Hay veces en que donde naces es donde pasas el resto de tu vida, él no era la excepción, el hijo no deseado de un narcotraficante. Su madre una mujer bella y joven, esposa trofeo de uno de los líderes de drogas más temidos, cometió un gran error se embarazó, ninguno de los dos lo quería.
En cuanto nació fue entregado a una pareja que trabajaba para su padre para esconderlo, creció como un niño normal, fue a la escuela y se divirtió aunque siempre supo dentro de sí que pertenecía a otro mundo. No tuvo la mejor vida, sus "padres" procuraban darle todo lo deseaba pero no lo querían, como si no fuera suyo y lo supo perfectamente cuando un día encontró a su "padre" hablando con otro hombre en su casa su instinto le dijo que aquel señor era más importante para él de lo que creía.
Su forma de vida cambió radicalmente en el momento en que entró en el negocio familiar, en la secundaria comenzó a vender droga a sus compañeros la cual le compraba a un vago que conoció por su casa, nunca la consumía sabía bien lo que provocaba y no era tan estúpido de consumir lo que debía vender.
Un día un estúpido no le pagó por lo que se atrasó y el traficante fue dispuesto a cobrar su deuda, y asegurarse que no se volviese a repetir. Pero el que terminó golpeado hasta casi morir fue él, junto con la amenaza de no volver a acercarse nunca al hijo del jefe.
Su verdadero padre se lo llevó consigo para que aprendiera lo necesario, no pudo conocer a su madre porque, digamos, ella no corrió su misma suerte, al preguntar por ella descubrió el costo de los errores, y lo peligroso que podía llegar a ser su progenitor. Pronto olvidó a la mujer que le dio la vida, su nueva mundo ocupaba toda su mente, tenía tantas responsabilidades, tantas cosas que debía cumplir y tanto que gozar.
Dinero, autos, mujeres, lujos, respeto, lo más importante para él, aquél que se atreviera a mirarlo con desprecio o como si su presencia no significara nada estaría muerto en unas horas. Poder, amaba el poder y como tal debía conseguir más hasta estar satisfecho. Sólo había un obstáculo.
El mundo del crimen se caracteriza por la muerte pero aún cuando estén ahí, todos tienen honor y los traidores merecen morir de las peores formas. Él era un traidor, nadie lo sabía se había encargado de que así fuera, fue muy triste ver el rostro de sorpresa y decepción de su padre cuando entró con un arma a su oficina, lo sabía. Le disparó una vez, más que suficiente para detener su corazón, no lloró, podría llamarse venganza por su madre pero en realidad era su sed de sangre y poder.
Ahora él lo tenía todo y la mejor parte era que nadie lo sabía. Por eso la policía, a pesar de asegurar que era el jefe no podía culparlo, no tenía prueba alguna de que lo era y sólo consiguieron encerrarlo por posesión de drogas lo que lo dejó libre en menos de seis meses.
Al regresar a su reino se encontró con que alguien había intentado usurpar su lugar pero fue un problema menor del que se encargó rápidamente, tuvo amores ninguno duradero y sólo una mujer fue la única en lograr tocar su corazón. Rosy.
Su bella Rosy, una de las tantas chicas que algún momento cruzaron por sus propiedades, él tráfico de personas no era lo suyo pero cuando entraban en crisis había que negociar en todos los mercados. Rosy llegó junto con un cargamento, dulce, joven, cínica, grosera, rebelde y bonita. Cuando se encontraron ella le mostró el dedo de en medio y lo llamó 'hijo de perra'. Se llevó una bofetada por ello pero aún así no cambió su expresión, era una chica de la calle a quien se habían llevado para venderla a alguno de los cabarets a los que solían surtir drogas, sin embargo, su coraje le dio un mejor lugar. No sé enamoró de ella, o quién sabe.
La hizo su chica, le daba todo lo que deseara, joyas, ropa de diseñador, autos, si lo hubiera pedido le hubiera dado el mundo pero nada es para siempre. Lo último que recuerda de ella es su voz llamándolo igual que cuando se vieron por primera vez con una sonrisa en su rostro y el último toque de sus dulces labios contra los suyos.
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Me conoces
FanfictionMiedo, terror, desesperación, dolor. Conocía bien estos sentimientos había escrito sobre ellos tantas veces pero ahora, encerrado en aquel tétrico edificio temiendo por su vida junto a quince personas más, finalmente los entendía. "Me conoces. Tú me...