Fiesta

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Pocas veces el universo demuestra este tipo de maldiciones en las personas, pero incluso los mas malditos pueden llegar a encontrar la felicidad. Hoy les contare el transfondo y un pequeño relato acercá de un chico llamado Enrique, maldecido por los dioses y odiado por la suerte. Nacido en una fria noche de Abril, Enrique nacio en el medio de un eclipse lunar inusual. Mientras se encontraba saliendo de su madre, la luna se habia tornado rosada, y si bien al momento pareció ser solo una agradable coincidencia esto fue lo que le marco por toda su vida. Empezo desde que era un pequeño bebe, su madre lo notaba en las noches y creyó que era una especie de alergia, pero los doctores nunca pudieron encontrarle un sentido. Toda su infancia se la paso siendo analizado por doctores, y visto por expertos, pero nadie encontraba lo que lo causaba. La madre estuvo tan desesperada que llevó a su hijo con diversos brujos y chamanés, quienes le explicaron que la Luna Rosa era la razón de esto, ya que esta Luna era "la de las primeras grandes madres". Nunca hubo una respuesta clara, pero eventualmente la familia aprendió a vivir con ello. Nunca dejaban que Enrique saliera de casa después de que el sol se ocultaba, y esto se volvió la norma para el chico, hasta que comenzo a convertirse en un adolescente. Para Enrique todos eran como el, no comprendio lo único y diferente de su situación, creyendo que después de la adultez las extrañas metamorfosis en las noches desaparecerian, y su familia nunca le dijo lo contrario. Enrique tuvo muchos conflictos con su familia gracias a esto, ya que nunca le permitian ir a fiestas de sus amigos y/o familiares. Las cosas cambiaron mucho cuando Enrique llego a la universidad, y - para la mala suerte de su madre - tuvo la oportunidad de mudarse a otra ciudad. Aqui fue cuando se dio cuenta que su apariencia en las noches lo hacia irreconocible, y que era el la única persona que se sufria esa cosa por las noches.

¿Que era lo que le pasaba en las noches? Sencillo, su cuerpo tomaba otra forma. Les contaré hoy una de sus tantas extrañas experiencias nocturnas, una que le marco y le hizo ver de otra manera su maldición. Pero para iniciar adecuadamente esta experiencia creo debo adentrarme más en lo que queria decir cuando me refiero a que su cuerpo tomaba otra forma. Se los planteare de una manera sencilla y fácil para procesar, ya que entiendo que a algunos les agradará leer este proceso; Enrique era un chico delgado, alto, moreno, lampiño y con un rostro algo llamativo, asi que imaginen al amigo o conocido más cercano que tengan que luzca de esta manera. Visualizenlo sentado en su cama, a eso de las siete de la noche. Imaginen que este se mira en el espejo al borde de su habitación, listo para que de la hora en la que la noche invada por completo su hemisferio del planeta. De la nada este siente como su cuerpo vibra de una manera extraña, y en el espejo puede ver su cuerpo vibrar como si tuviera algo dentró de si. Lentamente los dedos de sus manos y pies comienzan a hincharse de una forma inusual, para que luego sus manos comienzen a notarse más rechonchas. A él no le queda más que mirarse las manos y ver - y sentir - como sus brazos comienzan a expandirse y a colgarse de los lados. Sus piernas comienzan a ponerse más carnosas, y su pene comienza a volverse más chico y a esconderse entre la grasa al lado de su entrepierna. Pequeños y gruesos vellos comienzan a salirle en su pecho, sus pezones, sus piernas, su áxila e incluso se le comienza a formar una barba. Observa su rostro al espejo y ve como sus cachetes se ponen mas rellenos, asi como su cuello empieza a ser ocultado por una gran y muy evidente papada. Lentamente su abdomen comienza a expanderse, hasta que lonjas le empiezan a crecer e invaden sus caderas, para que lentamente una gran barriga comienza a crecer y crecer. La barriga contribuye a ocultar su pene, y se ve acompañada de dos senos de hombre bastante caidos. Su culo igual se expande, y junto a este igual crecen algunos vellos. Imagenlo mirandose una vez más al espejo, esta vez luciendo como una persona completamente diferente. Pasar de adolescente lindo y delgado a obeso peludo y algo demacrado. Eso era por lo que Enrique tenia que pasar todos los días de su vida.

Regresando al relato relacionado con este chico; Cierta noche - después de su metamorfosis diaria - Enrique decidió ir a una fiesta relativamente cercá de su casa. Le habia invitado una compañera del colegio, a quien el consideraba la única chica por la cual sentia algo, su nombre era Mariana y le resultaba hermosa. La chica se llevaba con él, pero estaba claro que no sentia nada por el ya que no le trataba como si el fuera alguien diferente al resto de sus amigos. Entendia que seria irreconocible, pero queria distraerse un poco ya que la escuela le habia estado estresando ultimamente. De hecho su version gorda lucia el doble de grande, esto porque el estres lo habia hecho comenzar a comer bastante, lo que si bien no afectaba su forma delgada, se notaba cuando llegaba la noche. Como era usual se desnudo y miro su gorda y peluda forma nocturna. Eligio entre toda su ropa XXXL, y decidio llevarse una camisa abotonada azul y un pantalon de vestir. Se metio la camisa en el pantalon, y a pesar de que se visualizaba un poco del ombligo a traves de uno de los espacios entre botones, llevo una gabardina para que esto fuera menos notorio. Tomo unos lentes sin aumento con los que usualmente disimulaba su apariencia y salio a las calles, listo para divertirse un buen rato en la susodicha fiesta. Pidio un Uber para que pasara a recogerlo, y en cuestion de unos quince minutos ya se encontraba en la casa donde la fiesta iba a ser llevada a cabo. Cuando llegó a la fiesta obviamente nadie le reconoció, pero logro pasar pagando el dinero necesario y siendo aceptado por los dos tipos de la entrada, quienes curiosamente eran de sus dos grandes amigos en clases. No le habia dicho a nadie que iria, y de hecho siempre les mentia diciendo que trabaja toda la noche, lo que no era verdad ya que era un joven mimado cuyos padres aún le enviaban dinero durante su estadia como estudiante. Como sea... Enrique divago un buen rato entre los pasillos y las aréas verdes de la casa. Había montones de jovenes en todos lados bailando y perreando como si no hubiera mañana. El ruido de la música era inmenso, y las personas bailando sensualmente solo eran cosas que estaban haciendole sentirse ligeramente incomodo. Podia sentir las miradas de la gente, e incluso la lastima que algunas chicas le demostraban solo con su mirada. "Pobre gordo, no puede bailar sin perder la respiración", imaginaba que pensaba la gente. Sabia que si su forma matutina estuviera presente todos le tratarian bien, pero debia de afrontar su realidad, al fin y al cabo nadie le habia obligado a estar en el lugar. Tomó una lata de cerveza, pidio un cigarrillo y se sento frente a la piscina. Nadie estaba adentro, ya que hacia algo de frio, pero habia montones de chicos y chicas ebrias besuqueandose al rededor de la piscina. El ruido de la música era tan alto que podia ver como las ondas sonicas hacian que el agua se moviera de una manera que le parecio curiosa. Cuando por fin se termino su cigarrillo y la lata se levantó dispuesto s regresar a su casa. Definitivamente no era su tipo de fiesta, y mucho menos para alguien con ese cuerpo. Camino hacía donde estaban las latas de cervezas, tomo una y se dirigió hacia el aréa verde que llevaba a la entrada. Caminaba entre gente amontonandose y bailando, y una mano le jalo su gordo brazo.

30 Cuartillas De Feederism (Un Relicario Fetichista)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora