El viaje en avión siempre fue uno de los peores temores del nazi, lo había echo pocas veces, y ahora esto le causaba mucho más temor que en el pasado.Pero pera el argentino era todo lo contrario, ya se había acostumbrado a volar en avión, era muy común es su vida. Ir y venir de un país al otro era constante, muy constante, tanto que ya casi ni le encontraba la gracia a viajar.
Al llegar al país destinado, el alemán se sorprendió al reconocer el idioma, tanto que no lo podía ni creer.
-- ¿Estás seguro de esto? - pregunto desconfiado el alemán.
-- Claro, el y yo tenemos una muy buena relación, no te preocupes Reich, él estará feliz de verte.
El estar afuera de esa enorme casa lo hizo temblar, todos los recuerdo volvieron de golpe a su mente. El lugar donde paso su niñez, el nacimiento de su hijo, su "suicidio". Era como volver al pasado pero permaneciendo en el presente. Extraño.
Se hacerco decidido, y tocó, unos segundos después la puerta se abrió, dejando ver a un joven alemán algo desprolijo y desaliñado, ya que en si en ese lugar tan solo eran las 2:34 de la mañana. Algo tarde para una visita.
Sus miradas se cruzaron, no lo podía creer, el, de verdad estaba aquí. Tanto buscar para que al final el llegará así, cómo si nada.
-- Saksa mitä tapahtuu? Kuka siellä on? oi .. (¿Alemania que sucede? ¿Quien esta ahi? oh..) - tras del alemán asomo un joven finlandés, este traía puesto su pijama, que que al parecer estaban durmiendo.
-- Sohn? Du siehst ... groß aus (¿Hijo? Te ves .... grande) - los cuatro se encontraban estáticos, ninguno se esperaba esto, bueno el argentino ya sabia de la relación del alemán y el finlandés, ¿Pero Reich?.
-- V-vater - dijo para luego abalanzarse sobre su padre, habían pasado tantos años desde que se habían visto. Y sin pensar lo que habían sufrido por el otro, principalmente Alemania -vater, du weißt nicht alles, worauf ich gewartet habe, was ich gelitten habe! Ich habe dich so vermisst! ... Ich hätte nie gedacht, dass ich dich wiedersehen würde. Ich bin so glücklich.(Padre, no sabes todo lo que te estuve esperando, ¡Lo que sufri! ¡Te extrañe tanto!... Nunca crei volver a verte estoy tan feliz).
-- Vengan entren - dijo para apartarse y dejar paso a los recién llegados.
Al entrar en la casa, Reich pudo sentir de golpe un olor familiar, galletas de mantequilla. Solía prepararselas para su hijo, era algo que le encantaba al menor.
El grupo se dirigió hacia la sala de estar en la que se sentaron al rededor de una chimenea, está estaba decorada con algunos cuadros viejos, fotos de el y Alemania, una de Second Reich y otra con Finlandia y Alemania. Ahora entendía, su hijo y el joven aficionado a los unicornios salían, ¿Cómo el argentino no le dijo?.
-- ¿Porque no me dijiste? - susurro.
-- ¿Cómo querías que te lo diga? 'Hey! Reich sabe su hijo está en una relación gay con un muy buen amigo del hijo del hombre con el que perdiste la guerra más importante de tu vida'. ¿Qué alentador no crees?
-- Padre - le ofreció una de esas tan deseadas galletas que no probaba hace años, crujientes por fuera y suaves por dentro. Ambos aceptaron las galletas y las comieron con mucho gusto.
Digamos que la comida de avión no es tan rica como dicen.-- ¿Podríamos saber por qué están aquí? - pregunto el finlandés.
-- Bueno verán...
El sonido de un teléfono los distrajo de la charla. Era el de Argentina.
-- ¿Hola? - respondió temeroso.
-- ¿¡Argentina!? ¿Que sucedió? ONU me dijo que escapaste del país, sabes si tenías problemas económicos me hubieses dicho
-- ¿Uruguay? Ahg, dime qué no están con ONU
-- Si lo estoy - de inmediato colgó la llamada, no podía dejar que lo descubrieran, no ahora.
-- ¡Finlandia dame tu teléfono!
-- ¿Qué? ¿Par- antes de terminar se lo arrebato, en este marco el número del estadounidense, rogaba que no contestará el buzón de voz.
-- Hi? Finlandia...
-- Necesito que vengas - dijo para dejar confundido al estadounidense.
-- Arge?
--estamos en Alemania- prosiguió- no le digas a nadie, ni a ONU, ni a FBI y mucho menos a CIA. ¡Nadie repito nadie debe saber que estamos aqui!
Eres el único en el que confiamos, si llamo a uno de mis hermanos será muy obvio, así que, quien mejor que tú.-- I- i... Arge, realmente yo..
-- ¡No es momento de lamentos! ¡¿Escuchaste lo que te dije?!
--Y-y-yes Yes!...
-- ¡Bueno entonces ven! - dijo para cortar la llamada.
En la sala se instaló el silencio.
-- ¿USA? - pregunto el finlandés después de recibir su teléfono.
-- Crei que..
-- ¡Si Reich aún lo odio pero es el único que nos puede ayudar! No le puedo decir a México 'Hey! México ¿Cuánto tiempo?¿No? ¿Te parece venir a Alemania a ayudarnos al nazi y a mi a escapar de ONU y su ejército de primates? Después cojemos dale'.
-- ¿Han tenido sexo?
-- ¡Alemania!
-- ¡Lo siento¡ - dijo para luego salir de la sala.
-- Y no... No hemos tenido sexo... Aún.