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Capítulo 22| «inolvidable»



Por la tarde, Zayn detuvo el poderoso Lamborghini frente a la casa. Su equipo de seguridad le había dicho dónde encontrar a Jenna... cuando Vanessa se negó a revelar su paradero. Eso lo enfureció. Se negaba a aceptar que su amiga se creyera en la obligación de protegerla de él.


Aunque se había perdido un bautizo en Atenas, sabía que estaba haciendo lo que debía hacer. De hecho, estaba más animado que en mucho tiempo. No le sorprendía. ¿Cuándo había hecho algo menos egoísta en su vida?


Naturalmente, se sentía orgulloso de sí mismo. Había dejado atrás su rabia contra Jenna y contra la situación para comprobar que estaba bien.


Jenna salió de la bañera y, envolviéndose en una toalla con estampado de animales, entró en el dormitorio. Oyó un ruido y, cuando se asomó a la ventana, vio a Zayn saliendo de un deportivo...


— Zayn...


Nerviosa, se quitó la cinta del pelo. ¿Qué estaba haciendo allí? ¿Cómo había sabido dónde encontrarla? Y, sobre todo, ¿qué quería?


Entonces recordó que había decidido darle otra oportunidad. Debía intentar convencerlo de que estaba diciendo la verdad por el bien del niño. Y quizá aquél era el momento, pensó, bajando al vestíbulo sin tiempo para vestirse.


Cuando abrió la puerta, él la miró de arriba abajo, desde los labios hasta sus senos.


— ¿Cómo me has encontrado?


— Eso no importa —contestó Zayn.


— Claro que no importa. Estoy acostumbrada a que me espíes —replicó Jenna—. Pero da igual, quería hablar contigo. Si esperas un momento en el salón, voy a vestirme...


— ¿Para qué vas a molestarte? —murmuró Zayn, con una sonrisa cínica en los labios.


— No es molestia, te lo aseguro.


— Así estas muy bien, no te vistas por mí.


Jenna lo fulminó con la mirada. Pero en ese momento, Zayn estaba preocupado por otra cosa: una chaqueta masculina colgada en el perchero.


— ¿De quién es?


Desconcertada, Jenna comprobó que era la chaqueta de Ben. Había debido dejársela olvidada.


— Es una chaqueta de hombre —insistió Zayn—. ¿Campbell está aquí? ¿Arriba, en el dormitorio?


— Claro que no. No está aquí, pero podría estar. La casa es suya.


Zayn dio un paso adelante. Su rostro parecía de piedra, sus ojos fríos como el acero.


— ¿Cuándo ha estado aquí?

Change My  Life ➽ z.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora