Cap.7: "Cena inesperada"

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-Cariño, ¿no sabes que en esta clase estamos juntos?- baje el teléfono lentamente de mi oreja y abrí los ojos de par en par.

-No me digas cariño. - fruncí las cejas y Adam río. Tome de nuevo el teléfono e hice como si estuviera mandando algún mensaje. - y...no me interesa saber que clases compartimos, solo lárgate de mi vista. - despegué un poco la mirada del teléfono y después volví a colocarla en él.

-Claro, hablaremos más tarde. - me dio una sonrisa y camino a su mesa. Estaba lejos de la mía, así que no me preocupe.

-Pff, si claro. - lo dije en un tono burlón y en un casi susurro. Creo que no me escucho decirlo, pero la chica de al lado si.

-¿Son pareja? - me tomó por sorpresa. Al parecer la chica había estado escuchando toda la discusión como si fuera una telenovela.

-¿Qué? Claro que no. No sería novia de alguien como él. - saque los libros de literatura y algunos ensayos que nos había dejado la maestra.

-Yo daría todo por salir con alguien como él. - la voltee a ver con el ceño fruncido y le rodé los ojos, ella tenía una cara de esperanza y sus ojos color café brillaron por un instante.

Patético, ¿cómo carajos consiguió tantas fans? Si yo fuera él me daría vergüenza.

En la clase, algunas veces volteaba a ver a Adam. Era evidente que no me dejaba de ver, eso era incómodo. Estaba lejos, pero podía verlo y percibir su arrogancia. Se sentaba con una chica rubia de ojo azul, suena bien ¿no? Pero esta fea. Tiene los ojos separados y parece que acababa de salir de un carnaval, con unas pestañas postizas que tapaban sus ojos, exagerada.

Decidí no seguirle el juego, y al parecer eso lo hizo enojar. Escribiendo el próximo ensayo, llegó una bolita de papel hasta mi lugar, cayó encima de mi cuaderno. Dejé el bolígrafo rosa con el que escribía y tome el papel. Lo abrí con delicadeza y leí el contenido:

¿En serio me ignoras? Solo sabes hacer eso
¿No? ,':|

El mensaje estaba escrito con tinta negra. Dirigí la mirada hacia Adam. Él, mientras jugaba con la pluma, me veía atentamente. Tenía la mandíbula tensa y la nariz dilatada. Gire los ojos y volví la mirada al papel. No le seguiría el juego, lo hice de nuevo bolita y lo arroje hacia atrás.

Seguí escribiendo y enseguida otro papelito cayó encima de mi cuaderno. Lo tome y lo volví a arrojar hacia atrás. Ni siquiera lo abrí y sin ver ni un momento a Adam, que seguramente tendría la cara roja.

Por tercera vez, el papelito cayó encima de la mesa. Solté la pluma con coraje y lo abrí. Esta vez, decidí contestarle y que me dejara en paz.

Decía lo siguiente:
Sólo intentas hacerte la difícil. Lo entiendo, te encanta que te esté molestando.

A lo que yo respondí:
En primera, no me hago la difícil, solo no quiero estar cerca de un idiota. Y en segunda ¿A quien le gusta que lo molesten?  Aaah, y por cierto, no me escribas más porque no te haré caso y deja de verme, es raro.

Lo aventé hacia su lugar y él, con una sonrisa de oreja a oreja lo abrió y lo leyó. Volví a mi trabajo, no tardo nada en caer su respuesta, a la cual, no le hice caso. Seguí ignorándolo hasta la hora de la salida. Era la última clase del día y a mi me urgía salir para no tener que aguantarlo.

Metí rápidamente todas mis cosas a la mochila y salí corriendo. No sabía si él me iba a seguir, pero gracias a dios, me encontré a Sophie. Salimos y nos encontramos a Tyler. Me invitaron a salir y yo accedí, solo era cuestión de que mis padres me dejaran.

LA DRAMÁTICA VIDA DE UNA ADOLESCENTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora