DIANE (Cap. 6: Huracán)

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  Ya había pasado una semana, Diane se encontraba regresando a casa en un taxi que le había recogido en el aeropuerto. No tenía muchas ganas de regresar a casa, pero tenía que hacerlo por su marido. Ya tenía tiempo que la relación entre ambos estaba colapsando, ella aceptaba que parte de eso se debía a lo ocupada que la mantenía su trabajo, simplemente no tenía tiempo libre para pasarla con su esposo. Llegaba a casa y lo primero que hacía era descansar, y el resto de la semana atender al gimnasio y trabajar como una neurótica. Usualmente llegaba a casa a las nueve de la noche, y caía dormida tras su ducha de las diez, ignorando por completo el hecho de que vivía con su marido. Obviamente el sexo ya no era algo común para ninguno de los dos... o al menos el sexo matrimonial, ya que ambos se engañaban con diferentes personas todo el tiempo, afortunadamente ninguno de los dos se había descubierto en el acto. Patrick usualmente salía con chicas colegas cocineras, muchas de ellas con sobrepeso, mientras que Diane usualmente salía con jóvenes universitarios que conocía gracias a su trabajo. Aquella vez en realidad no había ido a cuestiones de trabajo, sino que se quedo una semana entera con un chico universitario de las afueras de la ciudad. Ella era cómo su "Sugar Mommy", y ambos parecían llevarse bien en ese tipo de relación que llevaban. Le hacía recordar a cuando conoció a Patrick en la universidad, y el cómo ambos eran dos personas completamente diferentes y algo inmaduras. Para ella Patrick siempre había sido un príncipe azul, esto debido a que en su juventud Diane tenia bastante sobrepeso y que un chico cómo Patrick se fijará en ella la había motivado a bajar de peso y lograrlo. Patrick había sido su motivación para ser una mejor persona... pero ahora algo entre ellos se había apagado. Era cómo si el amor simplemente se hubiera esfumado. El taxi eventualmente se detuvo frente al portón de la casa, a lo que Diane le envío mensaje a Rosario y Patrick para que lo abrieran. Cuando el taxi logro entrar a la casa su celular sonó, era uno de sus clientes. Una parte de ella quería no contestar y poder saludar a su marido adecuadamente, pero otra parte quería contestar ya que "el trabajo es dinero". Eventualmente esta ultima parte ganó, y Diane contesto el teléfono a su cliente. El taxi se detuvo, ella sacó billetes de su bolso, le agradeció y luego se detuvo. El cliente le había dicho algo muy importante, por lo que le pidió de favor al taxi que la esperará. Le dio un poco de dinero extra, ya que la debería de esperar al menos unos veinte minutos.

   Diane algo apresurada tocó la puerta de la casa con el celular en su oido. Patrick le abrió de inmediato y extendió sus brazos para abrazarla; "Demonios, te extrañe bastan...", Diane le indico a Patrick que se callará y continuo en su llamada telefónica. Patrick la observo, y esta tras darse cuenta se le acerco y le brindo un beso en la mejilla, para luego continuar hablando con su cliente mientras caminaba hacía su habitación. De camino a su habitación, y mientras colgaba a su cliente - quien había perdido la señal - Diane se encontró con Rosario quien portaba su ahora super-apretada ropa de sirvienta, esta limpiaba la mesa y chiflaba "Young Folks" de Peter BJorn. Diane paso de largo, impresionada del peso que su sirvienta había estado ganando. La panza de Rosario rozaba ligeramente con una de las sillas. La chica había ganado bastante peso, y ya pesaba al menos unos 88Kg, algo que la alivio un poco ya que sabría que una chica gorda no significaba competencia para ella, así que no se preocuparía por su esposo engañándola. Diane se acercó más a Rosario y le apretó ligeramente una de sus lonjas; "Wow, ¿Que has estado comiendo?", Rosario lanzó una risa tímida y Diane le respondió apretando otra de sus lonjas; "En serio Rosario, te ves como una marrana. Si que te has dejado llevar". Patrick silenciosamente se asomó y observó la interacción entre su esposa y su amante. Ella había recordado el nombre. Rosario se sentía algo incomoda con Diane observándola y burlándose, pero internamente sentía que había ganado ya que la apuesta con Patrick había caído a su favor. "¡Patrick! Deberías empezar a poner a esta mujer a trabajar más. Tal vez así pierda todas esas calorías extras que hacen que su barriga toque mis sillas", Diane dio una risa burlona y regreso a su camino. Patrick se apresuró a alcanzarla, y cuando logró tocarle el hombro el celular de esta comenzó a sonar. Era su cliente otra vez. "Oh... ¿En serio?... Tomaré el siguiente vuelo", dijo Diane algo harta pero resignada, colgo su telefono y se dirigió de inmediato a su habitación. Patrick la siguió. "Me tengo que ir", le dijo Diane mientras entraba a su habitación y comenzaba a desnudarse. Había algunas prendas de Rosario en el suelo, pero Diane no las noto debido a que se veía muy apresurada. "¿A donde irás esta vez", preguntó Patrick. "No creo que te importe, cariño. Cosas del trabajo", contestó Diane y Patrick se quedo congelado. Diane, ya cambiada se apresuro a la entrada de la casa y se subió al taxi que la había estado esperando. Tuvo que darle un poco de dinero extra, ya que había tardado un poco más de lo acordado. 

   Patrick se quedó en la sala de la casa. Congelado. Rosario se le acercó al hombre, quien miraba a la nada desconsolado y devastado. "¿Estas bien?", preguntó Rosario. Patrick se sentó en uno de sus sofas, y viendo a la nada con tristeza suspiró; "No pudo detenerse a decirme algo bonito. Sólo le importa ese maldito trabajo...", Patrick se agachó y se soltó en llanto. Rosario se le acercó y dejo que se recargará en ella. "No seas así, sabes que es una mujer ocupada, eso no significa que no sienta algo por tí...", le dijo Rosario a Patrick quien continuaba llorando. "No lo entiendes. Ella y yo... ella ha cambiado desde que bajo de peso y no es que no la apoye, porque sigo creyendó que es hermosa sin importar su peso, el problema es que ya no congeniamos. Es cómo si hubiéramos crecido y simplemente... nos dimos cuenta que este matrimonio no funciona, pero por alguna razón seguimos atados a él". Rosario acarició la cabeza de Patrick y luego le dio un beso en la frente. "Pero bueno...", dijo Patrick mientras se limpiaba sus lagrimas y sostenía a Rosario, "¿Gane?". Rosario se sonrojo, y con una sonrisa amable asintió con la cabeza. Patrick le dio un suave beso en los labios, y luego se enderezo; "Te encantará lo que te hice para cenar...", dijo Patrick y Rosario coloco sus brazos alrededor de su cuello.  

Polvo Y Dietas (Reinterpretación #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora