RELATO PARCIALMENTE INSPIRADO POR "Fat for a Year" DE I-Am-Fatniss
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III.
No asistí al colegio por un gran rato. Simplemente me daba vergüenza presentarme de esta manera. Ahora era una adolescente obesa, cuya gordura opacaba por completo lo poco que mi personalidad podría brindarle al mundo. Mi madre lo entendía, así que por un mes me dio permiso de no asistir al colegio. Me deprimía bastante. Solía levantarme a veces al baño y quedarme viendo en el espejo. Cada cierto tiempo mi madre me compraba ropa, pero usualmente en poco tiempo esta comenzaba a volverse más y más apretada. Eventualmente mi panza terminaba asomándose por la parte baja de las camisas, vestidos o blusas, y esto terminaba atormentándome y haciéndome sentir peor de lo que debería. Mi apetito igual había comenzado a aumentar, y mi propia madre lo notaba en la cantidad de cosas que comenzaron a ser necesarias. Hubo muchos cambios en todo. Tuve que comprar una cama especial, ya que mi antigua cama no soportaba la cantidad de peso a la que comenzaba a ser expuesta. Recuerdo haberme acostado una noche, y haber despertado al día siguiente al borde de la cama porque se había roto una de las patas. Igual mi presencia en las redes sociales desapareció. Comenze a solo acostarme en la cama, comer y ver películas o series en mi habitación. No me gustaba salir, y casi todo el tiempo debía de estar desnuda, ya que mi nuevo cuerpo realmente no esta sobrellevando muy bien la ola de calor que estaba ocurriendo en la ciudad. Siempre sudaba y me encontraba con respiración pesada. Mis senos eran muy grandes ahora, y usualmente notaba como el sudor colgaba en ellos y bajaba hasta mis pezones. Era lo único positivo de ser gorda, al menos ya tenia indudablemente pechos y un trasero grande. Supongo que una debe de tener cuidado con lo que desea. Honestamente creó que la peor parte de todo fue el problema que comencé a desarrollar en las vías respiratorias. Debido a mi aumento de peso extremo comencé a tener dificultades al respirar, y si bien no me incapacitaban me causaban un molesto gagueo vocal. Mi voz era casi irreconocible. Era una chica fea, o al menos así me sentía en aquella época. Pero esta era mi nueva vida, supongo que me lo merecía.
Después de un rato mi madre se hartó de tenerme en casa y prácticamente me obligo a regresar. No me opuse bastante porque pude notar su esfuerzo al tratar de convencer a los directivos de que me aceptaran. Al final tuvo que enseñarles el como lucía para que tuvieran compasión de mi, algo que le agradezco pero que aún así me hizo sentir muy mal en su momento. Pero... el primera día de regreso a la escuela fue probablemente uno de los peores días de mi vida. Todos sabían de lo que me había pasado, había sido una noticia algo famosa que se expandió por todo el colegio. Cuando llegue era el centró de atención, y todos me miraban como si se tratará de un fenómeno de circo. Algunas chicas se burlaban, y muchas otras podía notar que susurraban cada que pasaba a su lado. Incluso creó que llegue a notar a algunos profesores observándome mientras fingían que no conversaban pero claramente hablaban de mi. Cuando la hora del receso llego me sentí aún peor. No me podía sentar en ningún lado, ya que todas las personas a pesar de mirarme todo el tiempo evitaban el hablar conmigo. Incluso mis viejas amigas me había abandonado. Recuerdo haberme sentado en una mesa vacía al fondo del comedor escolar. Ese día mi madre me había enviado un sandwich bastante ligero, ya que le preocupaba que aumentará más de peso. Carecía de sentido, pero apreció que le importara. Cuando comencé a darle los primeros mordiscos una chica se sentó frente a mí, en la misma mesa. Al principio ella me saludó y yo actué un poco a la defensiva, ya que no me esperaba que alguien se acercará a hablar conmigo en lo que restaba de mi estadía en esa escuela. Me disculpe con ella después de reaccionar de esa manera, y ella lo entendió. No logré reconocerla realmente hasta que ella me dijo quien era. Su nombre era Teresa, y era conocida por ser la chica más linda y coqueta de la escuela. Solía tener novios por todos lados, y a pesar de que las chicas la considerábamos algo rara y demasiado sexual, no la odiábamos ni nada por el estilo. Recuerdo haberme cuestionado el que hacía ella sentándose a mi lado. "Yo soy Salatier... Angela Salatier", le dije mientras mordía mi sandwich. Ella me reconocía y me miró con una expresión de lastima. "Igual me aplique la Inyección Melania", me dijo mirándome a los ojos. No notaba ningún cambio, pero cuando agaché mi mirada lo noté. La chica tenia el trasero y las piernas de una persona obesa. Podría decirse que incluso un poco más gordas que las mías. Tal vez no era el mejor y más positivo encuentro, pero ver a alguien más en una situación similar me hizo sentir un poco menos aislada y sola. "A mi me toco obesidad", recuerdo haberle dicho con una sonrisa algo depresiva. Tomo mi mano y me dijo que me seguía viendo bonita, algo que tal vez no era verdad pero me hizo sentir mucho mejor respecto a mi horrible y miserable situación.
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30 Cuartillas De Feederism (Un Relicario Fetichista)
RandomCompilación de 30 historias de Feederism, Stuffing, Aumento de Peso y BDSM.