"Bueno, desde la última sesión que tuvimos parece que ustedes dos han progresado bastante, ¿Cuanto tiempo tengo sin verlos?", Diane ya no podía calcular desde hace cuanto no visitaban al terapeuta por lo que decidió no contestar. Patrick tampoco lo recordaba, por lo que dejaron pasar de largo esa pregunta. "Bueno, esta bien. Antes que nada quiero decirles que todo lo que digan aquí se quedará aquí, no le diré a nadie respecto a lo que me cuenten y no les juzgare. Creó ya se los he dicho otras veces, pero nunca cuesta nada recordarle a los clientes", el terapeuta les brindo una sonrisa y el matrimonio lanzó una risa ahogada. El terapeuta tomo su libreta de apuntes, se sentó en su escritorio, se puso los lentes, suspiró y regreso su mirada al matrimonio que se encontraba sentado en las dos sillas frente a el. "Ok. Pues de acuerdo a mis ultimas anotaciones, parece que Patrick se encontraba algo insatisfecho con la presencia de Diane... ¿Cómo han avanzado con eso?", Diane observó a Patrick y le brindó una tierna sonrisa. "Las cosas han estado mejor desde hace unos cinco meses... ella ya no se preocupa tanto por el trabajo, y hemos encontrado muchas otras cosas que nos gusta hacer juntos", Patrick observó a su mujer y esta confirmo lo dicho con otra linda sonrisa. "¿Que tipo de cosas hacen juntos?", pregunto el terapeuta. "Salimos a la calle. Vamos a restaurantes. Salimos de viaje de manera más constante. Cocinamos juntos. Todo el tipo de cosas que suponemos un matrimonio hace para salir del agujero", contestó Diane y luego lanzó una risa coqueta. "Suena perfecto, igual puedo notar que se ven mucho más unidos que la ultima vez...", el terapeuta vio como las manos de ambos se sostenían, "¿Ocurrió algo en especifico que les hizo querer cambiar la manera en la que controlaban su matrimonio?". Patrick miro a su mujer y esta le asintió con la cabeza, "Se supone que todo lo que decimos es privado, ¿Verdad?", el terapeuta acepto y Patrick de inmediato se aclaró la garganta.
"Pues, la verdad todo comenzó un día lluvioso, un par de momentos antes de que Diane se fuera de viaje. Ambos habíamos estado de acuerdo en que necesitábamos una sirvienta, ya que ella siempre se encontraba ocupada y yo usualmente no tenia tiempo de estar limpiando la casa, más que nada porque es una casa algo grande. Contratamos a una chica latina, su nombre es Rosario y nos convenció bastante porque venia de una familia que siempre se había dedicado a la servidumbre. Era una chica delgada y con un aspecto petite, así como también era de Chicago por lo que no nos pareció una persona extraña. El mismo día que ella llego, Diane se fue de viaje por trabajo... o al menos eso dijo", Patrick suspiró, el terapeuta dirigió su mirada a Diane quien le miraba de manera coqueta. "En aquel momento me encontraba engañando a Patrick con un chico universitario. Ese día me pareció adecuado ir a visitar a este chico. Pero la verdad no dije que fuera un viaje, sólo partí y me fui. Aún me siento mal por lo ausente que estuve aquellos días, pero la verdad no puedo negar que estaba teniendo un amorio con alguien más", Diane mordió ligeramente su dedo y miro al terapeuta. "Ya se lo que piensa... pero la verdad yo tampoco fui el mejor marido. Después de que ella se fue contemple la situación, y después de ver por un rato a Rosario me vi obsesionado con la misión de conquistarla. Podía notar que ella sentía cosas por mi desde aquel momento en que me vio, pero honestamente justo cuando Diane se fue mi lujuria despertó. Le serví de comer a Rosario y... pues le di excesivamente de comer. La alimente con todo tipo de cosas, hasta que se sintiera extremadamente llena. Cuando por fin note que su panza ya estaba dura y no parecía tolerar más comida, me dirigí a mi habitación y me masturbe... se que no debería de estar orgulloso de eso, pero fue como paso, y no puedo negar que fue una gran experiencia. Eventualmente esas comidas se volvieron más comunes, y a pesar de que Diane regresaba cada cierto tiempo a casa, su ausencia era tan grande que me daba tiempo de alimentar a Rosario, quien parecía disfrutarlo por alguna razón. Luego comencé a recompensarla sobandole su llena panza y teniendo sexo con ella. Aquel momento fue cuando mi amorío infiel realmente inició", Patrick pidió permiso de encender un cigarrillo y después de consultar a su mujer encendió uno. "¿Y que fue lo que paso?", preguntó el terapeuta, se le notaba algo asqueado con lo que Patrick le contaba pero era un profesional por lo que debía mantener su compostura. "El tiempo paso... y ambos nos estuvimos engañando mutuamente. No negare que ya había tenido sexo con otras mujeres mientras estábamos casados, pero nunca había tenido una amante. Rosario lentamente se convirtió en alguien a quien yo amaba, y alguien a quien yo podía confiarle lo que pensaba, era como si Diane no fuera verdaderamente mi esposa y Rosario si. Un día Diane vino a casa y se portó de una manera muy fria y distante, lo que me llevo a aferrarme aún más a la relación con Rosario. La engorde y la hice convertirse en un cliché de sirvienta latina gorda. Me encantaba verla caminar por la casa, con sus lonjas, su gran culo, sus gordos brazos y sus caderas perfectas. Le dije respecto a mi fetichismo después de que ella me lo reclamará, pero... por alguna razón me acepto. Le gustaba en lo que la estaba convirtiendo. Cierto día Diane llego a casa y me encontró con ella", Patrick observó a su mujer. "Llegue a casa porque me sentía mal por nuestro matrimonio. Lo encontré a punto de tener sexo con Rosario. Me volví loca en ese momento y perdí toda mi compostura. Estaba dispuesta a matarlos a los dos... hasta que decidimos hablar, y nos dimos cuenta de que tal vez nuestro matrimonio ya no podía avanzar. No teníamos muchas opciones más que el divorcio o vivir infelizmente", dijo Diane, el terapeuta la miraba con curiosidad ya que su coqueteo era obvio y este parecía no molestarle a Patrick. "Al final decidimos algo diferente... Rosario se acercó a nosotros, y tuvimos una gran conversación respecto a todo lo que había estado sucediendo. Me di cuenta que a pesar de que Rosario es mi sueño fetichista, Diane es el amor de mi vida. Por lo creamos un acuerdo en el cual todos salimos ganando", el terapeuta miro con curiosidad a Patrick, "¿De que se trata el trato?". Patrick saco humo de su cigarrillo y puso la ceniza en su lugar. "Continuare alimentando a Rosario y teniendo algo con ella, así como Diane es libre de tener sexo o una relación con quien ella quiera. Lo se... suena como la muerte de nuestro matrimonio, y de cierta manera lo fue al principio, pero lentamente ambos hemos logrado crear una unión emocional tan grande que incluso nos ha llevado a continuar teniendo sexo", el terapeuta ya no oculto su cara de sorpresa. "La condición fue que yo manejara la dieta de Rosario y le ayudará a ser una 'gorda saludable', ya que si Patrick quiere hacer sus cosas raras al menos quiero que nadie salga realmente herido", Patrick miró con cariño a su mujer. El terapeuta los miró. No sabía que responder, ya que nunca había escuchado de algo así en toda su vida. La pareja sonreía y se tomaba de las manos.
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Era un día soleado. Los rayos de sol iluminaban los rostros de Diane y Patrick, quienes iban en el auto regresando de su terapia matrimonial. A la par de que el sol los iluminaba sonaba "Beast Of Burden" de The Rolling Stones. Era 26 de Marzo, y la esencia de la primavera comenzaba a estar presente. Diane y Patrick conversaban respecto a lo que acababa de ocurrir con su terapeuta, quien prácticamente los había vetado de su consultorio. Ambos reían ya que la situación había sido algo rara y divertida. Desde el auto Diane observaba lo bello que lucía Florida en la primavera, con paisajes perfectos y llamativos. Patrick se detuvo frente al portón de su casa. Tenía una clara erección, y ya había planeado lo que haría durante el día. Era domingo por lo que ninguno de los dos tenía alguna obligación. El policía de la entrada los dejo pasar. El auto manejo por un rocoso camino lleno de arboles por todos lados. Patrick observó su casa, la piscina, las cabañas y el pequeño almacén en donde guardaba la comida que le daba a Rosario. El auto se detuvo frente a la casa, y una mujer delgada abrió la puerta de la casa para ambos. "Buenos días, patrones", dijo la mujer y Patrick y Diane la saludaron. Entraron a la casa y ambos se dirigieron al comedor. La mujer que les había recibido se alejo y continuo limpiando una de las ventanas principales de la casa. Patrick y Diane coqueteaban y conversaban un poco sobre la reacción del doctor. Había sido una nueva experiencia para ambos, y por alguna razón estaban muriéndose de la risa. Después de conversar un rato Diane decidió subir a cambiarse la ropa en su habitación, mientras que Patrick salio de la casa y camino un buen rato al rededor del terreno en donde se encontraban las cabañas. Se metió entre los arboles y entonces encontró la cabaña especial que habían mandado a construir un par de meses atrás.
La puerta se abrió. Una mujer latina con el pelo largo, ojos cafés, una blusa de rayas rojas apretada y con algo de chocolate embarrado en la cara apareció frente a Patrick. Su rostro se notaba gordo y satisfecho, asi como dejaba denotar que se encontraba algo emocionada por su visita. Rosario había cambiado bastante, y ahora se había convertido en una gorda hecha y derecha. "¿Cómo has estado, gordita?", dijo Patrick. Rosario le contestó con una sonrisa y lo abrazó emocionada. Patrick sintió cómo la fuerza de la Rosario que ahora pesaba 135Kg le apretaba. Era suave. Era bella. Rosario camino lenta y sensualmente hacía un sofa. Sus gordas piernas y su panza estaban descubiertas, mientras que sus senos a duras penas cabían en el bra que le había comprado Patrick un par de días antes. Patrick se acercó lentamente y comenzó a acariciar el gordo cuerpo de Rosario, mientras esta se dejaba tocar y repetía constantemente palabras sensuales en las que le indicaba a Patrick lo tanto que disfrutaba ser una mujer gorda y su pareja sexual. Ambos se besaron apasionadamente. Patrick puso sus manos en las lonjas de Rosario, quien lentamente comenzó a sacar más y más la panza. "¿Quieres un poco de comida?", dijo Patrick sonriendo y Rosario le contesto positivamente asintiendo la cabeza. Patrick se dirigió a un refrigerador gigantesco que se encontraba dentro de la cabaña, y saco de este un pastel de chocolate inmenso. Rosario se movía emocionada mientras observaba como Patrick traía el pastel. Patrick se detuvo a la mitad del camino. "Sabes lo que debes hacer, princesa", Rosario sonrió, levanto su pesado cuerpo y tomo un traje de sirvienta XL que se encontraba al lado de su sillón. A pesar de la talla este le quedaba algo chico y dejaba lucir parte de su ahora grande y gelatinosa barriga. Patrick comenzó a darle de comer mientras Rosario sollozaba y se sobaba de manera sensual la barriga.
"Mi nombre es Cerda", dijo Rosario mientras se movía sensualmente la panza y Patrick la continuaba alimentando. "Mi cerda", dijo Patrick y sonrió. La puerta de la casa sonó, cómo si alguien estuviera tocando, ninguno de los dos atendió. Patrick continuo contemplando lo grande y hermosa que Rosario lucía ahora. Era perfecta. Mientras tanto a través de una ventana se podía notar la silueta de alguien viendo. "Eso... no luce tan mal", dijo Diane mientras espiaba a la pareja. Lentamente colocó la palma de su mano en su plano abdomen. "Rosario no luce mal". Tal vez era momento de que Diane regresará a los viejos tiempos.
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Polvo Y Dietas (Reinterpretación #3)
RandomUna joven delgada llamada Rosario es contratada como sirvienta para el matrimonio de Diane y Patrick. El problema será que Patrick tiene una pequeña obsesión con Rosario y su pequeño cuerpo de porcelana. Basada en la Novela "Dusting and Diets (maid...