Han pasado tres meses y mi barriga ha comenzado a mostrarse. Pasé horas mirándome en el espejo y grabando cada parte de mí que comenzaba a cambiar. Esta vez no fue diferente, de pie, mirando el espejo en la habitación de Mehmed, me encontré mirando de nuevo el pequeño vientre.
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- Crees que crecí mucho? - pregunté frunciendo el ceño y acariciando la barriga tratando de notar alguna diferencia más.
Escuché su risa y pronto sus brazos me rodearon, con la cabeza apoyada en mi hombro me miró a través del espejo con una sonrisa divertida.
- Tú me preguntas eso todos los días y yo siempre te doy la misma respuesta, mi amor. - responde con calma y pronto sus manos también van a mi estómago.
- Esta vez estoy seguro de que crecí más. - insistí haciendo pucheros y él se rió.
- Y crecerá aún más, pero seguirá siendo el más bonito de todos. - besó la parte superior de mi cabeza y volvió a su mesa.
Sonreí y me volví para mirarlo. Desde ese incidente, la Sultana Esmahan no había abandonado sus aposentos, uno de los castigos de Mehmed, pero no sabía cuánto duraría esto, ya que también estaba embarazada de seis meses. Si ella diera a luz a un príncipe antes que yo, todo estaría perdido. Por mucho que Mehmed siempre me protegiera, él no siempre estaría cerca y ella tendría tanto poder que me sofocaría fácilmente.
Pensar en eso hizo que mi corazón se hundiera y rápidamente me senté en la cama. Mehmed notó mi expresión abatida y se acercó rápidamente a mi lado.
- Qué sucedió? El bebé? - Preguntó ansiosamente y yo lo negué para calmarlo, pero pronto frunció el ceño nuevamente en una pregunta silenciosa. Suspiré e incliné mi cabeza nerviosamente.
- Solo estaba pensando ... que si la Sultana Esmahan tiene un príncipe ... será realmente difícil vivir ... - murmuré jugando con sus dedos que estaban en mi mano.
Se quedó en silencio y pensé que lo había hecho enojar hasta que suspiró y se sentó a mi lado y me sentó en su regazo. Fui de buena gana y lo abracé con fuerza, colocando mi cabeza en su hombro.
- Incluso si ella tiene un príncipe yo te protegeré, no lo pienses demasiado. - respondió y acarició mi cabello.
- Es imposible no pensar en Mehmed, no eres tú quien estará oprimido hasta que te quedes sin aire. - respondí y detuvo sus caricias.
Me apartó y tomó mi rostro entre sus manos, besando mis labios con pasión. Seguí su ejemplo y dejé que me besara hasta que el aire se fue.
- Quién se atreve a oprimirte? Hmm? - susurró en mi oído y besó mi cuello.
- Incluso si tengo una niña, no la dejaré pasar. - le respondí, levantando la barbilla, desafiándolo a que me negara y él se rió una vez más besando mis labios.
- Esa es mi reina. - murmuró y yo sonreí extendiendo la mano y tomando sus labios sobre los míos.
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3 meses despues
- Kamra! Kamra! - Esen corrió a mis habitaciones causando que Meleke y yo estemos asustados.
- Qué sucedió? - Meleke reaccionó saltando de una vez mientras yo me levantaba lentamente.
- Es la Sultana Esmahan, se puso de parto. - respondió Esen con ansiedad y apreté los puños.
Respiré hondo y alisé mi vestido.
- Vamos, tenemos que estar ahí. - Dicté y caminé hacia las habitaciones de la Sultana. Todo el harén parecía nervioso y muchas chicas me miraban con simpatía, tenía una buena amistad con ellas. Les devolví las miradas con una sonrisa para tranquilizarlos y me dirigí hacia Esmahan.
Mehmed ya estaba allí y parecía muy nervioso. Después de todo, era su primer hijo. Suspiré mi corazón con tristeza, pero por fuera le di una pequeña sonrisa y me acerqué a su lado sosteniendo su mano. Me miró sorprendido por un momento, pero poco después sonrió y estrechó su mano en la mía.
Los gritos de Esmahan en la habitación no paraban y ya me estaba poniendo nerviosa como Mehmed. Después de horas, él y yo ya estábamos sentados afuera de la puerta escuchando sus interminables llantos.
- Deberías ir a descansar. - me dijo y yo negué tener su mano en la mía.
Quería estar allí y saberlo tan pronto como terminara. Un poco más tarde y los gritos de Esmahan cesaron, miré a Mehmed y él a mí, pero antes de que abriera la boca para hacer preguntas, la partera se fue con una expresión feliz.
- Felicitaciones príncipe, la Sultana tuvo una niña. - dijo y tuve que aguantar la sorpresa en mi cara.
Me levanté con Mehmed y entré en la habitación de Esmahan. Sostenía al bebé en sus brazos y parecía cansada y feliz. Mehmed se acercó y vio al bebé acariciándole la cara y sonriendo tiernamente.
- Felicitaciones por su hija Alteza, felicidades Sultana. - Felicité a los dos con una pequeña reverencia y mis amigos detrás de mí hicieron lo mismo.
Esmahan me miró con odio, ahora parecía comprender lo que significaba. Mehmed por otro lado me miró con una sonrisa en los labios y ojos brillantes que era imposible no corresponder. Comenzó la ceremonia de nombramiento poco después.
- Su nombre es Humasah, su nombre es Humasah, su nombre es Humasah. - susurró al oído del paquetito en sus brazos y se lo entregó a la nodriza.
- Mehmed, yo-
- Que descanse bien Sultana. - interrumpió y se volvió para irse.
Hice una pequeña reverencia a Esmahan y me volví para seguirlo.
- Kamra! - me llamó y me di la vuelta. - Incluso si tienes diez príncipes, no cambia nada. - dijo llena de rabia y yo sonreí.
- En realidad Sultana, eso lo cambia todo. - respondí con calma y me fui rápidamente.
Pasé de nuevo por el harén con una sonrisa en los labios y un corazón más tranquilo, ahora todo depende de mí.
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