Borrón y Vida Nueva: Harry Potter, una historia diferente~

Capítulo Tres; ¡Feliz Cumpleaños, Harry!

Habían pasado ya once años que James y su pequeño vivían en la Mansión Black, es día el pequeño Harry Potter cumplía once, prontamente recibiría su carta y deberían ir al Callejón Diagon para conseguir sus materiales de estudio. El jóven Harry, era de cabellos castaños como su padre, ojos increiblemente verdes, como su fallecida madre y algo flacucho a pesar de que comida no le faltaba, también tenía unos redondos anteojos y esa enigmática cicatriz en la frente, la cual seguía intacta recordandole que no era un niño convencional, sino el niño que sobrevivió al ataque. Era, en muchos aspectos parecido a su padre, arrogante, cínico y bastante asiduo a meterse en problemas. En su onceavo año de vida, James lo llevó al Valle de Godric, mas precisamente a conocer la tumba de su difunta madre, por quien Harry soltó unas cuantas lágrimas, imaginandola. En lo que era su casa, ahora vivía una ancianita con su nietito, aquel niño era bastante nervioso, estaba como con miedo constante, debía tener la edad de Harry. El jóven Harry se acercó al otro jóvencito y congeniaron un poco. Pronto Harry y James marcharon nuevamente a Grimmauld Place, sin saber el nombre de aquel particular niño. Luego de los intentos fallidos de Sirius por preparar un pastel para su ahijado, accedió a que Kreacher lo ayudara, minutos antes que ellos lleguen el pastel estaba sobre la mesa y listo para celebrar el onceavo cumpleaños de Harry. Apenas llegó, se sorprendió, cantaron el feliz cumpleaños, apagó las velas y recibió sus regalos, lindos videojuegos y un paquete misterioso de su padre, lo abrió y una sábana vieja los sorprendió -Papá, ¿Que rayos es esto?- sin entender el extraño regalo de su padre, quien fue mirado también por Sirius, con sorpresa, sin mas James tomo la tela y envolvió a Harry, haciendo que su cuerpo desaparezca -Wauuu soy invisible, soy invisible!- se quitó la capa y se la volvió a poner -Es una capa de invisibilidad, hijo, era mía cuando tenía tu edad, pero ahora es tu tiempo de usarla- sonrió con ternura. Como Harry aun no tenía amigos, terminaron su cumpleaños con una maravillosa cena, al acabar, Sirius lo llevó a uno de los cuartos mas arriba de la mansión y lo hizo entrar, seguidos por James, le enseñó el árbol genealógico de los Black, e hizo aparecer poco mas abajo de su nombre el de Harry J. Potter. El reloj dio las doce de la noche, el cumpleaños había terminado y cada cual fue a su habitación para dormir un poco.