Especial HaruMatsu

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Era de noche, Harumin tenía mucho trabajo en la oficina, su clienta no la dejo en paz por 5 meses, su inicio de carrera fue completamente difícil, y no era para menos, al parecer el destino le jugó mal, ¿Porque? Pasó sus exámenes con facilidad gracias a, la "ayuda" de sus compañeros, ahora era el momento de ser pisada por la realidad.

Al salir, ya bastante tarde, observó que no podía volver en el metro, la línea ya no estaba disponible a esa hora, se dispuso a caminar, su bicicleta era historia, por lo que no tenía prácticamente más remedio.

Al estar a medio camino, observó que desde hace 3 cuadras un hombre robusto con un Sacon al parecer la estaba siguiendo, era la cuarta cuadra, y el hombre seguía ahi presente, Harumin comenzó a asustarse.

Aceleró el paso, y al ver que no tenía resultado, decidió doblar hacia otra calle, lo único que importaba en ese momento, era librarse de aquel hombre que había comenzado a intimidar la.

Tampoco vio resultado, el hombre comenzó a acercarse cada vez más, en el siguiente cruce, Harumin miro hacia atrás, el hombre empezó a sonreírle, ella entro en pánico, ya no caminaba de forma acelerada, ahora, literalmente, estaba corriendo.

El hombre no se quedó atrás, empezó a correr, Harumin empezó a gritar por ayuda, un par de casas prendieron sus luces, más no hicieron más, Harumin quería nunca haber tenido que aceptar el caso de esa señora, la cual había consumido toda su tarde.

El hombre se estaba acercando más y más, Harumin empezaba a agotarse, iba a caerse, Yano podía más, hasta que de pronto, sintió que era jalada, cerró los ojos de golpe, esperando lo peor, escucho un sonido agudo.

Lentamente miro hacia arriba, era ¿Matsuri? ¡Si! La misma, tenía un ¿Arma? Matsuri observó con su típica cara de relajación a Taniguchi.

Harumin: ¿Ma-Matsuri?

Matsuri: Si, estás bien tranquila.

Harumin se soltó de golpe.

Harumin: ¡¿Que le hiciste?!

Matsuri:Le disparé un tranquilizante muscular.

Harumin: ¿Ah?

Matsuri: Tranquila no lo mate, lo eche a dormir eso es todo.

Harumin: Gra-gracias...

Matsuri: Bueno, ¿A dónde ibas?

Harumin: De regreso a mi casa.

Matsuri: Si no quieres tener otra persecución, quédate en la mía (con un poco de rubor).

Harumin: ¿Eh? Bueno, solo espero que no haya ningún viejo pervertido dentro.

Matsuri: Hey, yo solo les envío fotos, no tenemos encuentros en persona.

Eso le tranquilizó de forma indirecta a Harumin, no sabía porque.

Al llegar a la casa de Mizusawa, Harumin voy que todo era un asco, en especial la cocina.

Matsuri: Vivo sola, no te asustes.

Harumin: Vaya ehm... Eso explica muchas cosas.

Matsuri: Bueno, puedes dejar tu maletín ahí.

Dijo señalando un sofá para dos personas con algo de ropa encima.

Harumin le hizo caso, hasta que...

Espera, ¡¿Tendremos que dormir en la misma cama?!

Pensó Taniguchi.

Matsuri estaba con una casaca un su pijama debajo, solo colgó su casaca en el espaldar de una silla y se acostó.

Matsuri: ¿Vienes?

𝑹𝒆𝒄𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒓𝒕𝒆 (𝑪𝒊𝒕𝒓𝒖𝒔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora