~Prueba de que Riley no se Mantiene al Tanto de los Asuntos Tri-estatales~
“Encantado de conocerte,
Espero que adivines mi nombre,
Pero lo que te perpleja,
Es la naturaleza de mi juego.”
~Sympathy for the Devil, The Rolling Stones
Por un segundo, Riley sintió como si los últimos tres años hubieran sido una mentira. El que había considerado su mayor logró como Lady Kitten era el que, por primera vez en trescientos años, ella había logrado que el ataque constante de las criaturas humanoides en Clearberry Lake cesara —la primera Lady Kitten en hacerlo.
Pero entonces, el borrón de verde en la plaza jaló la alfombra por debajo de sus pies. ¿Porque, qué más era verde, del tamaño de un auto y se movía?
Riley se sintió culpable cuando un aliento de alivio salió de ella, tan pronto como pudo obtener una buena vista del monstruo en la plaza. Ese no era una de sus criaturas, su único logro remarcable como Lady Kitten seguía verdadero como prístino.
Antes de que una masa de ansias se estacionara en su pecho.
Ese era un monstruo, del tamaño de un árbol. Bien podría ser un árbol, por la manera que su cabeza tenía hojas como cabello y su piel y la estructura de su cuerpo era la de un tronco. Sus brazos eran ramas al principio, pero a medida que crecían se volvían un manojo de lianas, saltando y envolviéndose alrededor de las personas, mirándolas antes de lanzarlas sobre su hombro.
Había caos, pero Riley solo podía pensar es que, la última vez que ella peleó con un monstruo fue hace años y había sido mucho más dócil que este.
Riley salió corriendo, empujando a Morgan en el camino de salida. Atravesó la puerta y se escondió en un pequeño recoveco en la pared entre Winnifred Chocolat y el local de al lado.
Riley pasó su mano, formando una garra, en el espacio frente a ella. Aunque sus uñas no eran muy filosas (no cuando era solo Riley), ella sintió como el mismo universo se rasgaba por ellas, sintiéndose como tela rompiéndose debajo de ellas. El corte fue largo y limpio, y Riley no vaciló al pasar a través de él.
Cuando salió, ella era Lady Kitten, su gabardina ondeando con el viento y su máscara de piel contra su cara, proporcionando una cómoda sensación de anonimidad.
Levantó la mirada para encontrar al tronco antropomorfo lanzar un pequeño niño en su dirección. El niño gritó mientras caía, el cemento de la calle acercándose cada vez más…
Riley corrió hacia él, lanzándose hacia él cuando creyó que no iba a llegar. Riley jadeó, antes de poder procesar el peso en sus brazos.
Riley suspiró con alivio al mismo tiempo que él niño, girándolo para que en lugar de cargarlo como princesa, él tenía sus piernas alrededor de su cintura y sus bracitos rodeaban su cuello.
—Wow —susurró el niño.
Riley alzó la vista, donde ella había estado examinando al niño, buscando heridas.
—¿Heh?
—Lady Kitten —murmuró el niño con ojos amplios.
—Oh. Sí, soy yo, niño —respondió Riley, bajándolo cuidadosamente en el suelo. Demonios, ella no sabía nada de niños.
—¡Lady Kitten!
—¡Estamos salvados!
—Yo no lo daría por sentado —murmuró Riley por debajo de su aliento, antes de enviar una mirada de reojo al niño de ojos gigantes, quien continuaba mirándola como si fueran a salirle alas y comenzaría a volar—. Eh…, no dejes la escuela, niño —le aconsejó apresuradamente.
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Feline, Hot Mess: Desastre Felino
RomanceCuando Riley Clairbourne cumplió catorce años, le dijeron que ella debía convertirse en superheroína. Y, ahora con dieciocho años, ella ha sido Lady Kitten durante ya un rato. Pero no significa que los siguientes seis meses fueran a ser más fáciles...