Pasaron los meses y con él llegó la noticia de que Esmahan permanecería en el palacio, a pesar del discurso de Mehmed. Le había escrito a su madre y le había pedido ayuda, tan pronto como Sultana Sah habló con el sultán y por el bien de su hermana, decidió dejar que su sobrina se quedara.
Mehmed estaba furioso por eso, pero no podía ir contra ellos y simplemente lo aceptó. A pesar de esto, fue firme en castigar a Esmahan con su silencio e indiferencia. Solo pidió ver al pequeño Humasah en sus habitaciones y nunca fue a Esmahan, a veces solo preguntaba por el niño.
Estaba contento con este resultado, aunque todavía no estoy completamente satisfecho. Todavía quería ver a Esmahan lejos y vivir solo con mi príncipe.
Un dolor agudo interrumpió mis pensamientos haciéndome gritar. Meleke, Özge, Esen y Ayse siempre estuvieron presentes desde que yo estaba al final del embarazo, así que todos vinieron cuando escucharon mi llanto.
- Kamra, creo que es hora. - Comentó Ayse emocionada llevándome a acostarme en la cama.
- Duele mucho. - Gemí con la siguiente punzada de dolor que me golpeó.
Esen fue a llamar a la partei y Özge le advirtió a Mehmed, Meleke me estaba ayudando a cambiarme de ropa junto con Ayse.
- Pronto estará aquí el principito y todos nuestros problemas estarán resueltos. - dijo alegremente Meleke y yo sonreí.
Las siguientes horas estuvieron llenas de dolor y lágrimas, podía sentir el sudor saliendo mientras empujaba cada vez que me pedían. Todo lo que podía pensar es que Mehmed estaba detrás de esa puerta y que esperaba que todo estuviera bien.
- Otra vez, Kamra, una última vez. - preguntó Özge emocionado mientras limpiaba mi frente y respiré hondo antes de obedecer.
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Escuché un llanto poco después y mi corazón latió más rápido, la partera salió a advertir a Mehmed mientras yo todavía miraba a las enfermeras limpiando al pequeño bebé. Finalmente tuve la fuerza para preguntar, pero Ayse me respondió antes.
- Tienes un príncipe Kamra! - dijo emocionada y parpadeé lentamente sonriendo entonces.
Un príncipe, finalmente.
Me dejé caer sobre las almohadas y escuché que se abría la puerta y entraban Mehmed y Esmahan. La escena se invirtió esta vez, al igual que el resultado. Le sonreí a Mehmed cuando se acercó y se sentó a mi lado, tomando mis manos entre las suyas y besándolas. Su rostro era una mezcla de emoción y emoción y me encontré sonriendo en respuesta.
- Tenemos un hijo. - susurré y él se inclinó besando mi frente.
- Lo hiciste bien mi amor, muy bien. - Susurró en respuesta y besó mi mejilla antes de alejarse.
Miré a mi alrededor y Esmahan me miró con odio, era la primera vez que la veía desde que nació la pequeña Humasah.
La partera pronto se acercó con el bebé y se lo entregó a Mehmed, quien lo meció y lo acarició durante un rato.
