¿Cuántas mujeres famosas de la historia de Chile conoces?
Aunque no lo creas, la historia de Chile es generosa en este aspecto. Muchas grandes mujeres han dedicado su vida persiguiendo sus sueños.
En este libro encontraras la historia mujeres de di...
En septiembre de 1583, asume el nuevo gobernador Alonso de Sotomayor, prestigioso militar español que es destinado a Chile para pacificar y repoblar la araucanía y que el año 1584 derrota y mata al Toqui chileno Alonso Díaz, y a su sucesor Cayancura, para seguir con Huepotaén, que lidera a su pueblo hasta su muerte ocurrida el año 1587.
La esposa de Huepotaén, Janequeo, sigue con el sueño libertario de su marido y asume el liderazgo del ejército Mapuche. Esta mujer da una sólida lucha de guerrillas y el gobernador va personalmente a Lima en busca de refuerzos.
El prestigioso gobernador, admirado por los reyes de Austria y de España, que se había ganado el título de Caballero por sus hazañas militares, que había derrotado al corsario Thomas Cavendish y que luego iba a derrotar a la armada de Sir Francis Drake en Panamá, y que con tanta facilidad daba cuenta de los Toqui Mapuche, no pudo derrotar al ejército Mapuche liderado por esta valerosa mujer.
En la historia del Reino de Chile, el historiador, del siglo XVI, Diego Rosales cuenta las hazañas de Antequeupu, Pedernal Asentado, chilenizada a Janequeo. Su proeza se desarrolla 50 años después de la llegada de los españoles. Su pueblo estaba siendo esclavizado en la minería del oro, metal que no tenía valor para ellos. Janequeo, ya era Toqui el año 1589. Nueve años más tarde, Pelantaro, al igual que Lautaro, formado por los españoles, logra la independencia de la nación Mapuche.
La Guerra de Arauco era uno de los mayores problemas que enfrentaba el rey de España. Los Mapuche estaban ya superando la caballería española y las ciudades al sur del Biobío estaban en riesgo, con lo cual no se podrían explotar las minas de oro al sur del Biobío. Así que decide nombrar por gobernador, al mejor militar que tenía en Europa, este era Alonso de Sotomayor, el cual asume como gobernador a fines del año 1583.
El nuevo gobernador hizo prioritaria la captura del lonco Huepotaén, toqui de Llifén, comuna de Futrono, que oponía una tenaz resistencia a la conquista española. Logra capturarlo y le da muerte, tras someterlo a crueles torturas.
Janequeo, esposa de Huepotaén, decide continuar con su sueño libertario y se acerca al nuevo líder, su hermano Huechuntaro, al que le dice:
"No quiero que tú solo me vengues, ni quedarme afuera para conseguir mis intentos; los dos hemos de ir y yo he de ser, aunque mujer, quien ha de llevar la gente, para llevarme la gloria de la venganza y la victoria. Yo seré la primera en los peligros y la última que de ellos me retire".
La primera acción fue reclutar más gente, para lo cual, reunió a todos los caciques de la zona de Villarrica hasta Lautaro Norte, y con su gran oratoria, parlamentó con ellos, y ellos prometieron seguirla. En este parlamento, tiene éxito, logra reclutar gente entre Villarrica y Lautaro. Su ejército ya contaba con 4.000 soldados Mapuche.
Al gobernador Sotomayor, le llegaron 150 refuerzos adicionales, y con este socorro, fue en busca del ejército de Janequeo. En su camino, el gobernador iba destruyendo las cementeras de los Mapuche e iban matando algunos nativos de guerra que encontraban a su paso.
Janequeo y Huechuntureo salen a su encuentro y lo atacan en una sucesión de acciones sorpresa, en efectivos ataques de guerrilla que lo van mermando y a la vez van fortaleciendo la caballería Mapuche, que en poco tiempo más iba a superar a la caballería española.
Finalmente, por precaución, el gobernador decide ir a fortalecer los fuertes de la Trinidad y del Espíritu Santo.
Dado que estaba frente a un alzamiento indígena, desarma los dos fuertes y lo vuelve a armar como uno sólo para proteger la ciudad de Angol. La valerosa Janequeo, con su hermano Huechuntureo fueron a ganar el nuevo fuerte a cargo del capitán Cristóbal de Aranda.
El capitán salió a su encuentro, pero fue derribado de su caballo, Janequeo alentaba a su gente: "Animo, ¡valientes serranos!, que ya es nuestra la victoria, pues tenemos en el suelo y muerto a la cabeza de nuestros contrarios, en quien los hemos ya vencido a todos: cortadla luego y dádmela a mí, que quiero levantar esa cabeza en mi lanza para trofeo de mis glorias". El ejército español se retiró, para proteger Villarrica. Finalmente, Janequeo desaparece el año 1589, cuando una epidemia de viruela la obliga a retirarse hacia Villarrica.
Hay que tener en cuenta que Janequeo combatió contra el mejor militar de España. Janequeo no solo fue Toqui, fue una excelente Toqui.
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