El Fetichismo Es Una Maldición

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   Recuerdo haberme recargado en la pared. Ya era noche. El viento corría a través de mi ventana, mientras yo miraba al vacío. Estaba ocurriendo. Mi sobrepeso estaba comenzando a provocarme estar inmóvil. Era como estar atrapada en un error de mi juventud. Claro que seguía amando el feederism, y seguía encontrando esta parte del camino... pero, no lo se, sentía que algo no estaba bien. Me sentía sola. En medio de un mundo que buscaba producir más y más. Un mundo que buscaba que todos los seres humanos pensaran de la misma manera. Un mundo que no acepta la individualidad, y la libertad de existencia. Es cierto que hay limites en cuanto a lo que un individuo desea ideologicamente y sexualmente del otro, pero cuando todo es consensual... no creó que sea del interés del resto del mundo oponerse a este estilo de vida. Llámenme loca, pero la libertad que no daña a nadie es la libertad ideal... pero bueno, no creo que deba ir a detalles tan específicos. Ese día me sentía reflexiva. El mundo estaba cambiando, y todo se encontraba en movimiento. Diez años antes de que me encontrará en ese cuarto y en esa casa, había sido una chica diferente. Desde que tenía seis años había sido una niña gordita. De la niñez a la adolescencia siempre fui... esa chica gorda. Era linda, pero era demasiado gordita cómo para que los chicos quisieran salir conmigo. Aún así siempre fui rara. Tenia intereses por cosas que el resto del mundo a mi alrededor ignoraba. Recuerdo usar la computadora para leer, descargar música y descargar peliculas. Con el tiempo, cuando mi sexualidad comenzó a florecer descubrí sitios pornograficos en el internet, pero... nada captaba mi atención. Las chicas que salían teniendo relaciones se me hacían muy lindas, pero no eran lo que yo veía cómo algo sexualmente atractivo. Me gustaba la gente como yo. Me gustaban las chicas gordas, y los hombres gordos. Ese era el cuerpo que yo tenía, y me gustaba. Así fue como lo descubrí... y todo fue para abajo después de eso. Para cuando cumplí dieciocho me di cuenta que así eran las cosas... era una mujer robusta, y mi vida sexual compartida nunca funcionaría hasta que hiciera lo que siempre había querido. Dejarme llevar, y convertirme en lo que siempre quise ser. 

   La vida es extraña, y eventualmente pase de los 80Kg a los 120Kg, y de esos 120Kg a los 210Kg. Cuando menos me dí cuenta me encontraba postrada en una cama, siendo cuidada por mi hermana. Atrapada dentro de una vida extraña. Es como ser una discapacitada... pero por alguna razón es algo que siempre supuse que pasaría. Cuando llegue a los 120Kg me di por vencida, y acepte todo el peso extra que me llegará... es sólo que nunca me imagine en que me convertiría. A los 360Kg me di cuenta que no había vuelta atrás. Esa vez me vi en el espejo. Tenía mi panza gigantesca, y mis piernas ya colgaban y se movían gelatinosamente. Fue ahí cuando comencé a desear mi inmovilidad. El subir de peso. El "Gaining", es probablemente una de las adicciones más grandes. Verme al espejo mientras me devoraba un pastel de chocolate y acariciaba mi gordo, perfecto y gelatinoso cuerpo me era suficiente para sentirme la mujer más feliz del mundo. A veces tenía sexo con otras personas involucradas en el mundo del fetichismo. Llegue a conocer a algunos chicos en el internet, y les encantaba que me sentara en sus caras o eructara en ellos. No muchos estaban específicamente interesados en el feederism, pero uno de mis requisitos siempre era que me dejaran comer bastante como un pre al acto sexual en el que me sentara en ellos. La vida realmente se empezó a complicar a los 430Kg, fue ahí cuando solo pude ser capaz de salir en scooter. Aún podía pararme dentro de casa, pero para salir al mundo ya no era capaz. Era una bola de grasa amorfa. Era una gorda. Nunca alcancé mucho en mi vida a partir de este momento, así que comencé a ayudar al esposo de mi hermana haciendo llamadas y ofreciendo cosas. De ese modo trabajaría en casa y así pagaría parte de mi estancia y me quedaría con el dinero. No estaba discapacitada por accidente cómo para no valerme por mi misma, ya que yo había decidido pesar esto... pero las dudas siempre llegaban. 

   Recuerdo haber prendido un cigarrillo aquel que creo fue el último día que pude sostenerme en pie. Estaba pensando en el pasado. Cuando mi vida como una chica gorda llego a resultar en algo lindo. Antes de que todo lo malo llegará... aunque aún así había algo en esta inmovilidad, algo que me hacía ser un amante de ella. La odiaba y la amaba. Mi cuerpo era gigante, y me encantaba tocar y sentir lo suave en que me había convertido. Ya no tenia una forma humana, y eso era fascinante. Era como vivir en otro cuerpo. Recordaba los documentales que veía de personas cuya obesidad llegaba a estos extremos... pero nunca me imagine que yo terminaría así. Para esta época ya pesaba unos 500Kg, y simplemente ya no era saludable ser yo. Ya no era la chica gordita, ya era un monstruo obeso. Mi cara incluso se había vuelto en la de alguien con una obesidad de este tipo. Ya tenia una papada que prácticamente me imposibilitaba mover el cuello. Extraña agachar mi mirada y poder ir hacía mis pies con menos dificultad. "El Fetichismo Es Una Maldición Maravillosa", recuerdo haber repetido en mi cabeza. De la nada sentí un tiron en mi cuello, y mi brazo izquierdo comenzó a sentirse raro. Mi vista se comenzó a obscurecer, y mi respiración se detuvo. Me desoriente por completo. Poco a poco todo se empezó a desvanecer... y así fue cómo morí a los 28 años. 

30 Cuartillas De Feederism (Un Relicario Fetichista)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora