El verdadero amor

XIV

Hablé con mi jefe me costó convencerlo, pero después de conversar y de decirle que no me encontraba bien y que sería inútil estar aquí sin poder concentrarme y que solo sería un estorbo lo pude convencer, me preguntó que a donde me iría, le dije que aun no sabía pero que si necesitaban algo podían comunicarse a mi celular, claro un nuevo celular porque no quería que Christopher me molestara, listo el permiso estaba dado, solo me faltaba decidir el lugar, tenía que ser uno en el que nadie sospecharía que podría ir, así que compre algunas revistas de turismo para ver algún lugar que sea tranquilo, claro que tenga bellos paisajes, que pueda tomarme algunos tragos, que tenga buena comida, la decisión no sería fácil, habían tantos lugares hermosos que te ofrecían diversidad de cosas, pero después de ver las revistas decidí donde iría, era el lugar más indicado, mañana compraría los pasajes.

Lulú, hola soy Daniela, solo te llamaba para agradecerte por todo lo que hiciste por mí, eres una muy buena amiga por favor también dales las gracias a las chicas estuvieron muy pendientes de mi, mira mi jefe me dio el permiso y justo ahora estoy en el aeropuerto me voy para ….hola, aló?, maldición se me acabo el saldo, será mejor que la llame luego, mi vuelo sale en unos minutos y no quiero perderlo por comprar una tarjeta lo haré cuando llegue a mi destino,  así que adiós Christopher no querías algo serio, pues quédate con tu libertad, mientras yo me voy a comenzar una nueva vida.

El vuelo fue largo tres horas si que son desesperantes pero por fin llegue, a descansar, relajarme y olvidarme de los malos ratos, mientras me dirijo al hotel comienzo a sentir el calor, la humedad no me deja caminar siento como la ropa comienza a pegarse a mi cuerpo y necesito urgente ponerme algo más fresco, después de todo me vine un lugar donde llovía y corría mucho viento, por eso me vine media abrigada no pené que haría tanta calor.

Por fin en el hotel, apenas entre a mi habitación me di una ducha, no soportaba mas el calor, me puse una falda, un polo mas escotado, mis sandalias y mis lentes, agarré mi bolso y decidí salir a conocer la ciudad, tenía que distraerme si me quedaba en el cuarto del hotel lo más posible era que me pusiera a pensar en Christopher, lloraría y ese no era el plan de mis vacaciones, mi objetivo era olvidarme de él, cuésteme lo que me cueste, lo olvidaría.

La ciudad en la que me encontraba no era muy grande pero si acogedora, contaba con u nos paisajes hermosísimos, cautivadores, daba ganas de no regresar nunca y créanme esa era una idea que me daba vueltas en la cabeza una y otra vez, tal vez podía conseguir  un trabajo de camarera, profesora, fotógrafa, no lose de cualquier cosa, solo llamaría a mis amigas para despedirme y decirles que estoy bien muy bien, amigas, maldición olvide llamar a Lulú para decirle donde estoy, y ahora donde habrá un teléfono, lo primero que debía hacer y no lo hice, en que estaré pensando. 

Un teléfono, por fin uno, que pasa suena como ocupado, mejor preguntare si está bien el teléfono, genial como el lugar está en una zona media alejada la línea telefónica no entra bien, es raro si alguien consigue llamar a otro lugar y mi celular no tiene saldo y no puedo comprar una tarjeta porque aquí no las venden, ni modo tal vez esta sea una señal de que no debo comunicarme con nadie, tal vea estar alejada de todos me ayude, ya a mi regreso les contare todo, por ahora disfrutare de este bello paisaje que tengo frente a mis ojos y buscar un lugar donde comer, porque ya el estómago me está molestando, debe ser porque los últimos cuatro días no comí nada, por la tristeza que tenía, y la cual aun la siento, pero como se puede curar un corazón partido en tan poco tiempo, como si alguien sabe la solución que me lo diga, porque yo aun no puedo con tanto dolor.

Bueno después de una buena comida, decidí regresar al hotel a descansar, después de todo recién había llegado, el viaje fue largo, camine mucho buscando el vendito teléfono para que no se pueda llamar, ni modo a descansar ya mañana será otro día y aun no he visto las tiendas de ropa, si mañana me espera un lindo día, playa, sol, arena, todo lo que un alma rota necesita para sobrevivir.