Maratón 3/4

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Capítulo 15

El chico me llevó a un salón vacío. Este lo ocupaban antes para hacer experimentos, pero por lo que me contó Sophie ya no es utilizado.

Cuando me bajó no pude evitar pegarle -Eres un imbécil. - le di unos cuantos manotazos en el pecho y escuché una risa detrás de mi.

-Te ves tan tierna intentando pegarle a William. Eres tan pequeña. - Esa voz me fue muy familiar.

Me giré de inmediato y vi a Adam sentado en el escritorio.

-¿Qué es esto Adam? ¿Por qué este gorila me trajo aquí? - fulminé con la mirada a William, quien me veía las piernas tan cínicamente.

-Ey, William, ya puedes irte, tarado. - El tal William sonrió y salió del salón.

-Adam...¿qué intentas? Ya acepté tus disculpas, ¿qué más quieres? - Después de aceptar sus miserables disculpas ¿qué más pretendía?

-¿Qué más quiero? - suspiró y se levantó del escritorio. Comenzó a caminar por todo el salón. Miraba con curiosidad las cosas que había ahí. -Sabes...cuando llegaste, creí que sería demasiado fácil que te fijaras en mi. No llevas ni dos meses aquí y me tienes loco, ¿sabes por qué? Bueno...ninguna chica ha durado más de una semana sin poder desearme, dime -desprevenidamente me tomó por los hombros y me estrelló contra la pizarra -¿qué mierda quieres que haga para que estes conmigo y me quieras como a ese tal Elliot? - me quedé helada. No creí que ser la nueva fuera tan difícil. Si ahora está así, no me imagino en el futuro.

-Adam, yo...no puedo quererte igual que a Elliot, lo siento. - Me miró con el ceño fruncido. Hizo más presión en el agarre a mis hombros y lo que hizo después, hizo que soltara algunas lágrimas.

Me alejó un poco de la pizarra, para después volverme a estrellar con más fuerza y presión en mis hombros. -¿¡POR QUÉ MIERDA NO!? - Su cara era de total furia. Miré sus manos agarradas de mis hombros, y estas estaban blancas por la presión.

Empecé a dar pequeños sollozos. Mi espalda ardía y mis hombros eran insoportables ahora.

-N-nat, yo...lo lamento muchísimo. - Pareció darse cuenta de lo que había hecho. Me jaló del brazo y me abrazó. Claramente no correspondí, pero si me desbordé en llanto.

-Yo...no puedo estar con alguien que me trate como tú lo haces. - apenas pude responder.

Me alejó un poco, sin soltar mis hombros adoloridos y me miró con cara de perrito callejero.

-Puedo cambiar por ti. Si me das tan solo una oportunidad, te demostraré que soy diferente. Solo te pido una, una oportunidad Nat, por favor. - Absorbí la nariz, y cuidadosamente limpie mis ojos.

-Además de eso...Charlotte, la persona con la que estabas antes, habla mierda de mi. No quiero pelear por un chico, y no pienso rebajarme a su nivel. -Mi cara era de preocupación. Era verdad, no quería pelear por alguien, y menos por un hombre.

-¿Charlotte? ¿Cómo sabes que habla de ti? - me miró confundido.

-La escuché hablando con su amiga en el baño. Así que o le dices que le baje, o tendrá problemas con mi familia. - Quité sus manos de mis hombros, y empecé a caminar hacia la puerta.

Iba a abrir, hasta que sentí los brazos de Adam rodeando en mi cintura, tiempo después, sentí su barbilla encajada en mi cuello.

-Por favor Nat. Te prometo que seré una persona diferente. Cambiaré por ti y me haré una mejor persona. Arreglaré los problemas con Charlotte, te lo prometo, Natalia. - Susurró. Su cálido aroma llegó hasta mi nariz, haciéndome pensar en cómo nos veríamos como pareja. Por supuesto mi padre no lo aceptaría. -Déjame demostrártelo.

Me quedé estática. No sabía que pensar. Tenía a Elliot, y lo quería demasiado como para dejarlo, sin embargo, Adam...buscó un poco de tiempo para disculparse y eso fue algo considerado.

-Dime que serás mía, Naty. - Eso último provocó un escalofrío por mi espalda. Además de que en susurró se escuchaba bastante sexy. - o al menos dime que lo pensarás. - No podía estar más ahí. Quería pensar con claridad.

-Lo pensaré, pero hasta entonces, quiero que no te me acerques. - quité sus brazos de mi cintura
con fuerza y salí corriendo de allí.

No pude soportarlo más.

Salí disparada al baño de chicas sin importarme quien estuviera ahí. Gracias a dios no había nadie. Me metí a uno de los cubículos, levanté la taza rápidamente y vomité.

Estaba tan estresada que, aunque no había comido nada, vomité lo del desayuno.

Empecé a llorar un poco. Sollozaba silenciosamente. El tema de los chicos siempre me puso nerviosa. Tener que soportar tanto esto era agotador. Ni siquiera dos meses aquí y ya tenía problema con dos chicos y una chica.

Me limpié con papel la boca, me enjuague, me lave las manos y salí.

Mientras caminaba por el pasillo de vuelta con Sophie, pensaba en las palabras de Adam.
¿Ser suya? No me parecía tan buena idea.

Decidí que dejaría de pensar en eso hasta llegar a casa. La cabeza sentía que me iba a reventar, el dolor en mis hombros era totalmente insoportable, el ardor de mi espalda aumentaba cada vez más, y sentía que en algún momento iba a caer desmayada.

Sin haber comido y haber vomitado lo único que había desayunado en todo el día, me hacía pensar que en algún momento iba a caer al suelo desmayada.

Gracias a dios llegué muy bien con los chicos, los que me vieron con preocupación al verme con los ojos rojos y mi rímel un poco corrido.

Ambos corrieron hasta mi, con preocupación.

-¿Pero qué te ocurrió Nat? - preguntó Sophie mirando mis hombros. No había notado que estos estaban descubiertos, por lo tanto, tenía la marca de las manos de Adam.

Además, estaban morados.

-Es que...- empecé a llorar y los chicos me abrazaron con cuidado.

El dolor de mis hombros de verdad era insoportable. No podía creer que Adam tenía tanta fuerza.

-¿Es que qué? - preguntó Tyler. Sosteniendo del bardo para irme a sentar.

-Es que...Adam quería hablar conmigo. - sollocé más, haciendo que todos en el patio nos miraran.

-¿Adam? ¿Ese imbécil de nuevo? - Preguntó Sophie con rabia. Yo asentí. - Ese hijo de perra me va a escuchar. - me abrazó y me acarició la cabeza.

Tyler me dio un pequeño beso en la cabeza, y se sentó a mi lado, sobando mi muslo descubierto.

-Ya Nat, no llores. Ya verás cómo le va a ir a ese idiota. - Dijo Tyler, antes de quitarme de los brazos de Sophie y abrazarme él.

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Que intenso jaja.
Espero que le esté gustando. En un momento más subiremos los próximos dos. ;)

❤️ Gracias por leer. ❤️

LA DRAMÁTICA VIDA DE UNA ADOLESCENTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora