Demonios

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Me he dado cuenta de que los primeros sentimientos que recuerdo desde que tengo uso de razón se basan en el rechazo. Tanto del resto, como hacia mí misma.

Toda mi vida he vivido con miedo. Se habían manifestado tantas de sus formas en mí que no sabía que todas ellas respondían a una sola palabra. Porque pensaba que el miedo se experimentaba pocas veces, cuando te enfrentas a algo que sabes que te va a marcar, sea para dejar cicatriz, o dejar huella; que era efímero, que los monstruos iban y venían.

Pero los míos se quedaban. Me hablaban, me hacían sentir pequeña, insignificante. Me acompañaban en todo momento y a todas partes. Hice tanto caso a mis demonios que se hicieron realidad nada más ponerles nombre.

Llamé Fracaso al miedo de decepcionar a los demás.

Llamé Culpa al miedo de hacer daño por ser mi propia prioridad.

Llamé Baja autoestima al miedo de no ser aceptada por mi cuerpo y mi mente.

Y llamé Inseguridad al miedo de no ser suficiente.

Pero hoy, los cuatro se han juntado en uno solo. Y, cuando fui a enfrentarme a él, encontré mi propio rostro.

Siempre he tenido miedo de ser yo misma.

Ojalá poder decir que lo he superado.

Un camino en espiralWhere stories live. Discover now