manos, escondidas entre mis piernas, temblaban por el frío que hacía.

Cuando menos lo esperaba, en medio de mi mar de pensamientos aparecían esos ojitos rasgados, esa mirada fría y difícil de descifrar, sin expresión; aparecían esos cálidos brazos que por milésimas de segundo me envolvieron, ¿Qué era lo que sucedía con ese chico que me rechazaba a toda costa? 

Un par de días se pasaron como el agua en mi cuerpo cada que me daba una ducha. Uno de los seis hombres me unió a un chat grupal donde estaba todo MX después de haber firmado el contrato, la verdad no supe quien fue, no tuve sus números agendados hasta tiempo después, pero el punto es que parecía que continuaba soñando ¿Cuánta gente en el mundo haría lo que fuera por tener al menos un dígito del número de esos chicos?

A menudo enviaban memes, videos, fotos de ellos, también hablaban conmigo por mensajes privados, eran conversaciones cotidianas de gente normal, nada fuera de este mundo. Aunque bueno, casi todos se preocupaban demasiado por mi bienestar.

Algunas veces olvidé responder los mensajes de Solar, Jaehwan y Taehyung por estar hablando con los demás, sin embargo, me disculpe muchas veces por cada uno de esos terribles errores.

Ese día en particular, Changkyun llamó para avisarme que Jooheon se pasaría por mi casa para hacerme firmar otros cuantos montones de papelería, donde prácticamente aceptaba que mi entrenamiento comenzara lo más rápido posible; debo decir que si, estaba muy nervioso, tanto así que me daban calambres en todo el cuerpo pero aún así me puse a buscar algo con qué distraerme.

Horas después, como Changkyun avisó, Jooheon llegó puntualmente a mi hogar en la hora acordada, por pura suerte yo sí estuve listo para recibirlo y hacerlo entrar por la fuerza, de hecho, me sorprendió que todo el tiempo estuve bien confundido, pues yo pensaba que Jooheon era Wonho, Wonho era Shownu y Shownu era Jooheon. Osh, sé que todo esto se escucha muy confuso, ¡Y lo es!

No estoy acostumbrado a aprenderme muchos nombres al mismo tiempo; en realidad, incluso siendo solo un nombre, se me borra al instante después de haberlo escuchado ¡Es una vergüenza y una humillación tener que aceptarlo públicamente!

En fin, al abrir la puerta y encontrarme con ese sujeto que tenía cara de Shownu pero no era Shownu, me sorprendí y estuve a punto de reírme por mi estupidez, pero finalmente no hice muy notoria la situación y al parecer pasé desapercibido (creo).

Justo estaba cocinado uno de mis platillos "extraños" y necesitaba regresar a revisar que la cocción fuera como debía ir, así que entramos de lleno hasta la cocina, él se sentó en la barra mientras sonreía enormemente, tanto así, que sus ojitos se cerraban casi por completo y dos pequeños hoyuelos se formaban en sus mejillas ¡Tan tierno!

—¿Y bien?— cuestionó después de haber dejado la carpeta cerrada encima de la mesa junto a un bolígrafo negro, yo me giré para mirarlo y levanté ambas cejas

—¿Mhm? — Respondí, mirándolo atentamente

—¿Te has arrepentido o continúas decidido a seguir con nosotros? — cuestionó una vez más, mirándome fijamente, incluso entre cerró un poquito sus ojos que de por sí eran muy rasgados.

SAKURAGARI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora