VII

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Las veces que no salía con los de la oficina, hablaba con Christopher de los viejos tiempos, yo le contaba cómo me iba en esa nueva ciudad y él me contaba sobre su matrimonio y las diversas altas y bajas que tuvo, como que su esposa no podía embarazarse y estaban intentando varios métodos para poder concebir un bebe, lo que los tenía muy estresados  por la dificultad y por la cantidad de dinero que ya habían  invertido, cuando me contó eso me dio mucha tristeza, que difícil debe ser querer tener un bebe y no poder hacerlo, solo esperaba que su gran sueño algún día se pudiera hacer realidad.

Cuando oía a Christopher hablar de cómo el matrimonio lo había cambiado tanto y lo feliz que era, me preguntaba si yo podría estar algún día así como el, esa idea se me metió tanto en la cabeza que decidí darme una oportunidad y experimentar eso  que tanto llaman “amor”, así que decidí ir en busca de el, pues quien creen que estaba disfrazado de amor, pues nada menos que Alexander Unquer, si, el siempre estuvo pretendiéndome, pero yo no lo tome mucho en cuenta y después de tantos fallidos intentos, yo acepte salir con él, no lo voy a negar, había en el algo que me atraía mucho, no sé si sus ojos verdes o sus labios tan carnosos o que sabia besar muy bien, si creo que era eso, el único problema, nadie sabía de nuestra relación, tal vez por evitar comentarios que nos perjudicarían a los dos, sobre todo ahora que mi jefe me tenía mucha confianza, tanta que creo que me veía como una hija, se que tenía razón al no contarle a los muchachos de la oficina, pero a  Christopher, porque no podía decírselo  a él, cada vez que lo intentaba algo dentro de mi me lo impedía, porque, es acaso que yo sentía algo por él, porque negarlo, si lo quería y mucho, pero ahora él era para mí un sueño  imposible que ya tenía dueño.

Con Alexander llevábamos ya casi siete meses juntos y cada vez que discutíamos era porque él me pedía que contemos lo nuestro y yo me negaba hacerlo, tal vez esa fue la razón por lo que sentía que lo nuestro se deterioraba cada día, aunque él decía que no y siempre terminaba por darme la razón, pero ese no era el único motivo yo no me sentía bien, después de saber que la esposa de Christopher quedo embaraza, con eso mis esperanzas terminaron de romperse por completo,  pero un día mientras estaba en la oficina recibe una llamada de Christopher, se encontraba muy mal, le había pasado una tragedia y necesitaba de  una amiga, que podía hacer, acudí a su llamado, le dije a mi jefe que un primo mío había tenido un problema muy grande y como no tenía más familiares en la ciudad tenía que ayudarlo, por lo que le pedí permiso para salir, mi jefe todo un gran hombre, me concedió el permiso y me pidió que le comunicara cualquier cosa yo le agradecí me retire con toda la prisa que pude sin esperar lo que se me vendría.

Cuando llegue al hospital, porque era donde estaba Christopher, no me imaginaba que lo que había pasado sería tan grave, el pobre estaba destrozado,  no paraba de llorar, apenas podía hablar, cuando me vio corrió hacia mí y me abrazo tan fuerte que por un instante puedo asegurar que sentí su gran dolor, yo solo lo abrazaba y le decía que tratara de calmarse, para que me explique lo que le paso y así poder ayudarlo, pero fue inútil, no podía hablar, creo  que cuando me llamo por teléfono gasto su último esfuerzo, hice que se sentara, cuando de repente un doctor se me acerco y me pregunto si yo era algún familiar de Christopher, yo respondí que sí, que era su mejor amiga, entonces el doctor me pidió que lo acompañara mientras la enfermera le daba un calmante a  Christopher, yo seguí al doctor y fue entonces cuando me entere de lo que había pasado.

La esposa se Christopher entro de emergencia al hospital debido a que tenia complicaciones con su embarazo, ella llevaba cuatro meses de gestación y desde el momento en que quedo embarazada su médico le dijo que debía cuidarse  por que corría grandes riesgos de aborto, al parecer la esposa no hizo mucho caso y se le complico el embarazo, esto trajo como consecuencia que  tuvieran que intervenirla, por desgracia las cosas se complicaron mas, cuando la esposa sufrió un paro respiratorio, así que no pudieron salvar a ninguno de los dos  cuando el médico me lo contó, no sabía qué hacer, podía imaginarme el gran dolor que debía de estar sintiendo Christopher, perder a tu esposa e hijo el mismo día, debe de ser horrible, por lo que deje al doctor y me dirige donde estaba mi amigo y lo abrace lo más fuerte que pude y le dije que lo sentía tanto y que si necesitaba algo no dudara en comunicármelo que yo estaría a su disposición, con una voz casi destrozada, solo atino a decirme que por favor me encargara de todos los trámites para el entierro ya que él no podía hacerlo, yo claro accedí en seguida, como todo eso me demoraría, preferí llamar a mi trabajo para informarle de lo ocurrido a mi jefe y pedir unos días para ayudar a Christopher, claro mi jefe no dudo en darme el permiso.

Es muy raro, pero dentro de mi habían dos nuevos sentimientos, claro uno se sentía muy triste por lo que le sucedió a Christopher y otro que se sentía alegre, se que suena cruel, pero no podía negarlo me sentía alegre, por lo que sucedió, tal vez porque el ya era libre y yo podía tener una oportunidad, como podía estar pensando eso en estos momentos, cuando el más me necesitaba, realmente me asustaba sentir eso, una vez más confirmaba que era un ser malvado, si eso era, un ser malvado.

El verdadero amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora