Illusion. 04.

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- Otra vez tú?- el chico de sonrisa tonta me miró apenado.

- Lo siento, Injun, pero, me gustas y quiero invitarte a una cita- solté un suspiro de frustración y cansancio.

- ¿Qué no te había dicho que no quería salir contigo?- el chico sólo sonrió triste.

Me sentí mal, y suspiré, como odio ser tan sensible, con los demás.

- Jaeno, nos vemos el parque de diversiones, en la entrada, a las 15 horas, en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos, con permiso- rodé los ojos al irme de la biblioteca.

- ¿Quieres ser mi novio?- lo miré sorprendido.

- Jeno, yo... bueno yo...- me tomó de las manos y las besó.

- Piénsalo, el viernes te veo en las gradas, a la hora de salida- mi corazón estaba agitado.

- ES UNA FARSA- quería morir en ese instante.

- ME TRAICIONARON, ELLOS... ME TRAICIONARON- lloré amargamente.

- ¿Quién eres?- suspiré fuerte.

- Soy Injun Hwang de Lee, ¿puedes decirle a Jaeno que estoy aquí?- la mujer asintió sonriendo.

- Puja, RenJun, trata un poco más, ya viene, voy a sacar la cabecita...)

Me levanté de golpe, y estaba muy sudado y respiré profundo. Esos sueños hacen que me duela la cabeza horrible.

- ¿Mami? ¿Te sientes bien? Te ves enfermito- mi bebé se subió a mi cama con su moomin de peluche.

- Ven aquí bebé, tu eres mágico ¿lo sabías?- mi niño negó- cuando tu apareces, todo lo malo que tengo se va, eso es magia, tu me curas con tus súper poderes- mi bebé sonrió y me abrazó.

- Mami, te quiero mucho, nunca te vayas a ir como mi papá- miré a mi hijo desconcertado.

- ¿Qué?- el me miró triste.

- Jia, me dijo que si yo no tengo papá es porque no me quiso, y por mi culpa te dejó y se fue- lo abracé fuerte, porque empezó a llorar.

- Sabes, yo no sé quien soy en realidad, tu tío Zitao, me encontró muy mal en la orilla de una playa, muy lejos de aquí, ahorita no lo vas a entender, pero, cuando seas más grande, te lo voy a contar, no le hagas caso a esa niña, porque ella no sabe nada- dejó de llorar y llevó su dedo pulgar a su boca.

Encendí el televisor y le puse moomin, se quedó viéndolo, mientra yo entré al baño e hice mis necesidades, y empecé a preparar el baño para mi pequeño.

Una vez listo, lo fui a buscar y lo miré atentamente; es hermoso, y definitivamente el mejor regalo que me ha dado Dios.

- Mi cielo, es hora del baño, ven mi amor- alzó sus brazos para que yo lo cargue.

Lo desvestí y lo llevé al baño, lo bañé tranquilamente, Jinkwon es un niño muy tranquilo y demasiado quieto.

Me miró muy atento a lo que hacía, lo miré de vuelta y le sonreí con amor, este niño es mi más grande amor.

- Mami, tu eres muy bonito ¿no te gusta el señor con ojos grandes?- lo miré confundido y entrecerré mis ojos.

- ¿Harvey? No, el no me gusta, y tu no debes decirle papá, ¿entendido?- mi bebé me miró pero asintió.

Lo arreglé, bien bonito, le puse unos pantalones de mezclilla, con una playerita de moomin y sus tenis de Nike.

Lo peiné y lo perfumé y salí a buscar a Zitao, y lo encontré ya vestido.

- Por favor, cuida a Jinkwon, voy a bañarme, está en mi habitación, que no se vaya a ensuciar- el asintió y empezó a subir conmigo.

- Hay, mira que bebé tan hermoso, mi niño es un modelo- mi bebé sonrió y se levantó de la cama y empezó a presumir su ropa.

- Mi mami me lo compró, ¿cómo me veo?- Zitao lo abrazó y lo dejó en la cama otra vez.

- Te ves como la Diosa Afrodita o como Perséfone, pero tú eres mucho más hermoso- empezó a besar la carita de mi bebé.

Yo me metí a bañar, lo tengo que hacer rápido, porque se nos acaba el tiempo, y nuestro vuelo sale pronto.

Me bañé rápido, y también me vestí rápido, me peiné y perfumé, me maquillé leve y me puse mis zapatos.

Ya listo, llame al taxista, y empezamos a bajar todas las maletas; el taxista no tardó en llegar, así que empezamos a subir las maletas, espero que de verdad sea por tres meses, la estadía en Dubái.

En todo el camino al aeropuerto, Jinkwon, se puso algo inquieto, y quería llorar, no sé porqué.

- ¿Qué pasa?- mi bebé me abrazó.

- Quiero mi casa- escondió su carita en mi cuello.

Y así se quedó el resto del viaje, no se veía entusiasmado, al contrario, estaba triste y tenía ganas de llorar.

Al llegar al aeropuerto, hicimos todo el registro y todo el mundo de papeleo, y nos sentamos a esperar que anunciaran nuestro vuelo.

Tres horas esperando, mi bebé se quedó dormido, y abordé con él, en mis brazos, lo acomodé y unos 20 minutos después, el avión empezó a despegar.

Y yo también me quedé dormido, sólo sentí que Zitao me movió para que me prepare y prepare al niño porque estábamos a punto de aterrizar.

Este lugar, me hace sentir un poco de incomodidad, de cierto modo.

Dejamos las maletas en kempinski hotel; en ese hotel, sería la junta de inversionistas y accionistas, nuestro jefe es los dos.

- Jinkwon, te portas bien, no estés haciendo relajo, y cualquier cosa, diles a los niñeros que me hablen al teléfono celular, ¿está bien?- el asintió y se fue con unos muchachitos.

Zitao y yo nos dirigimos a la sala de juntas, este hotel se me hace tan familiar, pero no sé el porqué.

Zitao y yo, entramos juntos a las oficinas y de repente un chico muy alto me miró sorprendido

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Zitao y yo, entramos juntos a las oficinas y de repente un chico muy alto me miró sorprendido.

- ¿Injun? ¿Eres tú Injun?- lo miré confundido y después sonreí.

- Huang RenJun, no Injun, con permiso- seguí caminando hasta dar con una oficina muy grande, pero antes de entrar otro chico me detuvo.

- Hay por Dios, ¿Injun? ¿Estás vivo?- lo miré desconcertado.

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